DE YO A NOSOTROS – Viviendo el mensaje, ‘Ama a Todos, Sirve a Todos’ – Testimonio por Sri K Sathya Narayan

      Comentarios desactivados en DE YO A NOSOTROS – Viviendo el mensaje, ‘Ama a Todos, Sirve a Todos’ – Testimonio por Sri K Sathya Narayan
DE YO A NOSOTROS – Viviendo el mensaje, ‘Ama a Todos, Sirve a Todos’
 
Testimonio por Sri K Sathya Narayan
 
 
Se dice que sólo vale la pena vivir una vida dedicada al servicio de los demás. Y fiel a esta afirmación, Sri K Sathya Narayana, un estudiante de administración en mercadotecnia, ha estado llevando una vida al servicio de Swami. Hizo su educación primaria en Sri Sathya Sai Vidya Vihar, Hyderabad y ha sido un servidor activo de la Organización Sri Sathya Sai. Actualmente, él es uno de los voluntarios del Sri Sathya Sai Annapoorna Trust, Muddenahalli y realiza muchas actividades de servicio en diferentes estados.
 
 
Él dice: “Muchos consideran a Swami como su padre, madre, amigo, hermano, hermana o gurú. Pero desde el momento en que lo vi, consideré que nuestra relación era la de un nieto y un abuelo, con quien podía compartir cualquier cosa y demandar cualquier cantidad de amor y afecto”. La relación entre abuelos y nietos es realmente una de las más dulces, porque no hay expectativas. Se basa en el amor y el tiempo que pasan en compañía el uno con el otro. Sri K Sathyanarayana narra su encuentro con el Señor, recordando los días pasados con Bhagavan en la forma física y haciendo la transición de lo físico a lo sutil.
 
~
 
Considero que es la mayor bendición que me ha sido otorgada haber nacido en una familia dedicada a Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. Cuando era niño, era como cualquier otro niño en el vecindario, absorto en diversión y juegos. Pero en el plan maestro de Swami, no estaba destinado a estar restringido a hacer sólo lo normal.
 
Comencé mi educación en Sri Sathya Sai Vidya Vihar, una de las instituciones de Swami con sede en Hyderabad, Andhra Pradesh (hoy en día Telangana). De hecho, uno de mis primeros recuerdos de Bhagavan fue cuando visitó nuestra escuela y distribuyó Prasadam (alimento consagrado) a todos y cada uno de los niños. Ese día está vívidamente grabado en mi memoria, cuando cada uno de nosotros ofreció una rosa a Bhagavan, tomó Namaskar (tocar Sus sagrados Pies) y recibió personalmente el Prasadam del Señor. Recuerdo con cariño esos días y me pregunto cuan inocente debía ser para centrarme en el Prasadam en lugar de hacerlo en Swami.
 
Mis padres, al ser devotos seguidores de Sai, me inscribieron en el Sri Sathya Sai Balvikas, un curso que sentó las bases de mis numerosas interacciones con Bhagavan como Sevadal (servidor) y voluntario. Me vienen a la mente muchos casos en los que, como Sevadal, he orado fervientemente a Bhagavan y Él ha respondido instantáneamente. A veces, ni siquiera tenía necesidad de orar; sólo unas pocas palabras dichas de una manera infantil le bastarían. Una tarde calurosa, participé en hacer Seva donde tuvimos que limpiar los escombros de un muro derruído. Me dieron una pala y me pidieron que recogiera la basura y la cargara en un camión que luego la transportaría. Por mis antecedentes en informática, nunca antes había usado una pala. Para empeorar las cosas, el sol estaba golpeando fuertemente y para un técnico que está acostumbrado a la comodidad proporcionada por una oficina con aire acondicionado, esta era una tarea cuesta arriba. Con estos pensamientos corriendo por mi cabeza, casualmente le comenté a un compañero Sevadal acerca de mi lamentable estado. Las palabras apenas habían salido de mi boca cuando senti un toque en mi hombro. Me giré para ver al líder parado detrás de mí. Nos pidió que dejáramos la pala y lo siguiéramos. Nos condujo a un pasillo y nos dijo que el pasillo acababa de ser lavado y que había algunas áreas que todavía estaban mojadas. Nuestra nueva actividad consistía en remojar el agua del piso con una esponja y vaciarla en un balde. Este incidente me conmocionó, al darme cuenta de que Swami nos está escuchando todo el tiempo, velando por nosotros, cuidando cada pequeña necesidad y deseo.
 
En otro caso, mientras hacía Seva en Puttaparthi, alrededor de las dos de la tarde, comencé a sentir hambre y, después de mirar el reloj, le comenté a un compañero Sevadal que tendríamos que pasar hambre porque no había tiempo suficiente para ir a la cantina. En ese mismo instante, el encargado del albergue juvenil nos hizo una seña. Esperando que nos llegara más trabajo, nos acercamos a él, pero en cambio nos invitó a almorzar con los niños que residían allí. Tal es el cuidado amoroso que Swami derrama sobre todos Sus devotos e hijos. Cuando tenemos a Swami, no tenemos nada que temer.
 
Muchos consideran a Swami como su padre, madre, amigo, hermano, hermana o gurú. Pero desde el momento en que lo vi por primera vez, que fue durante las celebraciones del 50° cumpleaños, hasta el último darshan en Kulwant Hall durante el Shiva Parvati Kalyana Mahotsavam, consideré que nuestra relación era la de un nieto y un abuelo, con quien ¡podía compartir cualquier cosa y reclamar cualquier cantidad de amor y afecto! Esta ha sido mi relación con Él.
 
Cuando Swami abandonó Su forma física en abril de 2011, estaba destrozado y no sabía cómo reaccionar y expresar mis emociones. Incluso acompañé a un amigo a Puttaparthi para darle mis últimos respetos a mi querido Señor, todo el tiempo demasiado sorprendido como para decir algo. Aún meses después de que la forma física nos dejó, no había llegado a un acuerdo con ello y durante una visita a Tirupathi, mientras estaba parado en el altar, mis ojos se hincharon y me derrumbé, sintiéndome perdido y abandonado. Desesperadamente quería que Swami volviera. Poco después, una noche, tuve un sueño en el que vi un edificio con una arquitectura similar a la de un monasterio chino. Vi un par de montañas y un sol dorado. En el mismo sueño, fui testigo de una persona, vestida de blanco, rodeada de multitud de personas. Narré el sueño a mi familia cuando me desperté en la mañana. Pero no pasó mucho hasta noviembre de 2014, cuando un amigo me preguntó si estaría interesado en acompañarlo a Muddenahalli para las celebraciones del cumpleaños de Swami.
 
Mientras estaba sentado en el estadio esperando que comenzaran las celebraciones, vi el Sai Anandam a la distancia y estaba impresionado por la similitud de esta estructura con lo que había visto en mi sueño. Cuando volví la cabeza, vi por casualidad el sol dorado en medio de dos montañas. También vi a Sri Madhusudan Naidu, quien estaba acompañado por muchos otros devotos. El sueño se tornó vivo ante mis ojos. La seguridad final de la presencia de Bhagavan fue cuando inició el discurso divino y comenzó a fluir el néctar de las palabras de Sus palabras. Mi corazón se llenó de alegría porque Swami había regresado y desde ese momento, no ha habido mirar hacia atrás.
 
Swami también nos dio mayor seguridad de Su omnipresencia cuando, durante una entrevista grupal, habló sobre una conversación que mi esposa y yo tuvimos en privado . Esto consolidó aún más mi fe en la forma sutil y así empezó un nuevo capítulo en mi historia con el Señor. La mayor bendición que tenemos hoy mi familia y yo es la oportunidad de ser parte de la misión de Swami y prestar nuestros servicios durante los diversos eventos que tienen lugar en Sathya Sai Grama, Muddenahalli.
 
Swami también me ha dado el privilegio de ser parte del Programa de Desayuno Annapoorna, a través del cual todas las mañanas se les da el desayuno a los niños de familias de bajos recursos económicos que lo reciben según las instrucciones de Bhagavan. Mediante el voluntariado en varios centros de servicio, pude ver personalmente el impacto de este programa en los niños y la transformación que ha provocado no sólo en ellos y los voluntarios, sino también en el entorno. Esto me impulsó a buscar una escuela cercana a mi residencia. Con la gracia de Swami, identificamos una escuela con 325 niños donde hemos estado sirviendo el desayuno durante el último año y medio. Habiendo comenzado de manera humilde con sólo nueve voluntarios sirviendo a los niños, ahora tenemos más de cuarenta voluntarios que ofrecen comida y participan en otras actividades como Swachh Bharat, campamentos médicos, clases de Balvikas, etc.
 
LA TRANSFORMACIÓN
 
He observado una quintuple transformación desplegada en la escuela durante el último año.
 
En primer lugar, los niños han desarrollado disciplina y son regulares en la escuela, a diferencia de antes. Se están desempeñando mejor en las escuelas y su asistencia y capacidad de atención han mejorado. Los niños nos llenan con su amor cada vez que los vemos e interactuamos con ellos. Una vez, nos dijeron que después de completar su educación, a ellos también les gustaría prestar un servicio similar a la sociedad, lo cual fue muy alentador. Pequeños actos cuando se multiplican por millones de personas pueden transformar el mundo.
 
En segundo lugar, los profesores, que inicialmente eran reacios a permitirnos llevar a cabo el seva en la escuela, ahora han empezado a participar en la actividad con gran celo y vigor.
 
En tercer lugar, el vendedor que suministra las materias primas para la comida, al escuchar el propósito de la actividad, comenzó a ofrecer los productos a un precio subsidiado, ya que quería contribuír también al servicio.
 
En cuarto lugar, nuestros vecinos, que nos veian cocinar, transportar y servir todos los días, comenzaron a mostrar interés y a involucrarse en el seva.
 
Por último, la transformación que experimentamos dentro de nosotros mismos en cada momento que pasamos con los niños está más allá de las palabras. Al sumergirnos en el servicio a los demás, hallamos nuestras propias vidas y nuestra propia felicidad.
 
Los proyectos de servicio de Bhagavan no son más que caminos que nos permiten transformarnos y progresar a lo largo del sendero espiritual de la autorrealización. Todo lo que puedo hacer es ofrecer mi gratitud a Bhagavan por darme la oportunidad de permanecer con Él y servirlo a través de Su creación. Me considero afortunado de vivir estos maravillosos tiempos bajo la guía y el amor de nuestro Amado Señor.
 
Fuente: Sai Vrinda – 1/9/2017