MI INCREÍBLE SAI – por Nanditha Pandith, 16/7/2016

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MI INCREÍBLE SAI
 
por Nanditha Pandith
16/7/2016
 
Se dice que un libro puede abrir el mundo a nuevas posibilidades. Pero, ¿y si es un libro sobre el Avatar del siglo? Nanditha M Pandith, estudiante del último año de MBBS (Licenciatura en Medicina y Cirugía) en Navodaya Medical College, Raichur, descubrió un mundo completamente nuevo, a través de una serie de eventos que comenzaron una vez que leyó un libro de Sai Baba. Delegada de la Reunión Nacional de Jóvenes celebrada recientemente en Muddenahalli, aquí comparte su experiencia y sus aprendizajes, tanto durante el Encuentro como fuera de él.
 
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Soy estudiante de Ciencia. Estoy estudiando para ser médico y mi mente está entrenada para ir por la lógica y no por el corazón. Pero la única vez que decidí seguir a mi corazón, pagó ricos dividendos, cambiándome a mí y a mi vida con eso. Tuve la bendita oportunidad de asistir al Encuentro Nacional de la Juventud celebrado en Sathya Sai Grama, Muddenahalli y puedo decir de manera convincente que la reunión de tres días cambió mi vida para siempre.
 
 
Sathya Sai hace una entrada
 
 
Mi historia con Sai comenzó hace cuatro años en diciembre de 2012, cuando el libro ‘Tapovanam’ encontró su camino en nuestra casa. Nos lo dio uno de los amigos de mi padre. Pero como nadie en mi casa era un devoto, fue debidamente relegado a un estante en el altar. Nadie se molestó en leerlo.
 
 
Por la misma época, llegue a casa de vacaciones y estaba angustiada porque no había tenido éxito en mis exámenes.Tenía algunos retrasos (exámenes sin aclarar) y estaba preocupada por mi falta de excelencia académica. En pocas palabras, estaba deprimida. Todos los días hacía un poco de Pooja (ritual religioso) y cantaba “Sri Rama Raksha Strotram”, dedicando la mayor parte de mi tiempo simplemente a sentarme y no hacer nada, dejando que mi mente vagara sin rumbo tratando de descubrir dónde había fallado en mis esfuerzos. Mi padre, incapaz de verme así, me dio el Tapovanam para una lectura. Sintió que podría ayudar a olvidarme de mis preocupaciones. Sin cuestionar, leí el libro. ¡A los pocos días, obtuve mis resultados y supe que había aclarado todos mis asuntos! Le agradecí al Señor Rama por Sus bendiciones y me olvidé por completo del libro. La vida siguió su curso.
 
 
Mi cita con Sai Baba volvió a ocurrir, y esta vez fue dos años después, en noviembre de 2015. Conocí a un amigo mío, que es alumno del campus de Alike y comenzamos a hablar de Bhagavan. Por cierto, recordé haber leído acerca de Él en Tapovanam y le hablé de lo impresionada que estaba con el trabajo realizado por Sai Baba. Nuestra conversación fue un detonante y me intrigó lo suficiente como para volver a leer el libro. Por supuesto, esta vez seguí la forma prescripta de leerlo – de jueves a jueves. Mi amigo me había contado sobre la presencia sutil de Swami en Muddenahalli y después del Parayana (lectura del libro), mi deseo de ver a Swami alli comenzó a hacerse más fuerte cada día.
 
 
Después de tres meses de intenso anhelo, finalmente decidí confiar en mis padres. Les conté cuanto deseaba ir a Muddenahalli. Mis padres, preocupados por mi bienestar académico, se ofrecieron a llevarme en junio luego de mis exámenes. ¡Estaba destrozada! Fue cada vez más doloroso esperar para estar en presencia de Swami. Me preguntaba cómo Swami se había convertido en una fuerza motriz en mi vida. Mientras mi mente no lograba razonar este profundo deseo mío, el universo ya había puesto en acción su plan para mí. Me encontré con mi amigo Sai una vez más. Y esta vez, me informó sobre el Encuentro Nacional de Jóvenes en Muddenahalli que se celebraría en mayo. Las noticias fueron un soplo de aire fresco. Me aferré a ellas con todas mis fuerzas e inmediatamente me registré como delegada, esperando ansiosamente el día destinado de mayo.
 
 
Pero la mente, como dicen, es una gran embaucadora. A medida que los días pasaban, comencé a preguntarme si realmente debería ir. Mis exámenes se acercaban y me cuestionaba si los días fuera de mis preparativos podrían afectar mi desempeño. Pero, afortunadamente, prevaleció el sentido común y decidí seguir mi corazón y asistir al Encuentro. Sin más preámbulos, pronto dejé Raichur para llegar a Muddenahalli.
 
 
La cita divina
 
 
Una vez que llegué a Muddenahalli, las cosas mejoraron. Completé los trámites de registro y me encontré con otro delegado. Ella tuvo la amabilidad de acompañarme a mi habitación recientemente asignada. Mientras caminábamos hacia el alojamiento, recibimos información de los voluntarios de que Bhagavan estaba en camino. ¡Mi corazón literalmente pegó un salto! No esperaba ver a Swami el primer día de mi llegada, y aquí estaba a minutos de realizar mi sueño de muchos meses. Pero desafortunadamente, no estaba vestida apropiadamente de acuerdo con las regulaciones del ashram. Acababa de llegar y no había tenido tiempo suficiente para cambiarme. Las damas voluntarias me pidieron que me pusiera rápidamente un vestido más adecuado y que fuera al Darshan. Mi nueva amiga se ofreció a ayudar también, pero yo estaba dividida. No quería perder la oportunidad. ¿Qué pasaría si Swami se va antes de que yo me cambie y regrese? Entonces, me escondí detrás de la multitud de delegados, devotos y voluntarios para echar un vistazo a Swami. Debo confesar, estaba un poco incómoda. Era un lugar nuevo y no conocía a nadie. Pero la Divina Madre habia sentido probablemente esta molestia. Después de que Bhagavan llegó, como para calmar mis preocupaciones, Él consoló amorosamente a todos y les dijo que no vacilaran ya que este era el hogar de su madre. De hecho, fue nuestra madre Sai. Esta fue mi primera experiencia del amor de Swami.
 
Él escucha nuestros pensamientos más íntimos
 
Como todos los devotos de Sai, que fueron bendecidos para experimentar la omnipresencia, omnisciencia y omnipotencia del Señor, ¡yo también tuve la buena fortuna de aprender y desaprender las muchas maneras de Dios durante mi estadía allí y después!
 
 
Como provenía de Karnataka, había sabido sobre la escuela de Alike. Pero también siempre me había preguntado por qué no había muchos más campuses educativos basados en valores en el estado. Mientras tomaba asiento en los procedimientos del primer día del Encuentro Nacional de Jóvenes, este pensamiento cruzó por mi mente otra vez. Y en cuestión de minutos, Sri Narasimha Murthy habló sobre todos los nuevos establecimientos que surgieron e iban a crearse bajo las instituciones Loka Seva. ¡Mientras, mi mente descartaba esta instancia como una mera casualidad, aconteció de nuevo!
 
 
Al estar en compañía de tales devotos incondicionales, mi corazón deseaba saber cómo yo también podría seguir el camino de Sathya Sai Baba. ¡Y en ese momento, Murthy Sir habló sobre cómo el camino a Dios es sólo a través de la entrega, y mostrando amor y compasión a los demás! Inmediatamente supe que estaba en la presencia de Dios. Esto no fue una coincidencia. Era una incidencia de Sai (Sai-incidence). Aunque asistir a la reunión de jóvenes era sólo un pretexto para ir a Muddenahalli y ver a Swami por mí misma, me ofrecía más que eso. Estuve atenta de tales conversaciones y discursos espirituales, que dejaron una marca indeleble en mi personalidad.
 
 
Al escuchar los discursos de Bhagavan me di cuenta de la importancia de la oportunidad que se me había otorgado y decidí sumergirme en la atmosfera espiritual, tanto como pude.
 
 
Mi madre siempre me había regañado diciendo que era mi ego lo que me deprimía. Aunque en realidad nunca me ocupé antes, escuchar al Padre Charles Ogada hablar sobre sacrificar el sentimiento del ‘yo’ como la esencia de Cristo, ayudó. Las lecciones de mi vida se iban aclarando.
 
 
Mi corazón estaba saltando de alegría. ¡Recibí más de lo que jamás había imaginado y esta fue sólo la primera sesión del primer día! Mientras estaba sentada recordando cómo terminé en Muddenahalli, en el regazo de mi madre Sai, me esperaban más dosis de amor. En la sesión de la tarde, el Padre Charles habló sobre cómo era el propio Swami que elegía quién llegaba a Él. Fue entonces cuando me di cuenta de que Swami había aparecido en mi vida con el disfraz del libro Tapovanam. Así es como la divinidad desciende a la humanidad. Mientras me deleitaba con este pensamiento, mi mente surgió nuevamente, recordándome que posiblemente no podría ascender, agobiada por mis karmas. Me sentí culpable por algunos de mis actos. Sentí que estaba fallando a mi Swami. Aquí estaba Swami, quien con todo Su amor me había dado una oportunidad tan hermosa, pero de repente sentí que no me la merecía. Le recé a Swami, en mi corazón, para que me perdonara y lo insté a purificarme. Le escribí una carta, rogándole para que me librara de todos estos sufrimientos.
 
 
Una vez más, y no hubo coincidencia, una respuesta divina me aguardaba. El padre Charles subió nuevamente al podio y, por orden de Swami, habló sobre el zoroastrismo. Él habló sobre el significado del fuego y dijo que el fuego siempre purifica. Así como cuando se arroja oro impuro al fuego, sale puro, la divinidad es pureza y para realizar esa divinidad en nosotros, debemos pasar por tiempos difíciles también. Habló sobre cómo Swami nos llama “Bangaru” (oro) la mayoría de las veces y explicó que cuando el oro se mezcla con aleaciones e impurezas, el Orfebre lo pone en el fuego. “No es para castigar al oro. Se hace simplemente para purificarlo. Por supuesto, durante ese tiempo, el oro se resiste como todos lo hacemos cuando Swami nos purifica, pero es el acto de Su amor. Cuando nos haga pasar a través del fuego sagrado, no tengamos miedo. Ustedes saben, cuando el fuego nos calienta lo rechazamos, lo negamos y luchamos contra él. Esto es sufrimiento. Pero cuando nos rendimos a Él, la purificación se vuelve dulce, y los sufrimientos se convierten en otra cosa … dicha pura”. Estaba llorando cuando lo escuché. Swami una vez más había respondido a mi duda.
 
 
Me senté para Darshan con la carta en mi mano, rezando fervientemente para que Swami me aceptara. Fue un día especial para mí, era el cumpleaños de mi madre. Pero mi Madre Sai lo hizo aún más especial. Él no sólo aceptó la carta, sino que dijo “Sari Pothundi”, asegurándome que todo estaría bien. En unos momentos, sentí que la paz descendía sobre mi ser. Las vibraciones divinas que experimenté cuando Swami caminaba entre nosotros están más allá de las palabras. Nunca me había sentido tan tranquila y saludable; ni siquiera en los templos y otros lugares de culto. Me llené de alegría y lloré de todo corazón. Estaba feliz sin medida.
 
 
El segundo día del Encuentro fue otro día memorable para mí. El tema del día fue ‘Ideales del Ramayana para los tiempos modernos’. El Señor Rama era mi Ishta Devata (Dios de elección) y, por lo tanto, amaba el Ramayana. Las charlas fueron bastante interesantes y me llenaron de lecciones. Aprendí a evitar la tentación de la negatividad y cómo tratar con ella a través del discurso de Swami Mitrananda. Una persona se debilita cuando enfrenta la tentación y la tentación se vuelve mucho más fuerte, explicó.
 
 
Mi corazón planteó preguntas que nunca antes me había hecho. Me encontré preguntándome cuál era el propósito de mi vida. El siguiente discurso de Su gracia, Shubh Vilas Das Prabhu, me ayudó a encontrar la solución. Él nos dio las cuatro Ls: vivir, aprender, amar y tener un legado por el cual vivir (Live, learn, love and legacy). “Para lograrlo, necesitamos las 6 C: elección, desafío, compromiso, conexión, compostura y certeza”, dijo.
 
 
 
Bocados de amor
 
 
Soy una gastrónoma confesa. El primer día del Encuentro de alguna manera no obtuve el prasadam. Era ladoo (dulce indio muy sabroso). Estaba refunfuñando con mi amiga y, para nuestra sorpresa, nos pusieron ladoo a cada una cuando entramos en el comedor. Me encanta el bisibele (arroz y dal), y estaba en nuestro menú de la cena. Swami no sólo estaba alimentando mi alma, también cuidaba mis gustos, ¡tal como lo haría una madre!
 
 
Por ahora, me había acostumbrado a que Swami respondiera a mis peticiones mundanas. Y como un niño, una vez más le pedí que me ayudara con mis mejores deseos. Normalmente como chocolates, de 5 estrellas para ser precisos, cuando me siento cansada. Quería algunos chocolates, pero no tenía ninguno. La sesión de la tarde fue una prueba del Ramayana, y se llamó ‘Chocolate Quiz’. ¡Cualquiera que respondiera correctamente las preguntas ganaría un 5 estrellas!
 
 
Y por la gracia de Swami, terminé el día no con una, dos o tres, sino siete estrellas. Pero Su gracia es una adicción tan divina, nunca sacia nuestro hambre espiritual. En la noche, me senté para Darshan con mi nueva posesión, el libro “Sookshma Sathya Sai, La base invisible de lo visto”, por Hiramalini Seshadri. Esta vez también un libro me llevó más cerca de mi Sai interior. Cuando Swami caminaba por la alfombra roja, todos los devotos se reunieron a ambos lados esperando Sus bendiciones, dando cartas, etc. Yo era uno de ellos, sosteniendo este libro. Swami tocó el libro y me bendijo. Una vez más, fui transportada a reinos más allá de la imaginación, impregnada con Su amor.
 
 
Si los dos primeros días fueron demostraciones de cómo rendirse, el tercer día fue una lección práctica de entrega para mí. Mientras Swami continuaba atendiendo mis papilas gustativas, el desayuno de la mañana fue Pongal, mi favorito, también tuve un hermoso sabor de Su omnipresencia.
 
 
El NYM – Encuentro Nacional de la Juventud había llegado a su fin y tenía que volver a la estación de autobuses de la ciudad de Bangalore para tomar mi autobús a Raichur.
 
 
Uno de los voluntarios accedió gentilmente a llevarme a Chikkaballapur. Me gustaría mencionar aquí cuán amorosos y afectuosos fueron los voluntarios. Los que nos servían la comida, o los que nos ayudaban con nuestras actividades cotidianas, cada voluntario aquí era realmente amoroso y sentía que era su deber servirnos a todos. Me conmovió profundamente su amor. De Chikkaballapur tomé un autobús a la estación de autobuses de la ciudad de Bangalore. Si bien hasta ahora todo había ido según el plan, las cosas empeoraron pronto. Estaba lloviendo mucho cuando llegué a Bangalore. Con mucha dificultad, logré reservar un asiento en el autobús de las 9 p.m. que me llevaría a mi ciudad natal. Pero en todo este alboroto, olvidé mantener una noción del tiempo. Para cuando me di cuenta, me quedaban sólo 10 minutos para llegar a la parada del autobús y ninguno de los conductores de automóviles accedió a llevarme a la parada designada debido al fuerte aguacero.
 
Cuando mi humor decayó, comencé a llorar. Con el nombre de Swami en mis labios, de alguna manera logré arremeter con el equipaje y caminar hasta la parada del autobús, sólo para no ver ningún autobús allí. Estaba destrozada. Me había perdido el autobús. Estaba inmovilizada bajo la lluvia, sola, en el medio de una parada de autobuses desierta. Lloré aún más fuerte, llamé a Swami para que me ayudara. Sólo Él podia, y lo hizo. Se me acercó un buen samaritano y me dijo que dejara de llorar y que verificara la hora de salida en mi boleto de autobús. Tomé mi boleto para verificar, solo para descubrir que el autobús saldría a las 9.50 p.m. ¡Había llegado a la parada antes de tiempo! Cuando me volví para agradecer a esta persona, no estaba a la vista. Intenté localizarlo, pero como dije, era una parada desierta y él simplemente no estaba allí.
 
 
Fue pura gracia de Swami, me di cuenta. ¿Quién era esta persona que apareció de la nada para ayudarme? ¿Cómo desapareció de repente? Si bien es posible que nunca encuentre las respuestas a estas preguntas, sé en mi corazón que todo fue obra de Swami. Me hizo leer mal los horarios del autobús, me hizo pasar por las tribulaciones e incluso acudió a mi rescate, únicamente para enseñarme la lección de la rendición, el camino hacia Él.
 
 
Amoroso Sai Ram
Nanditha Pandith
 
Fuente: Sai Vrinda