PAROPAKAARAM IDAM SHAREERAM – por Sri Hariprasad y su esposa Kalpana – Junio 9, 2016

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PAROPAKAARAM IDAM SHAREERAM

por Sri Hariprasad y su esposa Kalpana
Junio 9, 2016

“La mejor manera de encontrarse a sí mismo es perderse en el servicio a los demás”. Esta cita de Mahatma Gandhi es la que mejor resume el viaje espiritual del matrimonio Hariprasad.

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La Sra. Kalpana Hariprasad fue presentada a Swami por su madre, y Sri Hariprasad vino a Swami sólo después de su matrimonio. Y juntos, se lanzaron a la acción, viviendo una vida de servicio, inspirados por la vida y las enseñanzas de su amado Dios, Guía y Protector, Sri Sathya Sai Baba. Una inspiración para la juventud Sai, la pareja es un testamento viviente de lo que la devoción, la dedicación y la disciplina en seguir las enseñanzas de Bhagavan pueden lograr – felicidad no sólo para los que son servidos sino también para los que sirven.

La pareja, a finales de sus 60 años, rebosa de energía cuando hablan de Swami. ¡Es difícil no dejarse atraer por su entusiasmo, haciendo que uno se pregunte cuál es el secreto de su felicidad! “Todo es Swami”, cuenta una alegre señora Kalpana, sus ojos brillando con una relajada serenidad que quizás sólo años de penitencia puedan traer. Sri Hariprasad dice: “Todo lo que hacemos es Su obra y Él se encarga del resto”.

Las primeras experiencias

Entonces, ¿cómo empezó todo? ¿Cómo llegaron a Swami? La Sra. Kalpana, Al borde de su silla, se prepara para emprender el viaje por el sendero de los recuerdos. “Fue en el año 1974. Todavía estaba en la universidad, cuando tuve la bendita oportunidad de pisar las arenas sagradas de Prashanthi Nilayam por primera vez. Una amiga de mi madre le había dado la biografía del profesor Kasturi sobre Swami, el libro Sathyam Shivam Sundaram. Después de leerlo, mi madre se sintió atraída por Parthi. Y afortunadamente, me llevó con ella.”

Una visita fue todo lo que necesitaron para darse cuenta de la divinidad de Bhagavan. “Mi madre vio a Swami en el Chandrabimbam (en la luna) durante su primera estancia en Prashanthi Nilayam. Eso fue suficiente para convencernos de la divinidad de Swami”.

“Vivíamos en Chennai en esos días y toda mi familia fue bendecida al presenciar y experimentar muchos milagros en Sundaram” (la morada de Swami en Chennai). Esas primeras experiencias ayudaron a desarrollar su fe en Swami, confiesa. “Fue un proceso lento pero sólido. Esperaba con impaciencia el próximo “milagro” de Swami, sin darme cuenta de que Su mayor milagro era la transformación que yo estaba experimentando. Swami también me acompañaba en mi búsqueda de milagros y dejaba caer flores de Sus fotos, cada vez, después del canto del Sai Ashtothram en mi casa”.

Estas experiencias la animaron a ganar más de Su gracia y se dedicó a cantar bhajans y al servicio. “¡En poco tiempo, Swami se había convertido en la única fuerza propulsora detrás de todo en mi vida!”

Dios es el arquitecto de nuestras vidas

Sin embargo, el viaje espiritual de Sri Hariprasad comenzó mucho más tarde. “Antes dirigía el grupo anti-Baba”, confiesa tímidamente. Su vida tomó una nueva dirección a partir de octubre de 1979, cuando se casó. Atribuye el cambio de perspectiva a los libros El hombre de los milagros, de Howard Murphet y El hombre santo y el psiquiatra, del Dr. Samuel H. Sandweiss. Por supuesto, ayudó que su esposa fuera una creyente incondicional de Swami.

Pregúntenle si hubo algo en particular que provocó su transformación, y compartirá una experiencia notable. “A principios de los 80, una vez que tuve que abordar un tren con mi anciana madre, antes de que pudiéramos ascender el tren empezó a arrancar desde la estación. Por alguna razón que todavía no puedo entender por qué, le recé a Swami para que me ayudara en ese instante. Y para mi sorpresa, en pocos momentos el tren se detuvo. ¡Rápidamente nos subimos y sólo después de estar cómodamente sentados, el tren empezó a moverse de nuevo! No podía negarlo más. Sabía que era obra de Swami, y me di cuenta de que no era un hombre común y corriente”.

Banquero de profesión, a menudo era transferido a muchos sitios. Y por la gracia de Dios, el traslado a diferentes ciudades fue siempre una experiencia satisfactoria. La familia se asentaba rápidamente y comenzaba su búsqueda del Samithi Sai más cercano involucrándose en las actividades de servicio. Poco sabían entonces que todos los años que pasaron haciendo tal seva fue un buen entrenamiento para el enorme seva que Swami tenía reservado para ellos.

“Nuestro viaje al Servicio Sai comenzó hace tres décadas. La prestación del servicio ha transformado ciertamente nuestras vidas de ‘dar felicidad’ a ‘convertirse en felicidad’, comparte Sri Hariprasad, con una confianza segura que es difícil de encontrar.

“Todo era Su plan para nosotros”, agrega la Sra. Kalpana. “Después de mi boda, Swami me dio la oportunidad de fortalecer mis conocimientos y habilidades de muchas maneras. Me involucró en las actividades de seva en diferentes Sai Samithis, donde participé en bhajans, nagara sankirtan, y campamentos de donación de sangre además de Narayana Seva y Balvikas (educación Sai de los niños en las aldeas”.

Por ejemplo, una vez, cuando Sri Hariprasad estaba destinado en Ernakulam, Kerala, la Sra. Kalpana tuvo la oportunidad de prestar servicios en hospitales públicos, no sólo para disipar sus temores sobre los medicamentos y los hospitales, sino también para sensibilizarla sobre la difícil situación de los pacientes.

Fue como si Swami estuviera añadiendo “experiencia relevante” a su currículum de servicio. En octubre de 2.000, cuando el Sri Sathya Sai Super Speciality Hospital inició sus operaciones en Bangalore, pudo ofrecerse de inmediato como voluntaria y servir a los pacientes con alegría. “Lavaba vasos en el departamento de dietética, servía como una mensajera en las salas de cardiología y neurología, trabajaba en el laboratorio … Estuve expuesta a múltiples oportunidades de servicio allí”. A pesar de que el servicio regular en el hospital la mantenía alejada de su familia durante una semana cada mes, no fue difícil. “Dios se ocupó de mi trabajo cuando yo trabajaba para Él”, dice ella.

¿Y cuándo se convirtió en maestra de Bal Vikas? “Fue cuando mi marido era transferido a Baroda. Es aquí donde conocí a la Srta. Kamala Pandya, la legendaria Gurú de Bal Vikas. Me convenció de que me dedicara a enseñar en los grupos I, II y III de Bal Vikas”. Aunque la Sra. Kalpana no creía que enseñar a los niños fuera su punto fuerte, sintió que las manos invisibles de Swami la guíaban a ello. Y así, ella consintió.

En retrospectiva, fue definitivamente la voluntad de Swami para ella, ya que ahora es una Gurú segura y bien entrenada, enseñando a los niños en el centro seva de desayunos de la escuela gubernamental de Doddabelle.

“Mi experiencia de llevar Bal Vikas para niños de Sai Samithis y aldeas, enseñar bhajans, visitar pueblos y preparar platos nutritivos para los niños de allí, hacer una limpieza regular del Samithi cuando fuera necesario…. todo fue muy útil cuando empezamos el seva en Doddabelle”.

De la Forma a lo Sin Forma – la transición sutil

Muy pronto, sin darse cuenta, el servicio se había convertido en su forma de vida, y Swami en su aliento vital. Y esto se puso a prueba en abril de 2011 con el pasaje físico de Swami. “Aunque no fue fácil, canalizamos la tristeza para hacer Su trabajo”, comparte Sri Hariprasad.

“Fue en octubre de 2014 cuando escuché por primera vez el discurso de Swami en Su forma sutil. ‘Ya no estoy en forma física. Para que Yo pueda llevar a cabo Mi misión, de ahora en adelante vuestros cuerpos serán Mi cuerpo, vuestras manos Mis manos, vuestros pies Mis pies y vuestra vida Mi mensaje’. Cuando escuché estas palabras, inmediatamente, en mi corazón, supe que no era otro que Swami Mismo”.

Este mensaje de Swami fortaleció la resolución de la pareja de servir más. “Realmente no era un concepto extraño para nosotros. Ya sea en casa o en otros lugares, oramos con la fe de que el Dios sin forma impregna cada átomo del Universo y está en nosotros, a nuestro alrededor, protegiéndonos, guiándonos y cuidándonos”. Por lo tanto, no fue un conflicto mental para nosotros en absoluto, explica Sri Hariprasad. “De hecho, el lenguaje casto y característico de Swami y la dicha que obteníamos al escuchar Su discurso fue suficiente para convencernos de que en realidad era sólo nuestro Swami”.

El hecho de que Swami continuara enfatizando la importancia del servicio desinteresado, incluso en Su forma sutil, sirvió como un poderoso estímulo para ellos. Y así comenzó el nuevo capítulo de su viaje espiritual, el servicio en la aldea de Doddabelle.

Desayuno Seva – una oportunidad enviada por Dios

Una cocinera talentosa, la Sra. Kalpana pone en práctica sus habilidades culinarias y prepara platos nutritivos para los niños en Doddabelle, mientras que Sri Hariprasad los entrena en inglés oral, comenzando desde lo básico con un plan formal para la semana. También les enseña habilidades informáticas, y la importancia de la higiene y la limpieza.

La “Iniciativa de Desayuno Seva”, emprendida por los jóvenes Sai, consiste en servir desayunos gratuitos y nutritivos a los niños desfavorecidos que asisten a la escuela en la aldea de Doddabelle (a unos 20 kilómetros de Banashankari, un suburbio de Bangalore). Alrededor de 70 – 80 niños se benefician de este programa de desayunos todos los días. Los niños, según la guía de Swami, son servidos con comida balanceada, compuesta de Idly -Sambar, Arroz – Chutney, Chapathi-Kurma, Frutas y Leche en rotación. Inspirada por el éxito del seva en esta escuela, la iniciativa se ha extendido desde entonces a muchas escuelas de Bangalore y otras ciudades.

Recientemente, con la ayuda de otros profesionales y voluntarios, organizaron un campamento de verano en Doddabelle. El campamento fue un programa bien ejecutado para los niños durante nueve días, con un régimen que incluía yoga, desarrollo de la personalidad, habilidades sociales e historias morales de diferentes creencias religiosas. Los niños fueron expuestos al arte y a la artesanía y se les animó a plantar árboles jóvenes, sembrando las semillas de la conciencia y la responsabilidad ambiental en ellos a una edad temprana.

La unión que el dúo comparte con los niños en las escuelas es evidente por el hecho de que celebraron con ellos el maravilloso hito del 60º cumpleaños de Sri Hariprasad. “Estos niños son nuestra familia. Y estamos muy agradecidos con ellos, ya que la participación en el servicio de desayuno y otras actividades de seva es la parte más bella de nuestras vidas. Sin ella, nuestras vidas habrían sido un desperdicio”, comparte Sri Hariprasad. El ‘héroe de todo tiempo’ del grupo, como se le llama cariñosamente, añade, “incluso en medio de prioridades que se superponen, no quiero perderme nunca la oportunidad de hacer seva”.

Físico o Sutil – es Su omniciencia que energiza

¿Qué es lo que los mantiene inspirados y enfocados en el servicio? La pareja se mira, sonríe y concuerda en que es la benevolencia y la omnipresencia de Swami lo que los incita a cada momento. “La historia de cómo nos convertimos en los receptores de las padukas (sandalias) de Swami es prueba de Su presencia continua en nuestras vidas”, confiesa Sri Hariprasad.

“Fue en la víspera de Gurupoornima en julio de 2015. Estábamos en camino a Muddenahalli, cuando nos detuvimos a tomar una taza de café y tuvimos un encuentro casual con Sri Srinivasa Chettiar, el hijo del venerado Sri Subramanya Chettiar de Madurai. Me acerqué a él, y en el curso de nuestra interacción, intercambié impresiones con sobre sus actividades Sai, así como acerca de los eventos en Muddenahalli”.

Durante su conversación, Sri Hariprasad preguntó si Sri Chettiar tenía alguna de las Padukas de Swami de más. Pensó por un momento y le dijo que había un último juego disponible, pero que se lo daría sólo si sentía el impulso interior de Swami para hacerlo. Swami les había dicho a los Chettiars que las padukas llegarían legítimamente a las casas de sólo aquellos devotos que Él quisiera. Sri Srinivas les pidió que vinieran a Puttaparthi al día siguiente. Y cuando llegaron a su residencia, en la auspiciosa mañana de Gurupoornima, al día siguiente, fueron bendecidos para recibir las padukas bendecidas por su Gurú! “Esto no fue una coincidencia. Era la voluntad de Swami y Sus bendiciones”, exclama Sri Hariprasad, atribuyendo la omnipresencia de Swami en sus vidas a su motivación para servir.

Pídanles que compartan más ejemplos y la Srta. Kalpana narra una experiencia en la que Swami la curó instantáneamente. Durante las celebraciones del Athi Rudra Maha Yagna en Muddenahalli en octubre de 2015, mientras estaba sentada en los recintos del Darshan, sintió un intenso dolor en su cuerpo y no podía moverse. La voluntaria, sentada a su lado, observó esto y explicó su condición a Swami, pidiéndole que la curara de su dolor. Swami miró intensamente a la Srta. Kalpana y dijo: “Anta Saripotundi” (todo estará bien) tres veces. Y fiel a Su palabra, incluso antes de que hubiera completado las rondas de darshan, el dolor había desaparecido y ella se sentía como nueva.

“Swami es el residente de nuestros corazones. Escucha cada uno de nuestros pensamientos”, añade Sri Hariprasad. Recuerda otro caso, y luego lo comparte él mismo. “El 13 de marzo de 2016, durante el Encuentro de Voluntarios de Sai Annapoorna, realmente quería que Swami reconociera los esfuerzos de su esposa en Bal Vikas y hablara con ella. Y Swami la bendijo con dos paquetes de Vibhuti”.

El secreto de la felicidad está en ayudar a los demás

En sus sesenta años, la pareja presenta una imagen muy idílica. Hay una felicidad innegable no sólo en sus rostros, sino también en su presencia. No es de extrañar que sus dos hijos sean también voluntarios activos. Mientras que su hija, que vive en Estados Unidos, es una maestra Bal Vikas; su hijo, un profesional de IT en Bangalore, enseña meditación a los niños en la escuela gubernamental y les ayuda con el aprendizaje de computación.

“La familia que sirve junta, permanece junta”, responde su hijo, explicando el secreto de sus felices vidas. “Como familia, todo lo que queremos de Swami es que nos mantenga a todos en su divino redil divino por siempre”, concluye.

Fuente: Sai Vrinda