PREGUNTAS A SWAMI – Sobre destino y libre albedrío – Encuentro Mundial de la Juventud – Muddenahalli, 21/11/2019

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PREGUNTAS A SWAMI – Sobre destino y libre albedrío
 
Encuentro Mundial de la Juventud
Muddenahalli, 21/11/2019
 
Pregunta: Cada alma viene a la Tierra con un contrato específico, que es su propio destino. Eso significa que tiene un destino. Qué pasa si un alma no cumple su destino, sino que se desvía y hace un trabajo diferente. ¿De quién es la decisión cuando esto sucede? ¿Es el libre albedrío, o algún lugar en el medio – que la mente decidió elegir un camino diferente?
 
Swami: Esta es la historia de la gallina y el huevo. ¿Es el destino o el libre albedrío? Qué es primero, qué es segundo. La verdad es que sólo hay una voluntad, que es la voluntad de Dios. Pero, bajo esa misma voluntad, Dios decide dar un poco de decisión a cada individuo. Como ejemplo, el padre gana dinero y le da algo de dinero de bolsillo al niño. El padre dice: “Es tu cumpleaños, toma estas cien rupias – o tal vez cien rupias es poco en el mundo de hoy, así que – toma estas mil rupias y haz lo que quieras para tu cumpleaños”. El dinero es del padre, no del hijo. El hijo no se lo ha ganado, pero el padre lo ha concedido. Ahora, el hijo toma el dinero, va al mercado, lo gasta como quiere y regresa a casa. La otra elección que puede hacer el hijo es, “Padre, no sé qué es bueno para mí y qué es malo para mí. Puede que malgaste este dinero. Puede que no lo use bien. Así que, ya que tú lo sabes mejor, te lo ofrezco de vuelta. Llévate estas mil rupias y haz lo que sea necesario para mi cumpleaños. Compra lo que es bueno para mí, ya que no entiendo lo que está bien, o lo que está mal”. Así que el hijo ofrece las mil rupias a su padre. Ahora mismo estaba diciendo que cuando la voluntad del hombre es devuelta a Dios, se convierte en rendición. Entonces, una mente entregada es una mente guiada. Una mente entregada es guiada por Dios, porque él ha ofrecido esa mente a Dios. “No quiero tomar una decisión por mí mismo, no quiero hacer nada, porque no sé lo que está bien y lo que está mal. Así que Dios, por favor, guíame”.
 
Estuvimos en Asís y hay una hermana muy anciana que pertenece a la Orden Franciscana. Tiene más de 80 años. Le dije: “Hermana, ven a la India”. Ella respondió: “Swamiji, no voy, no vengo, sólo sigo”. Lo que quiso decir es que no tiene elección propia. No puede ir sola o venir sola. Simplemente sigue la guía que Dios le da en su interior. Entonces, una mente entregada es una mente guiada. Ahora, ¿qué pasó en el camino? Dios te dio un poco de libre albedrío. Él te dijo: “Toma, vas a nacer en la Tierra. Úsalo como quieras”. Algunos dirán: “No, Dios. Retira lo dicho. Tú me dices qué hacer. Sólo haré Tu voluntad”. Otros pensaran, “Oh, mi Padre me ha dado mil rupias. Iré a la tienda a la que quiero, sin ningún tipo de control, sin ninguna restricción por parte de mis padres. Mi padre siempre me lleva a la misma tienda de dosa. Iré a la pizzería esta vez porque él no está mirando”. Así que gastará el dinero de la manera que quiera. Y así es como empezamos a desviarnos del camino original. Pero Dios siempre está ahí guíandonos.
 
Siempre uso este ejemplo. Cuando queremos salir de viaje, hay un sistema GPS en nuestro coche, y la dama del GPS sigue hablando: “Gira a la derecha después de 100 metros, luego a la izquierda en 200 metros, toma esta carretera, sigue recto 500 metros…”. Ella sigue hablando. Supongamos que simplemente seguimos las instrucciones. Llegaremos exactamente adonde se suponía que iríamos en el momento preciso; supongan que no seguimos las instrucciones. Cuando el GPS dice que giremos a la derecha, nosotros giramos a la izquierda. ¿Qué hará el GPS? Volverá a calcular la ruta. Nos dirá que tomemos la siguiente a la izquierda o a la derecha y demos una vuelta completa y volvamos al mismo lugar. Ahora el viaje que podría haber sido cubierto en quince minutos toma una hora porque nos hemos desviado. Y esa es la historia de cada alma. Cuando el alma nace, Dios le da un poco de voluntad. Usa tu voluntad, usa tu discriminación y lleva una buena vida. Pero durante un período de tiempo si no aprendes a entregar la voluntad a Dios, entonces seguimos haciendo lo que queremos hacer. Nos desviamos del camino correcto, pero Dios es misericordioso. Cuando volvemos y rezamos: “Por favor, guíanos, nos hemos perdido”, Dios nos guiará de nuevo. Cuando ofrecemos nuestra voluntad a Dios, volvemos al mismo camino y llegamos a nuestro destino.
 
Todos tienen el poder de usar la voluntad ellos mismos o retornarla a Dios como un padre que ha dado dinero a su hijo y le ha permitido usarlo de la manera que quiera. A menos que el hijo o la hija se lo devuelva al padre, el padre no va a pedir que le devuelvan ese dinero, ni tampoco va a preguntar cómo lo van a gastar. Lo dejará a nuestra discreción, a nuestra discriminación, y que así sea. Por lo tanto, la mejor manera de lidiar en la vida es ofrecer nuestra voluntad a Dios, rendirnos y decir: “Dios, te seguiré. Te seguiré. No quiero hacer nada por mi cuenta”. Y cuando rezan así, la guía viene de lo interno.
 
Ayer Tashanthi dijo que, hay ‘silencio’, y hay `escucha’. Un anagrama de la misma palabra silencioso S-I-L-E-N-T – L-I-S-T-E-N es escuchar. Escuchar y callar no son más que dos caras de la misma moneda. Cuando nos callamos – nuestras mentes parlotean, “Quiero hacer esto, quiero comprar aquello, quiero ir aquí, quiero convertirme en eso”. El asistente silencioso dice: “Dios, dime, ¿qué debo hacer? ¿Adónde debo ir? ¿Cuál debe ser mi forma de vida? ¿Cuál es el camino que debo tomar?”. Entonces escuchamos la voz desde nuestro interior, la guía. Luego, como un GPS – God Positioning System – nos lleva correctamente a nuestro destino, sin desviaciones.
 
Fuente: Encuentro Mundial de la Juventud 2019 – Preguntas y Respuestas
 
Nota: Esta es una traducción provisoria realizada por devotos voluntarios, como servicio de difusión. Las traducciones oficiales son efectuadas a su debido tiempo por la editorial Premamruta Prakashana, de Muddenahalli.