Serie de discursos: CONTROLA LA MENTE – N°. 6

      Comentarios desactivados en Serie de discursos: CONTROLA LA MENTE – N°. 6

 

(Descargar el archivo: DD 28 abril 2020 Shankara Jayanti)

DIVINO DISCURSO DE BHAGAVAN SRI SATHYA SAI BABA 

28DE ABRIL DE 2020

ADISHANKARA JAYANTI

 

Adi Shankara comenzaba cualquiera de sus prédicas alabando a su gurú Govinda Bhagavadpada: «Tú eres el profeta, tú eres el conocedor de todo el Vedantasara, la esencia de todos los Vedas. Tú ves todos los Vedas como ves una grosella en la palma de tu mano. Mas tú permaneces invisible. Eres la dicha suprema; yo te saludo».

 

Sri Vivekananda comenzaba sus oraciones y sus prédicas orando a su gurú, Sri Ramakrishna Paramahansa. ¿Cuál era su oración? Así describía a su gurú: «Tú estableces el dharma y eres la encarnación de todo el dharma. Eres el más grande de los avatares. Yo te venero, Ramakrishna, yo te saludo».

 

¿Cómo puedo describir al gurú, que es Dios? En esos dos casos los gurús nacieron hombres y se volvieron dioses. En nuestro caso el gurú ha nacido Dios y se volvió hombre; es al contrario. Entonces, ¿cómo lo veneramos? ¿Existe alguna descripción de Él? ¿Hay palabras en los diccionarios de toda la humanidad que puedan describir la gloria de un gurú así, quien es, en realidad, Dios? Y que se vuelve hombre por el bien de sus discípulos. En otros casos el gurú se vuelve Dios para ellos. En nuestro caso Dios se volvió gurú.

 

¿Cómo lo puedo describir? ¿Debería decir que Él es el Vedantasara? «Sólo Tú eres el Vedantasara. Sólo Tú eres todo el dharma. Eres la encarnación del dharma. ¿Siquiera te debería llamar avatar? Porque Tú eras, Tú eres, Tú serás. No vienes y vas. Otros pueden venir y se van». Incluso «¿puedo clasificarte como un avatar?» es la pregunta que siempre nos hacemos.

 

«Sathya Saine namaha, eres la esencia de todo el Vedantasara. El Vedanta es el sara (esencia) de todos los Vedas. Tú eres el sara del Vedanta. La esencia. El supremo. No eres menos que eso. No puedo siquiera clasificarte como un avatar porque Tú no vienes y te vas. Eres siempre. Fuiste, eres y serás. Tú eres ese tipo de gurú para nosotros». Eso es lo que los discípulos de los Vedas deberían recitar.

 

Miren la suerte, créanlo o no, percibo claramente en mi lado derecho a Adi Shankaracharya, en mi lado izquierdo a Vivekananda. Ambos están mirando a la audiencia y están diciendo que el mundo que empezó con Adi Shankara y que continuó con Vivekananda debe culminar en Sathya Sai, y sus discípulos.

 

El gurú de Adi Shankara, Govinda Bhagavadpada, estaba muy, muy preocupado en esos días porque su gurú Gaurupada le había dado una tarea, la de difundir el Advaita (no dualidad) Vedanta a todos. Por desgracia, en esos tiempos la estupidez, los rituales y la ortodoxia en las religiones estaban destruyendo la cultura de la India. Se estaban olvidando del Sanathana Dharma. Gaurupada estaba ya muy viejo y le había dado la tarea a Govinda Bhagavadpada de simplificar las escrituras, de presentarlas en un lenguaje de la época, a todos. Debía  mandar a sus discípulos por toda la nación para difundir la idea del advaita, pero, por desgracia, él también se había envejecido esperando a un discípulo digno, sin haber sido capaz de lograr mucho.

 

Fue entonces que Dios decidió: «Le voy a mandar una persona a Govinda Bhagavadpada. El pobre hombre piensa todos los días que lo que su gurú empezó, él no ha sido capaz de completar, por estar esperando al discípulo adecuado. Él reza “por favor, ¡envíame a alguien!” continuamente». Y así fue que nació Shankaracharya.

 

No nació porque el gurú le pedía un niño a Shiva, y Shiva se le apareció en un sueño y le dijo: «te voy a dar un niño». Los padres fueron sólo instrumentos para traer a Shankaracharya al mundo. Pero, ¿cuál fue la verdadera razón? Su gurú. ¿Quién era el gurú? Govinda Bhagavadpada quien estaba triste de que no podía lograr lo que su gurú le había encomendado. Por lo que estaba sufriendo en su interior, y seguía rezando al Señor: «Por favor, haz algo, porque yo no soy capaz de hacer lo que mi gurú me ha pedido». Shankaracharya nació debido a las oraciones de su gurú. Ustedes saben la historia de lo que sucedió después.

 

Se volvió un sanyasi (renunciante) a una temprana edad. Su madre le dio permiso de irse después de que falleció su padre. Entonces, caminó hacia Dharmada y ahí fue que conoció a su gurú Govinda Bhagavadpada. Y a la primera pregunta de este «¿Quién eres?», le respondió «Chidananda Rupa, Shivoham, Shivoham». El gurú dijo «Ya tengo mi discípulo. Nadie me ha contestado con tanta convicción como este joven. Ninguno de mis discípulos».

 

El gurú tenía un par de personas que estaban escribiendo y transcribiendo. No habían imprentas. Las personas escribían y leían, escribían y leían. Si querían difundir algo y alcanzar a más personas, ¿qué tenían que hacer? Tenían que escribir y reescribir todo. Sus manos eran las impresoras. O sea que escribían y reescribían, pero nadie tenía el valor de comentar las escrituras. Nadie tenía el grado de madurez como para escribir algún comentario en ellas; para explicarlas al hombre común desde un lenguaje tan difícil como el sánscrito a un lenguaje que pudieran entender. No había nadie que tuviera esa capacidad.

 

Mas Shankaracharya sí tenía esa capacidad. Cuando se unió a su gurú en el ashram de Dharmada, hizo historia. El les dio vida a todas estas escrituras que estaban muriendo. Y se aseguró que llegaran a toda la nación. Él no sólo escribía y callaba, no sólo escribía comentarios y callaba, sino que caminaba todo el largo y ancho de la nación. Y, ¿qué hacía? Difundía el Advaita Vedanta, que era lo que su gurú quería.

 

Por lo que hizo eso sin preocuparse de qué tan lejos tenía que ir, si es que había una habitación en un hotel, si le facilitaban un vehículo, si es que alguien lo podía recoger o dejar, si tenía para almorzar o comer. Callado, solamente caminaba. Su gurú le dijo que tenía que establecer el Vedanta Sedanta. Él le preguntó cuál era el camino. Su gurú le contestó: «Tienes que derrotar al jnani (sabio) más grande de la nación. Esa es la única manera en que puedes lograrlo. Vences al mayor y más reconocido Vedan en la nación. Así te volverás el siguiente mayor jnani y tu filosofía será la más importante». Adishankara le preguntó:

 

—¿Quién es esa persona?

 

—Se llama Kumari Labat, él es el gurú. El nombre de su discípulo es Mandra Mishra. Esas personas se han dejado llevar demasiado por los rituales. No creen en la idea de Sarvam Brahman (todo es Dios) y todas esas cosas. Tienes que ofrecer rituales para que logres punyam (méritos); a través de los punyam conseguirás que los cielos te otorguen bendiciones y plenitud.

 

Ellos aún le llamaban vidya (conocimiento) maya. Es en vidya maya que «uno no sabe nada». Y el vidya maya que «uno sabe todo» es también maya. Al final, cuando uno se vuelve lo que es, sólo entonces será un verdadero jnani. Existían todos estos rituales porque eran personas importantes. El reino de Madaha era muy poderoso en aquella época. Y por eso, cualquier cosa que surgiera de ahí era escuchado por todos. La persona más importante de ese reino era Mandra Mishra. Adishankara tenía que derrotarlo en un debate.

 

Cuando Adishankara se acercó a Kumari Labat, lo encontró que se estaba inmolando en el fuego; en un tipo de purificación ritual, de quemar el cuerpo para conseguir la purificación. Le dijo:

 

—Por favor, ¡no te mueras! Tengo que derrotarte. Primero tengamos un debate, para así poder establecer el Vedanta.

 

—Cualquiera que sean tus intenciones, yo ya he decidido completar este ritual de auto inmolación. —dijo Kumari Labat— La única persona que queda ahora es mi discípulo Mandra Mishra. Anda donde él, discutan, tengan un debate. Si ganas el debate, te vuelves el más importante y puedes establecer el Vedam.

 

Adishankara no paró hasta encontrar a Mandra Mishra, quien era una persona arrogante. Cuanto más sabía, más arrogante se volvía. Las Gopikas no sabían nada porque tenían el corazón puro. Mandra Mishra no era una persona fácil en absoluto. Algunas personas son así. Si observan un debate, sabrán cómo son las personas que debaten. Sacarán alguna lógica, pero sin pies ni cabeza. Él era así. Nadie se atrevía a retarlo. Tenía mucho poder y una posición muy elevada. Aún así, un niño, a medio vestir y sin la apariencia de un gran Vedani, sin la parafernalia necesaria, sin seguir las costumbres que fueran necesarias, lo encuentra y le dice: «Quiero retarte». Siguió repitiendo su llamado hasta que Mandra Mishra aceptó su reto, más que nada, para darle gusto, yo creo.

 

Mas miren que el joven Sahnkaracharya derrotó a Mandra Mishra. Debatieron sin interrupción. Y no sólo lo derrotó a él, sino también a Vevarthi. Este debate se complicó porque Vevarthi empezó a cuestionarlo sobre el grihasthama (período de trabajo para el mundo como cabeza de familia) y él no sabía mucho sobre esto. Pobre Adi Shankara, no se había casado, y su madre quería que se casara. Los matrimonios se efectuaban a una edad temprana. Se casaban a los 8 o 9 años. Su madre le insistía que se casase. Y, ¿Qué hizo él? Decidió saltar al río. Y le rogó al río que pasara cerca de su casa porque a su madre se le hacía difícil caminar lejos.

 

Nosotros fuimos a Kolori, vimos el río Purna. Tocamos el agua. Celebramos un pequeño satsang en su orilla hace dos años. Hasta pensé cómo debería haber rezado Adishankara a Purna; su madre está encontrando difícil caminar, «por favor, fluye por acá». Y pueden ver eso justo antes de Kolori, el río se divide, creando una pequeña isla en medio. Una de las ramas fluye cerca de Kolori. Es así como Shankaracharya atrajo el río a su casa. Saltó al río y le pidió a un cocodrilo que lo agarre y llamó a su madre. Ella dijo:

 

—¿Qué hago?

 

—Si me das sanyasa (período de renunciación), sólo entonces me soltará el cocodrilo.

 

Las madres son madres. Cualquier cosa por el hijo, cualquier cosa para verlo con vida. Le dio permiso a Shankaracharya para ser un sanyasi.

 

De inmediato salió del río diciendo que el cocodrilo lo había soltado. Si es que un cocodrilo te agarra de una pierna en el río, y te quedas ahí, no podrás vencerlo. Es como si entraras en el samsara (existencia mundana) y creyeras que lo vas a derrotar permaneciendo ahí. No es posible. Muchas personas se sienten fuertes y dicen que van a enfrentar al mundo. Swami dice que Dios y el mundo tienen que estar en equilibrio. «Déjame enfrentar al mundo». Crees que es fácil salir de su agarre. No lo creo, a no ser que Swami te lo diga. Te casas porque es bueno para ti. Sin embargo, crees que si entras en el agua puedes vencer al cocodrilo en su propio territorio. No es posible. Quédate afuera.

 

Por lo que Adishankara dijo: «Quiero salir de este samsara. Mi madre me lo permitió».

 

O sea que él no sabía nada del grihasthama dharma, lo que es muy importante porque siempre lo vemos como algo inferior, algo que hay que contemplar desde arriba hacia abajo. O como algo que un sanyasi debería evitar. No debe ser así, ustedes nacen del mismo grihasthama dharma. ¿Cómo lo pueden ver como algo menos que divino? Siempre y cuando se siga el dharma en ese período. Eso es todo.

 

Por lo que Shankaracharya no tenía nada en contra. Hay muchas personas a las que los sanyasis ven como inferiores. O es que son ignorantes. No están sumergidos en los vicios mundanos y esa es la cara que presentan, mas no son verdadero sanyasis. ¿Cómo es que pueden pensar de esta manera sobre el período que los ha hecho nacer, manushaktam (volverse humanos) y que les está permitiendo ir hacia Moksha (liberación)?

 

La actitud de Shankaracharya no era mirar al samsara como algo inferior y que le degrada la vida. Él sólo decía: «Yo quiero dedicarme a lograr sanyasa. Esa es mi llamada interior».

 

Otros gurús, como Uvaybharathi, lo retaron haciéndole todo tipo de preguntas complicadas; y él no tenía respuestas. Por lo que le pidió a Uvaybharathi: «Por favor, dame un tiempo y regreso a ti». Cuentan que, entonces, hizo pharakaya pravesha (entrar en el cuerpo de otro) en el cuerpo de un rey que agonizaba. El rey tenía tres esposas y una de ellas era especialmente dedicada. Adi Shankara le dijo: «No soy tu esposo, el rey; soy Shankaracharya que posee su cuerpo. He hecho esto porque quiero que tú seas mi maestra, quiero aprender de ti todos los secretos del grihasthama dharma. Cómo debe comportarse una esposa y un esposo, cuáles son sus deberes y obligaciones». Y continúa… Así, ella le explica todo y al final Adi Shankara le concede moksha antes de irse. Luego regresó donde Uvaybharathi, debatió con ella y la derrotó.

 

Uvaybharathi y Mandra Mishra fueron los primeros y principales discípulos de Shankaracharya, a quienes ganó previamente en los debates. Entonces, Vedanta se volvió lo supremo, gracias a Shankaracharya quien se había dedicado a ello. Observen la valentía de un joven niño. Miren su coraje. No pertenece a ningún lugar, no sabe nada, ni siquiera sabe si iría a encontrar a Mandra Mishra o no. No sabía dónde vivía Mandra Mishra. Después de ser nada, llegó a ser auspiciado por el rey. El rey fue su benefactor.

 

¿Quién es Shankaracharya? Miren su valor. «Quiero completar la misión de mi gurú, la misión de mi vida». Observen el coraje de Adi Shankara. Y miren la fe que tenía en su gurú. «Haré lo que mi gurú quiera. No dejaré que muera sintiéndose culpable de que no pudo completar lo que su gurú le encargó». Miren el gurú parampara (línea o sucesión de gurús). «Yo lo haré». Y él reunió el valor, venció y lo logró. A Mandra Mishra le dieron su nombre de sanyasi, Sureshwara.

 

Uvaybharathi dejó su cuerpo poco después. Ella le dijo: «Soy la encarnación de Saraswati y cuando tú quieras y donde tú quieras llegaré y me estableceré». Se vio una serpiente que la protegía y Adi Shankara lo tomó como una señal divina. Establecieron un matader, donde todos fueron, y ella también llegó. A Sureshwara lo nombraron matadesha.

 

En ese momento este gurú estaba preparando a sus discípulos para ir a establecer los templos Vedanta, porque la gente no puede venir a un solo centro. ¿Por qué Shankaracharya los estableció en las cuatro direcciones? Porque sabía que el conocimiento tiene que ir hacia las personas. Las personas ya no vienen hacia el conocimiento. Esa es la situación ahora. El conocimiento y los conocedores tienen que ir a las puertas de las casas y enseñar. Esa es la única manera. Hay que repartir el trabajo. A Shankaracharya no le importaba viajar y caminar. Básicamente habían cuatro matas, para los cuatro Vedas, para que él y sus cuatro discípulos los representaran. Supuri Yagagna fue a Sharda Shingerim, instituyó ahí, después fue a Dwaraka y estableció uno más. Después fue a Joshi…, como lo llaman.

 

Yo vi eso también. Eso lo fundó Adi Shankara. Uno de los cuatro discípulos era  Sureshwara a quien acabo de mencionar. Estaba también Hastamalaka que nació siendo un gran jnani. Su padre no estaba seguro de cómo era. Ellos pensaban que era un idiota, totalmente tonto. Pero cuando Shankaracharya lo vio cerca de Kurlur, dijo: «Él es un jnani». Le preguntó: «¿Quién eres?». Y la respuesta que este niño le dio fue la misma que Shankaracharya le dio a Govinda Bhagavadpada. De inmediato Shankaracharya supo que este niño era un jnani. Le dijo al padre: «Sus maneras son diferentes para su edad porque él es un jnani. No es común. Dámelo».

 

Y es por eso que su nombre es Hastamalaka. Quiere decir «grosella en la palma de la mano». Hasta amalaka se refiere a alguien que puede ver el conocimiento como si fuera una grosella en la palma de su mano. Ese es el ejemplo que dan los Vedas para un jnani. Porque el jnana es tan obvio y visible como la grosella en la palma. También se llama Karamalaka.

 

Después encontró a Padmapada. La fe en su gurú, ¿ven? Padmapada tenía una gran fe en su gurú Shankaracharya. Él lo había llamado y los otros discípulos lo veían en menos porque Padmapada necesitaba muchas explicaciones. Adi Shankara le explicaba una vez, no entendía, le explicaba una segunda vez, no entendía, le explicaba tres veces y le volvía a explicar. Algunos estudiantes brillantes se exaltaban cuando un joven, de apariencia tonto, preguntaba muchas veces. Ya se estaban indignando y Shankaracharya les pidió que le permitieran explicar por qué era importante este discípulo. Entonces le pidió a Padmapada que viniera hacia él. Y Padmapada tenía tanta fe en su gurú que caminó sobre el agua y a cada paso que daba, surgía una flor de loto. A cada paso que daba en el agua, florecía una flor para apoyar su pie. Caminó y llegó, sin siquiera pensar que estaba caminando sobre el agua. Contemplen esa fe. Él estableció el dwarakashana.

 

Y uno más, el más tonto de todos los discípulos tontos. Sin embargo, la krpa (gracia) cae sobre los que sirven a su gurú. Este discípulo siempre servía a Adi Shankara, no se distraía ni un momento. No aprendía mucho, y tampoco entendía mucho de filosofía. Pero todo el tiempo servía a Shankaracharya. Un día Pandari estaba esperando a los discípulos para empezar la clase, pero este niño no llegaba. Y Pandari esperaba y esperaba, y el resto de discípulos se estaba alterando. «¿Qué tal, que siendo tan tonto, estuviera hablando con una pared?» Enseñar a ese joven era como hablar con una pared. No se llamaba Totakha, su nombre era Giri.

 

Lo seguía esperando mientras él lavaba la ropa de Shankaracharya en el río. Esa era la razón por la cual aún no llegaba a clase. Por lo que siguió esperando. Cuando al fin llegó a clase, se dio cuenta que los demás discípulos lo estaban menospreciando. Pero los bendijo de tal manera que, al instante, se convirtió en Shankaracharya mismo. Lo hizo con la métrica llamada Totaka (métrica de 4 por 12 sílabas). Es por eso que se le llamó Totakarcharya. Miren cómo es la krpa del gurú; en el momento en que su gracia cae sobre ustedes, se vuelven un jnani. Se necesita una entrega y una fe total para servir al gurú. Totakarcharya no sabía qué pasaba en la clase.

Cada uno de sus discípulos era diferente. Mandra Mishra era muy inteligente. Hastamalaka era sabio desde su nacimiento. Él no tenía que aprender nada, todo lo sabía por experiencia propia. Miren a Totakarcharya, él no sabía nada y tampoco tenía ningún interés en aprender. Él sólo quería servir a su gurú. Consiguió todo con la gracia de su gurú. Y miren a Padmapada que tenía tanta fe en su gurú e hizo todo por él.

 

El  establecimiento de estos gurús es muy importante en el linaje de nuestra cultura india. Es por eso que nuestra cultura sigue viva. El gurú le dio un trabajo a su discípulo. Y, ese discípulo, cuando se convirtió en gurú, trabajó en todo lo que se requería y luego lo pasó a la siguiente generación. Eso es lo que ha hecho que nuestra tradición siga viva. Ellos hicieron todo a cualquier costo. Shankaracharya les dijo: «Vayan a los cuatro puntos cardinales promuevan y propaguen el advaita».

 

En esos tiempos los ashram no eran como los ashram  de ahora, con un área grande y bonita, una buena infraestructura. Nada. En aquel tiempo un Ashram quería decir: llegar y sentarse, nada más.

 

Cuando Josi Matha mostró la cueva de Shankaracharya, él salió y tomó vida desde una estatua. Debido a que él está ahí en cuerpo sutil. Él revivió y fue muy lindo verlo. En ese momento, él dijo que el trabajo que había iniciado él y sus gurús puede ser continuado por este gurú: Sathya Sai y sus discípulos.

 

Aunque  Shankaracharya vivió solo treinta y dos años fue mucho lo que él hizo, yendo a todos lados y haciendo todo lo que se requería con tremenda fe en sus gurús y con extrema lealtad hacia sus gurús. Por su lealtad, era capaz de sacrificar cualquiera cosa.

 

Mucha gente mira a Shankaracharya desde diferentes puntos de vista. Muchos miran la dedicación a su gurú, a la voluntad de su gurú. Esa es una gran lección que debemos aprender de su vida. Al  final, él se sumergió en el Ser porque él realmente estaba consciente de lo que él era. Vivió 32 años en la forma física pero aún continúa guiando y sirviendo.

 

Mil años en el futuro. De nuevo declina el dharma. En ambas vías advaita y disisadvaita, pero ambas son solamente advaita. Aunque vengan de diferentes gurús, ambas redimen. Algunos se inclinan más o se sienten más cómodos con una vía que con otra, a través de advaita y disisadvaita. Es una gran ayuda para desarrollar esa misma fuerza. Hemos sido atacados por diferentes fuerzas de fuera, que lo primero que están haciendo es destruir nuestra religión y nuestra cultura porque son la columna vertebral de la sociedad India. Inicialmente todo el mundo lo entendió. Preguntan por qué hay tanta espiritualidad en la India, ya que la India es así. El país no progresa, está muy atrasado. Sin embargo tiene grandes pensadores. Les dije que el hecho de que el país aún viva se debe a eso.

 

Solamente desde el advaita nuestro país y nuestra cultura comenzó nuevamente a vivir. En este país de tanta diversidad había una cantidad de culturas, religiones, pensamientos. Esa fue la gran contribución que esas personas hicieron, trajeron la idea de Dios al hombre común. Ellos hicieron un gran trabajo para la India. Shankaracharya comenzó ese gran trabajo. Si él no hubiera nacido ese día y en esa época no tendríamos lo que tenemos hoy. Quizás nuestro país se hubiera quebrado y  partido en una gran cantidad de países. Por eso hay que dar las gracias a Shankaracharya y a sus gurús que lo formaron. Él pasó su legado a sus discípulos. Empezó con cuatro y después se multiplicaron. Varios se fueron del país.

 

Mil años después Rama Krishna Paramahansa, quién fue también un advaita- vedanta, siguió todos los rituales. Fue devoto de diferentes religiones, cristiano, musulmán; el buscó hasta encontrar qué era lo mejor. Fue  como el que prueba todo tipo de alimentos  para decidir lo que desea  comer. Así llegó al advaita. Él  lo amó tanto que lo siguió. Él tenía el  mismo deseo que Vivekananda, quien  por sí mismo no  hubiera hecho lo que hizo si  Rama Krishna no le hubiera insistido y empujado para que lograra lo que logró. Aún después de dejar el cuerpo no dejó a Vivekananda. Cuando él le dijo que fuera a América no tenía dinero ni quién patrocinara dicho viaje; por lo cual viajó en un compartimiento de tercera clase en la parte de abajo de un barco, donde van todos los trabajadores, cocineros, los que limpian. Alguien le ayudó sólo para  ese tipo de pasaje. Miren la mentalidad de la gente, como pensaron que él era un sanyasi solo se le aportó para un ticket de tercera clase.

 

Vivekananda  no se hacía problema. Estaba en  Bombay y pensando  si debería ir o no. Y Rama Krishna se apareció frente a él y le dijo: «No hay que pensar,  anda». Él se asombró al ver a su maestro vivo. Rama Krishna le dijo: «Ven, no lo pienses dos veces».  Y en ese estado de devoción por el gurú, como embriagado, se subió al barco y entró en el compartimiento de tercera clase. Durante  todo el viaje estuvo lamentándose: «¿En qué me he metido?»

 

No le gustaba la comida, ¡no había alimento vegetariano! Les daban las sobras a las personas de la tercera clase. No sabían quién había comido antes de esos alimentos. Ahora se llega rápido, pero en esa época tomaba meses llegar a América. Y le robaban cualquier propiedad que tuviera. Por lo que, cuando llegó a América no tenía nada más que lo que llevaba puesto.

 

Pero miren cómo es Dios.  Mandó  a una persona para que lo llevara a su casa y se hizo cargo de él. Después dio una charla y fue histórico. Eso es lo que celebramos días antes.

 

Hizo lo que su gurú deseaba, fue un Vedanta muy claro. Vedanta es el camino. No hay otra vía, no hay salvación para la humanidad que no sea el Vedanta. Él  llevó esa idea al occidente. Caminó por todo el país. No cruzó las fronteras del país.

 

Vivekananda fue al otro lado del mundo, a América. Él estuvo sólo ahí, no pudo abarcar más. Hizo lo que quería hacer allí. Con el paso del tiempo, su salud no le permitió ir a ninguna otra parte más y tuvo que regresar a la India. Murió muy joven también. Falleció a los cincuenta años.

 

Cuando retornó a la India no pudo finalizar su trabajo. Él de todas formas pensaba: «No pude hacer exactamente lo que mi gurú quería. Yo no pude alcanzar el mundo entero».  Pero sus hermanos en la misión de Rama Krishna pusieron mucho esfuerzo en expandirlo porque ellos fundaron una Organización Internacional.

 

Swami Shankaracharya fundó la organización en India, ya que primero India tenía que vivir ese pensamiento antes de alcanzar al resto del mundo. Entonces, Shankaracharya dio es primer paso.  El segundo legado lo dejó Vivekananda. Lo llevó al Occidente, a Estados Unidos de América. No pudo ir al resto del mundo, a Fiji, a Australia;  sólo pudo ir a algunos  países y regresó.

 

Ahora estamos viviendo la tercera fase del Sanathana Dharma, viviéndolo frente a frente, ¿ se entiende? Ahora, piensen por un momento cómo Swami está tomando esa idea de Vedanta. No solamente está llegando a todo lo largo y ancho del país, no sólo llega a los distintos países,  sino que Él está visitando todos los países, donde haya alguien para enseñar ese gran principio del advaita- vedanta. Y también a través de sus discípulos, porque un gran gurú nunca hace el trabajo por sí mismo; Él necesita tener discípulos que conduzcan el trabajo, que lleven  adelante su misión .

 

Por eso Gaurupada tenía un discípulo, Govinda Bhagavadpada. Éste tenía varios discípulos, siendo el más notable Shankaracharya. Éste tenía, a su vez, cuatro discípulos que establecieron  todo lo necesario, porque fueron en las cuatro direcciones del país para expandir la misión. Rama Krishna tenía dieciséis discípulos; el más conocido fue Vivekananda porque llevó su misión  fuera del país mientras que sus compañeros no creían que eso era posible.  Después, los compañeros de la misión decidieron expandirla a través del mundo.

 

Ahora, la misión de Swami en este momento es una misión de advaita. Es independiente de  todos los ashram que se construyan, los hospitales, las escuelas; todo eso es secundario. Todo eso sucede porque la gente tiene muchas dificultades; hay personas que no tienen alimento y necesitan comer, necesitan tener ropa, techo, educación, salud. Solamente después de eso pueden tener pensamientos más elevados. Eso es para ellos. Esas actividades de servicio son para ayudarlos a ellos. También son para aquellos que  se comprometen en esas actividades de servicio para llegar a ser más puros, porque sin la pureza de la mente ustedes no pueden realizar la divinidad.

 

De nuevo Adi Shankara nos dice: «Ustedes pueden cantar muchos bajhans a los Dioses, hacer muchos yagnas, pero si ustedes no realizan su SER, no obtienen moksha,  la liberación, aunque estén cien años con Bhrama.  Bhrama mismo después de vivir algunos yugas también se tiene que ir. Aunque vivamos muchos años con Brahma y aunque realicemos  muchos rituales para Él, hasta que comprendamos que somos la divinidad, no hay manera de obtener la liberación. Por eso él es muy claro. No pierdan su tiempo, no dejen esa realización para la última hora, porque si no  todo habrá sido un desperdicio de tiempo. Yo ni siquiera digo que no los puedo ayudar; lo que digo es que es un desperdicio. Eso tiene que estar muy claro. Más allá de la divinidad de Vivekananda;  Shankaracharya  es mucho más claro y profundo.

 

Solamente hay una vía, es la única vía. Todo lo demás que ustedes hacen es sólo para ser un poquito más puros de lo que eran ayer, chikta shudi. Shankaracharya lo explica: son las tres impurezas, las tres faltas que no permiten ver el SER; «mala» la suciedad, «dvikchepa» la distorsión y «yabarhana» el velo. Hay que limpiar el polvo, «mala», quitar todas las manchas para que no haya distorsión en la imagen, y quitar el velo para poder ver la imagen.

 

¿Qué es mala? Todas nuestras impurezas son llamados malas, tales como nuestros egoísmos, apegos, codicias, enojos, furia, todo tipo de negatividad. Hay que…?…con un Labiahankara Karmayoga.  ¿Qué es Karmayoga? Significa hacer trabajo desinteresado, servicio desinteresado; eso les ayudará a eliminar los pensamientos equivocados. ¿Qué es Savarhana?  Remover ese mala desde nosotros; construir nirmala desde nosotros. Tenemos que hacer servicio pensando menos en nosotros mismos  y pensando más en los demás.  Así llegaremos a ser cada vez más desinteresados y el mala se irá de nosotros, ese es el primer paso.

 

Dvikchepa es lo que no luce como es; el ejemplo clásico es la serpiente en la oscuridad. ¿Cómo removemos dvikchepa? «Todo eres tú, todo es Krishna». Hay que pensar así y pedir la gracia divina: «Dame la gracia, la pureza para verte a Ti en todos, para poder ver a todos dentro de Ti». Es por eso que hay que hacer bhakti. Todas las actividades desinteresadas los llevan a bhakti y eso remueve  dvikchepa.

 

«Yabarhana» es la sabiduría. Ustedes realizan quienes son y entonces esa cortina se rasga. Ustedes pueden ver el verdadero SER. Por eso karma, bakthi, yagna no son grandes.  Por eso, dvaita, disadvaita, advaita son grandes. Los tres son lo mismo: karma, bhakti, jnana. Por eso trabajen día y noche, y al mismo tiempo piensen  qué es real y qué es irreal. Viveka y vayriagha, discriminación y desapego.

 

De manera sencilla, Swami nos  ha mostrado todo. Hagan servicio desinteresado. Todas las impurezas desaparecerán. Acuérdense de Mí y piensen en Mí todo el tiempo, y toda dvikchepa desaparecerá. No confundirán la cuerda con la serpiente. Me verán a Mí en todos; ustedes verán a todos como a Mí mismo. ¿Por qué alguien los estresará?, ¿por qué tendrán miedo de algo, si ustedes residen en todo?, ¿dónde habrá miedo?, ¿dónde habrá una serpiente si todo es Dios? Crean en esto y no tengan miedo de nada. Y, al purificar constantemente nuestra mente, el jnana de la sabiduría aparecerá.  Y la cortina, el velo de maya, se eliminara y revelará el verdadero Ser. Todo eso es espiritualidad, todo eso es Vedanta. Eso es todo lo que se ha dicho en distintas épocas, por diferentes maestros y discípulos:  «Purifíquense a ustedes mismos a través del servicio desinteresado. Recuerden a Dios en todo momento. Ténganlo presente en el fondo del corazón. Véanlo a Él en todo. Siéntanlo a Él en todos. Finalmente, por la gracia del gurú y por la gracia de Dios, la sabiduría llegará a ustedes de forma natural,  como una fruta madura que cae desde el árbol por sí misma, sin ningún tipo de esfuerzo. De la misma manera, la sabiduría caerá en sus manos como esa fruta.

 

Y, ¿después de tener jnana que harán ustedes? Continuarán como continúa la gota en el agua, simplemente cambiarán su manera de pensar.  La mente cambia su actitud. Así de práctico es este Vedanta. Gracias a Dios que Shankaracharya vino; de otra manera la sabiduria  sería muy confusa. Ustedes no sabrían qué era qué. El Vedanta explica todo, es completo en todas las cosas. Como la salida del sol  y el sol universal, el Vedanta está contenido en el espacio y todo está contenido en él. Por eso tenemos que poner atención en esa herencia  espiritual, ya que ha venido por el esfuerzo de todos esos seres que han trabajado por compasión. Son muchos los gurús que han inspirado a sus discípulos. En este camino ese debe ser nuestro esfuerzo. Y la idea de Swami no es enviar uno o dos, sino cientos de devotos alrededor del mundo.

 

Si solamente van a leer desde pustakar hasta su mastakar y desde su mastakar a otras mastakars de otro pustakar, si eso es todo lo que van a lograr, ¿cuál es el sentido de todo esto? Todo aquel que vaya a predicar el vedanta, debe vivir el vedanta, debe practicar el vedanta. Si ellos no practican, no tienen derecho ni autoridad para hablar. Incluso si llegaran a hablar, es como escuchar a una grabadora, no va a crear inspiración, no va generar transformación. Lo único que van a lograr, en el mejor de los casos, es entretener a la mente y mantenerla informada. Es como ver la imagen de una fruta, no pueden comerla. ¿Qué sentido tiene ese tipo de conocimiento?

 

Es por eso que por la necesidad del momento se ha iniciado la Universidad Sri Sathya Sai. Todos hablaron de ella de maneras muy diferentes. Alguien dijo que iba a ser mejor que la Universidad IIS; alguien dijo que iba a competir con Harvard; incluso alguien la comparó con la Universidad anterior. Pero ninguno de sus pensamientos es verdad. Son como personas no videntes que intentan descubrir cómo es un elefante. Eso es todo el esfuerzo de ellos, pero el verdadero esfuerzo es una sola oración que Yo describo:  “Transformar al hombre en Dios, al ser humano en Divino”. Esa es la esencia de esta Universidad. Entonces, todos los que forman parte de la Universidad tengan esto bien en claro en la mente, los maestros, los profesores, los estudiantes, todos. Ustedes no están aquí para obtener más conocimiento, eso es solo para satisfacer a sus padres, pero tienen un padre divino que tienen que satisfacer. Y ese padre divino exige que realicen su verdadero Ser. Y otra vez repito. No asuman, no quieran que sea como en los videos o las películas en los cines, que la realización ocurre cuando una gran aureola florece sobre sus cabezas y los cubre de grandes destellos. Nada de eso ocurre.

 

Una parte de los Vedas contaban sobre Tripura Asia. Alguien estaba haciendo una lectura casual de un libro. Estaba leyendo sobre qué es Tripura en Asia. En la historia había un hombre llamado Machura. Les voy a contar la historia, es una historia corta. Este hombre se enamoró de una muchacha en el bosque: He Malika. Ella estaba bajo el cuidado de un sabio llamado Agrapara, que era un jnani. Ella nació de una unión de un damsel celestial y de la unión de un Rey, pero quedó a cargo de este sabio y su madre se elevó a los cielos. Creció en la compañía de Agrapara, entonces también se convirtió en una jnani. ¿Qué hacen los jnanis? buscan agua y cortan madera. Eso es lo que ella hacía en el bosque. Así pues, Machura se perdió mientras cazaba, y como en cualquier otra historia, encontró el camino hacia el ashram en el medio de una tormenta. Allí le dieron hospitalidad, frutas, agua, jugo lo que sea, y despues de eso quedó tan enamorado que quería casarse con ella. Ella es una jnani y sabía lo que debía hacer, pero también sabía que Dios tenía un plan más grande. Por lo tanto, cuando se hablaba del casamiento, había una razón, un plan más grande de Dios. Entonces, Agrapara vio a través de su Yoga Gnana, entendió que esto iba a llevar a una transformación más grande en el Reino, y permitió el casamiento.

 

Así pues, Machura trajo a esta muchacha en su caballo. El padre estaba muy feliz porque era una muchacha hermosa, muy inteligente, no había problema. Ella creció con un rishi, la santidad Agrapara, ¿qué más necesitaba? Era una gran nuera y realizaron el casamiento. Pero, ¿qué pasó poco después del casamiento? Machura se dio cuenta de que Malika no estaba interesada en nada. Ella no disfrutaba de las comodidades del palacio, no mostraba interés en la comida y los lujos, ni siquiera estaba interesada en él. Entonces, él intento complacerla de muchas formas, dándole más atracciones, más cariño y amor; pero ella parecía como que si no estuviese en ese lugar, a pesar de que ella estuviera allí. Después de un tiempo, Machura se sintió un poco frustrado por todo esto y le dijo: “Estoy tratando de entretenerte y hacerte feliz, parece que no tienes cariño por mí y que no te gusta todo lo que hago por ti”. Luego, ella dijo: “No estoy enojada contigo, no es que no me gustan todas estas cosas, lo único que pienso es: ¿solo de esto se trata la alegría? Estos placeres del mundo, estos placeres del casamiento, lo único que me cuestiono, ¿la alegría se trata solo de esto?  ¿Esto solo es lo que necesitamos en este lugar?”. Machura le respondió: “Por supuesto, incluso un insecto sabe lo que se disfruta y lo que no se disfruta, ¿qué tipo de mujer que creció con un rishi no sabe lo que son los placeres de la vida, que ni siquiera disfruta la vida?”. Ella es una jnani y estaba probando qué tan tonto era el hombre con quien se casó. Entonces le dijo: “Si esto es un placer, qué pasa cuando se termina? por qué no dura para siempre? Incluso los insectos y los animales buscan este tipo de placeres, no somos mejores que los insectos y los animales?”. Luego, ella da un discurso sobre lo sucio que es nuestro cuerpo, por las heces y la orina y él está detrás de ese cuerpo en busca de los placeres, ¿cómo puede ser que sea mejor que un animal o un insecto que también anhelan las mismas cosas?

 

Este hombre estaba asombrado por su charla, entonces,  ¿qué hace? Quedó impactado y pensó: “Esta mujer es algo”, abandonó el lugar y empezó a pensar en esto, Vichara, por su charla del corazón. Empieza a pensar y a pensar y se da cuenta: “Sí, tiene razón, ¿por qué deberíamos ir tras los placeres temporales?”. Luego se preguntó: “Pero, ¿qué otra cosa puedo hacer? Eso es todo lo que sé”. Por fuerza del hábito, por más que intentara contenerse, no pudo. Entonces, él volvió a ella y le dijo: “Hiciste mi vida miserable, antes por lo menos era feliz, luego, me dijiste todas estas cosas y ahora me siento culpable de todo lo que hago. Cualquier cosa que como, lo pienso dos veces; cualquier cosa que hago, lo pienso dos veces, porque me hace sentir culpable”.

 

Muchos de nosotros pasamos por esta etapa, la ignorancia es felicidad y disfrutamos todo. De repente, Swami dice: “Esto es correcto y eso es incorrecto” y luego la culpa dentro nuestro nos dice: “¡Oh, Dios! parece que esto está mal, ¿qué debo hacer ahora?”. Sin embargo, por la fuerza del hábito, los gurús nos guían e irrumpen nuestra cabeza. Así pues, él volvió con su esposa: “Perturbaste mi ser, antes estaba en paz y luego me hiciste perder toda la paz, ahora dime más. ¿Cómo deshacerme de esto? ¿Cómo trabajar en esto?”. Ella le dice que todos los objetos que parecen que dan placer están en nuestra imaginación y le cuenta una historia de cómo una mujer que estaba casada con un príncipe nunca estuvo interesada en él. Entonces, ¿qué hizo? Le dio una posición y puso a otra mujer en la habitación, y desapareció con otro hombre. Bajo el hechizo, el príncipe pensaba que estaba con su esposa. Un dia, ella olvidó darle la poción y él se dio cuenta de que no estaba con su esposa. Malika dijo: “Ese hombre todo ese tiempo pensó que estaba con su esposa en su imaginación y disfrutaba de todo. Solo cuando se dio cuenta de que no era su esposa, es cuando dijo que ese no era el placer correcto. Pero antes estaba disfrutando, en su imaginación él estaba con su esposa”. Ella explicó que esa es la forma en la que todos nuestros placeres son imaginarios. Lo que a uno le provoca placer, a otro le provoca terror. El fuego da placer en el frío, pero es terrible en el trigo. Por lo tanto, los objetos por sí solos no dan placer, es nuestra interacción con ellos y nuestra imaginación.

 

Machura entendió, es un buen hombre. Se dio cuenta de que algo estaba mal y luego ella le contó una larga historia. Todas las escrituras son parábolas, nadie habla directamente. Esa historia la contaré otro día. El resultado fue que él se dio cuenta de que tenía que hacer algo sobre ello. Entendió que todos los pensamientos del mundo y las ideas de alegría y tristeza son imaginarios. Ella le dijo: “Ve a meditar sobre esta idea”; y él meditó. Es un buen discípulo. Mientras meditaba, se sumergió en un estado de gran paz, vio una luz enorme y pensó: “¿qué ocurriría si obtengo moksha, realización?”. Vio una gran luz blanca y disfrutó. Intentó una vez más meditó y vio mucha oscuridad, todo menos paz. La tercera vez que intentó, se quedó dormido, como la mayoría de nosotros hacemos. Luego se despertó y dijo: “¿Qué estoy experimentando? ¿Esto es samadhi o es algo más? Una vez vi luz, otra vez vi oscuridad y en la próxima me quedé dormido y soñé, ¿qué está pasando?”. Llamó a su esposa que vino y le explicó: “¿Ves? ni la luz es verdad, ni la oscuridad es verdad, ni esos sueños son verdad. Pero hay un momento entre la luz y la oscuridad, y entre la oscuridad y los sueños, ese momento es samadhi. Entre el aire que exhalamos y el aire que inhalamos, hay un intervalo; eso es samadhi. Concéntrate en ello”. Ella dijo: “Entre dos interacciones, veo esto como un estrado. En el momento que cambio para verlo como una heladera, lo veo como un estrado o como una heladera, hay un tiempo de cambio. Ese es el momento de samadhi. Tienes que dilatar eso”. Luego, él dice: “¡Oh es una idea maravillosa! Nunca lo había pensado. Entre dos percepciones hay un intervalo”. Ella explicó: “Eso es lo que llamamos yana. Entre el pranayama y pana hay un yana. Eso es la concentración. Piensa en ello, cuando estás haciendo algo muy serio, no piensas en la respiración en lo absoluto. ¿Respiras cuando comes o cuando estás hablando? No respiras en esos momentos porque toda la mente está involucrada en la actividad”. En ese momento que la mente está más concentrada, la enfocas en la contemplación divina, y contemplas la  divinidad”.

 

Entonces, este hombre vuelve a la contemplación de eso, y en ese momento se concentra realmente y disfruta los momentos sin pensamientos, paz absoluta y samadhi.  Entendió que es más que esos pensamientos. Esta vez no vio luz, no vio oscuridad, ni siquiera se quedó dormido. Estaba consciente, despierto y al mismo tiempo estaba en un estado más allá de todos los estados de la existencia. Entonces, cuando vuelve de ese estado, dijo: “No tengo interés en administrar el Reino, no tengo interes en ti, no tengo interés en nada”. De hecho, empezó a darle un discurso a ella: “¿Cómo puedes saber todas estas cosas y vivir como una mujer corriente? Debes estar siempre en estado de samadhi, ¡vuelve a meditar! y déjame, quiero volver a este estado”. Ella agarró su mano y le dijo: “¿Qué tipo de samadhi es este si depende de tus párpados que se abren y cierran? ¿Qué es ese samadhi? Debe ser independiente de lo que hagas, tu mente debe estar absorta en ese Ser, ese es el verdadero samadhi”.

 

Miren la forma en que explica, empezando por las pasiones por los placeres mundanos, Vichara. Lentamente, va hacia un estado de contemplación. Desde la contemplación, dice que no se trata solo de cerrar los ojos para contemplar, debe contemplar incluso con los ojos bien abiertos. Esa es la última fase. Con lo que ella le explica y enseña, Machura se vuelve un Jeevanmukta, no solo un jnani, se vuelve un jeevamukta. Significa que mientras vive y hace sus deberes, siempre está consciente de quién es verdaderamente. Administra su Reino muy bien. Su padre, Mukta Chura, lo ve y le pregunta: “¿Qué  le está pasando a mi hijo? Hay algo diferente en él. Parece que estuviera bajo los efectos de un hechizo, hace todo de manera muy eficiente, pero no está involucrado en nada en absoluto”. Entonces, viene y aprende este Jnana que Machura le explica a él y a su hermano. Luego, ellos se vuelven jeevanmuktas. Desde entonces, los ministros indagaron y fueron a verlos. Ellos aprendieron y se volvieron jeevanmuktas. Así pues, los hombres corrientes, empresarios, la gente de limpieza, todos se vuelven jeevanmuktas. Todo el lugar se llena de jeevanmuktas Los empresarios hacen sus negocios, la gente de limpieza limpia, los Pundits realizan sus poojas, los reyes administran el reino. Todos cumplen con su deber, todos son jeevanmukta. ¿Cómo sucedió? Porque una jnani entró a ese Reino. Una He Malika entró al Reino y lo transformó por completo. Imaginen si un estudiante de Swami con este tipo de entendimiento entra a una ciudad, ¿qué puede hacer con esa ciudad? No digo que todo esto sucederá en un dia, pero con un esfuerzo consistente y permanente, ¿qué puede lograr? Lo mismo es lo que Adi Shankaracharya hizo con los discípulos, ¿no es así?

 

¿Por qué cuento esta historia? La necesidad del momento no se trata de ingenieros o médicos. La necesidad del momento es Jnanis, Jeevanmuktas que pueden ir y predicar todo esto para eliminar la ignorancia, al igual que He Malika sacó a su marido de la ignorancia. Cuando logró que él se diera cuenta, hizo que todos se dieran cuenta. Entonces cuando se esfuerzan por este pensamiento, nada se pierde. Ningún esfuerzo se destruye, no tiene ningún efecto secundario. ¿Voy a perder todo el amor por mi esposa e hijos? No, no va a pasar eso si se vuelven verdaderos Jnanis. Si son esos “pseudo Jnanis” que piensan que son Jnanis, entonces harán todo ese tipo de cosas graciosas y elegantes. Pero si son verdaderos Jnanis, se quedarán donde están: cortando madera y trayendo agua, lo harán con mucho más entusiasmo que nunca antes. Ese tipo de actitud desarrollarán, y esa actitud es la liberación. No hay otra definición para Moksha. Mukti es nosotros y ahora, no es algo que vamos a alcanzar después de algún tipo de visión en la que vemos estrellas o planetas. Eso no es Jeevamukti. Hay algunos arcos de samadhi, algunos arcos de bienaventuranza, pero suben como un misil que luego se cae en el momento siguiente. Aparece durante un corto periodo de tiempo en el cielo y luego desaparece. Pero este estado constante de conciencia integrada es el estado de un Jeevanmukta. Siempre está consciente de lo que hace. Puede que esté actuando y ustedes pueden pensar por un momento que se olvidó de que es un Jeevanmukta, pero en lo profundo de su cabeza está funcionando, como este reloj que continuamente está funcionando aunque nosotros no lo veamos. Él está haciendo su deber, el tiempo corre, al igual que todo lo que no vemos que sucede en el interior. A veces, se vuelve una acción tan densa que simplemente puede retirar sus emociones y mente, colocar los pensamientos en un estante, y volver a ese estado. Vean lo sencillo que es.

 

Cada vez que tenemos un viaje, solo se retiran, todo el mundo desaparece, los problemas desaparecen, los apegos desaparecen, el ego desaparece, todas las preocupaciones desaparecen. Retírense y luego vuelvan cuando el peligro haya terminado. Cierren las puertas de todos los sentidos, cierren la puerta de la mente, digan: “No quiero que entre nada. Quiero estar con mi Ser”. Ciérrense y vayan hacia adentro y luego vuelvan. Así es como funciona el equilibrio realmente. Eso es samadhi, sama (igual) dhi (intelecto). El budhi siempre está estable, nunca sufre fluctuaciones. Eso es advaita. Esta es la filosofía de India. Ahora, díganme ¿qué país, qué religión, qué cultura alguna vez ha pensado la espiritualidad de forma práctica como Vedanta? Podemos desafiar todas las culturas, filosofías, dogmas, lo que sea que está allí. Ninguna cultura puede resistir, es como la estrella que desaparece cuando el Sol aparece. Todo eso desaparecerá cuando el Vedanta aparece. Ese es el poder del Vedanta. Sola en la oscuridad, la estrella brilla; pero cuando el Sol brilla, la estrella se vuelve pálida, invisible. Ese es el poder del Sol del Vedanta, miles de soles brillando en un hombre o ser vedántico. Para eso también se requiere esfuerzo, satsanga, seva, bhakti; pero al mismo tiempo, Vichara debe continuar. Los tres no son diferentes, todos los ayudarán a desarrollarse entre ellos. Con bhakti, pueden ser un buen Karma Yogui, luego un Bhakti Yogui y desde allí un buen Jnana Yogui, entonces serán un mejor Karma Yogui. No son diferentes, son como las tres patas de un banquillo.

 

Tienen que comprender que quiero que esto sea muy claro para los estudiantes y para el personal. Este Muddenahalli debe convertirse en un Vidyana Gri, todos los que caminan y hablan son Jnanis, Jeevanmuktas. Hacen todo, pero al mismo tiempo saben que no son los hacedores. La convicción firme del establecimiento de esa idea es todo el esfuerzo. Puede que no suceda en un día, no estoy preocupado por eso, puede que no pase en esta vida, tampoco estoy preocupado por eso. Pero definitivamente quiero dejar un legado, miles de años en adelante todo el mundo debe estar reverberando con esta idea: Vedanta, donde todo el mundo es vedántico, todos son jeevanmuktas, todos son seres liberados vivientes, no solo la liberación, liberaciones vivientes. Solo sucederá, si se esfuerzan, sin esfuerzo nada es posible. Sin importar cuánta luz solar hay, si no abren la ventana, nada sucederá. Cuando lavan la ropa y no la ponen a exposición del Sol, no se secará. Entonces, si hacen todo y al final no piensan en Vedanta, no se secará. Sus Bhakti, Jnana, Karma no serán eficientes. Al final todos tienen que estar unidos, Bhakti Yoga debe conducir hacia el Jnana Yoga, eso es lo que expliqué el otro día, Bhakti finalmente irá hacia Jnana, la dualidad se unirá con la no dualidad al final. Debería. Si no interrumpen la dualidad no alcanzarán el verdadero propósito. No lograrán sacar el azúcar de la caña de azúcar adecuadamente. Todavia habra un poco de rasa, y la tirarán. Hasta que el Jnana no aparezca, el mundo no terminó para nadie.

 

Ahora, verán que todos los discursos van hacía esta dirección, no se tratan más de entretenimiento. Son asuntos serios de Vedanta. ¿Por qué repito y repito? ¿Por qué uso esta celebración de Shankaracharia Jayanti como oportunidad para explicar todo esto? Es porque  él nació para eso, esa fue su misión de vida; y gracias a él y a su gente hoy podemos hablar sobre esto. De lo contrario, estaría sentado a la vista de alguien que apuntaría un arma sobre mi cabeza si hablara sobre vedanta. Nuestra nación también podría haber hecho eso. Solo por la mención del vedanta, o visión del hinduismo, nuestras cabezas podrían haber rodado. Pero debido a estas personas y su gran esfuerzo y sacrificio, India es lo que conocemos hoy. Y vivimos juntos en armonía y todavía pensamos en estas verdades de la vida, a pesar de todo el caos que existe en el exterior. Esta es la declaración de Vivekananda y sus discípulos y los discípulos de Ramakrishna que tomaron este camino, dejaron todo y dijeron: “No queremos poner nuestras piernas en la boca de los cocodrilos, no es para nosotros”. Luego, hicieron su camino y lo realizaron antes de convertirse en sanyasis, simbólicamente, pero realizaron sus últimos deberes y fueron. Porque el purna se terminó, cambiaron sus nombres, se raparon el pelo y se pusieron otra ropa, cambiaron sus hábitos y  dejaron a sus familias. Pero Yo no soy así, no estoy diciendo que se rapen el pelo y vistan otra ropa y se vayan. No deben cambiar la ropa, sino que deben cambiar los gunas internos. Eso es sannyasa para nosotros.

 

Quedense donde estan, vistan los mejores saris, las mujeres siempre quieren usar buenos saris. Cuando les preguntan, lo máximo que gasto de mi dinero o lo que tenga es para los saris. Quiero que las mujeres se vean así, ellas son Devis y las Devis deben verse como Devis. ¿Les gustaría ver Devis usando pantalones? No. Si voy a distinguir a Durga, Lakshmi, Saraswati deben verse como ellas. Entonces, siempre estoy feliz cuando las mujeres se visten bien. Cuando no usan joyas, cuando no usan bangris, cuando no usan bindi, no me gusta. Me gustaria verlas como verdaderas diosas madres. Ellas deberían pensar: “Oh, Swami piensa que somos diosas divinas, por lo menos debemos vernos como una”. Comiencen por aquí, pretendan luego sean. Al mismo tiempo, cuando veo a los hombres, los veo como al mismo Parabrahma. Las veo a ustedes como Parameshwari y los miro a ellos como Paramashiva. Los veo como personas que son seres divinos hablantes y caminantes. Ellos no lo saben, eso es todo. Es como si tuvieran cien rupias en su bolsillo y se olvidaran de eso, y de repente van al supermercado y piensan que no tienen dinero. Compran algo de la tienda y se dan cuenta de que no tienen dinero y se vuelven muy tensos porque el guardia los mira pensando: “¿Vinieron a engañarme, vinieron a estafarme?”. De repente, por casualidad, ponen su mano en el bolsillo y encontraron las cien rupias. Las cien rupias no aparecieron solas, en el tiempo de crisis, estuvieron siempre allí. ¿Qué pasó? Se olvidaron que las tenían en el bolsillo, eso es todo. Miren en alivio que tienen: “Cien rupias aquí!”. ¿De dónde sacaron el alivio? ¿Cómo apareció el alivio? ¿El alivio no estaba allí antes? ¡Estaba allí! El alivio de las cien rupias estaba en sus bolsillos incluso antes de que fueran a la tienda. Estaba allí cuando estaban comprando los bienes, y también estaba allí cuando se estaban poniendo tensos pensando cómo le iban a pagar al hombre. Solo cuando se dan cuenta de que estaba allí en su bolsillo, en ese momento se vuelve un alivio. Solo era darse cuenta de que estaba en sus bolsillos, eso solo es Atman. Está allí, cuando no nos damos cuenta, luchamos con el mundo y vamos de arriba a abajo, tristeza y dolor, alegría y sufrimiento, ganancias, placeres, entusiasmo, depresiones, hasta que ponemos la mano en el bolsillo y decimos: “Aquí están las cien rupias que me había olvidado que tenía conmigo”. Le pagamos a este mundo y le decimos: “Ya he terminado contigo y con el karma, libérame. No hay más transacciones contigo”. Todo eso es Atman, ¿está allí? No lo sabemos. Cuando ponemos nuestras manos en el bolsillo y nos damos cuenta, estamos libres de todo sufrimiento.

 

Vean lo simple que es, no podemos simplificarlo más. Es como si lo hubiésemos dividido lo más bajo posible. En ese momento, estaba allí; luego, un nivel más simple en el tiempo de Vivekananda; ahora, incluso es un nivel mucho más simple. No puede ser más simple que esto. Son los discursos de Swami, incluso son un nivel más simple de realización. Más allá de eso no pueden hacer nada. Si después de esto no se realizan, no puede haber otro tonto afortunado que les explique las cosas de una forma tan simple, que responda tantas preguntas, que diga tantas veces la misma cosa. Si alguien escucha todas estas cosas, tantas veces, y después de todo eso no se realiza, no puede haber un tonto más grande que esa persona. Es por eso que debemos ser “agradecidos” no “grandes tontos” (juego de palabras en inglés entre grateful y great fools) que tenemos todo este conocimiento en la palma de las manos. Pensemos en eso, en nuestro día a día, pasemos una hora o dos, a la mañana, a la noche o a la tarde, en cualquier momento. Pasan tanto tiempo revisando los teléfonos, revisando las actualizaciones o mails, solo retirense; y diez minutos después del almuerzo y antes de ir a la oficina, retirense; diez minutos antes de que vengan a los bhajans, retirense; diez minutos después de los bhajans, retirense. Sigan practicando, diez minutos y diez minutos, de alguna forma u otra, lo encontrarán. Van a caminar, retirense. Cualquier cosa, tienen que comer, diez minutos antes de hacerlo, retirense. Sigan practicando el retiro, retiro, retiro y se van a dar cuenta que el momento llegará en el que siempre van a estar en el estado de retiro mientras estén activos y se conviertan en testigos de ustedes mismos. Ese es el día en que se volverán jeevan mukti, no habrá luces o sonidos, nada, solo un silencio simple y placentero, una satisfacción profunda, eso es samadhi. Todas esas descripciones son arcos de éxtasis que van y vienen. Entonces no vayan detrás de estos arcos de éxtasis. Hathta Yoga, Kundalini Yoga  nunca los promoví. Las personas me piden mantras, nunca di un mantra a nadie. Si alguien me pide, les digo: “Eres divino. Piensa en ello, eso es suficiente”. Esa no es Mi forma, Mi forma es simple: Hagan servicio desinteresado, en el exterior; desarrollen Bhakti en sus corazones; y mediten en la verdad. Sus cuerpos deben estar involucrados en trabajo desinteresado continuo. Sus corazones deben estar llenos de amor hacía Dios. Sus mentes deben estar contemplando esta verdad de lo que es real y lo que no es real. Si se involucran en estas tres actividades, (frase en sánscrito), porque una vez en chitta, todas estas cosas están en la mente, todas las impurezas del cuerpo y la mente, desaparecen y chitta les revelará el Ser divino. Es por eso que guió a los discípulos mundanos, para que entiendan esto, para que entiendan y practiquen esto, y que a través de sus vidas prediquen esto a otros.

 

No hay otra forma de salvar a este mundo, esta es la única forma. Y si nosotros como grupo no nos elevamos a la ocasión y no hacemos lo que nuestro Gurú quiere de nosotros  y no alcanzamos nuestro compromiso a nuestro Gurú, somos los mas grandes desafortunados tontos en la Tierra, porque nunca Dios se transformó en un Gurú para tantas personas. Ese Gurú enseña a tres, cuatro, cinco o diez personas, eso es todo. Dios nunca vino a dar una enseñanza masiva como esta y tomar a todo el cosmos del mundo, traducirla a sus idiomas y enseñarla. Nunca ha pasado antes. Entonces, este esfuerzo debe encontrar su cumplimiento en la culminación final de que todo el mundo se transforme en Vedanta, Sanathana Dharma, ese es el único refugio. Y ¿quién va a llevar todo esto al mundo? Ustedes, cada uno de ustedes, en su propia forma llevará esto al mundo. A menos que no estén claros, y pongan esto en práctica, no desde la acumulacion de conocimiento, la experiencia les dará claridad. Deben anhelar experiencia, es algo simple, lo repito otra vez: Servicio desinteresado en las manos, devoción y amor hacia Dios en el corazón, y la cabeza tiene que contemplar siempre la verdad, la mente siempre tiene que contemplar lo que es real, lo que no es verdad. Cuando las emociones tratan de tomar poder, ustedes se retiran. Entonces eso no es real. Esas son olas del océano, yo soy el océano. ¿Quién mueve a quién? ¿El océano mueve las olas o las olas mueven el océano? ¿El perro mueve la cola, o la cola mueve al perro? Los sentidos no deben empujarlos. No se rindan ante los sentidos de la mente. Deben ser capaces de mantenerlos bajo control. Eso solo vendrá con la práctica, nada más. Practiquen esto, cada acto desinteresado, cada pensamiento lleno de amor a Dios, Dios en todos, y los pensamientos en contemplación todo el tiempo. Cada emoción negativa: eso no soy yo, esto no está de acuerdo a mi Ser divino, eso es mente, debo deshecharlo. La pureza, compasión, bondad, son los reflejos de mi Ser verdadero, acéptenlo.

 

Es por eso que Paramahamsa Krishna, se llama así. ¿Qué significa? “Hamsa” que puede separar el agua de la leche, puede tomar la leche y dejar el agua. Miren lo sutil de esto. Paramahamsa puede eliminar la Maya del Gnana, y puede aceptar el Gnana y dejar la Maya atras. Eso significa Paramahamsa. Esa es la idea de que nosotros vivamos esto, y perdamos esta oportunidad solo por glorificar estas enseñanzas sin practicarlas. Esa no es la forma que debe ser. El verdadero tributo a estos grandes Yoguis, Maestros y Gurús es que tomemos sus mensajes al corazón y los practiquemos en nuestras vidas diarias. Para Mí no hay mañana, desde hoy.  Volvamos a retirarnos por cinco minutos y veamos, cada vez que tengan una oportunidad, retirense. Cada vez que están consigo mismos y no tienen que interactuar con nadie, practiquen el retiro. Luego, incluso cuando están actuando e interactuando estarán siempre en ese estado de retiro. Se volvera un estado natural al que llamamos sahasa samadhi. No es con su voluntad o sin su voluntad, no, el estado natural de la existencia  es samadhi, siempre ecuánime. Y hasta que no alcancen ese estado, su viaje no ha terminado. Para cada persona, llegará en un momento diferente. Pero lo que les puedo asegurar es que si se esfuerzan, la gracia de Swami llegará en abundancia. El quiere mas y mas Jnanis. Entonces, cuando quieren que más personas aprueben, simplifican la dificultad de las preguntas del examen, y cuando dan las notas: Aprobado, aprobado, aprobado, todos han aprobado! Por lo tanto tienen que poner solo un poco de esfuerzo, y en esta oportunidad, en este momento de la historia de la humanidad, Dios quiere que aprueben. Entonces, si se esfuerzan un poco, El les dará la mejor nota y serán jnanis, vayan y difundanlo. No deben perder esta oportunidad, cuando dan notas tan libremente, no deben desaprovechar de esta forma, ¿no es así? Este es el mejor momento, el mejor lugar, la mejor manera para hacerlo, no se lo pierdan.