YO SOY Una charla de Al Drucker – Segunda parte

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YO SOY
 
Una charla de Al Drucker
 
Segunda parte
# El nacimiento del ser humano, la muerte del Señor
 
Mi libro favorito de Swami es el Bhagavata Vahini. Es un libro de historias maravillosas. Está lleno con los leelas del Señor, relatando los asombrosos sucesos de la vida de Krishna. En este libro, Swami ha reescrito el Srimad Bhagavatam, la gran escritura india. Lo presenta de forma algo diferente al original.
En el libro de Swami, comienza con el nacimiento de un niño. Ese niño es Parikshith, el único heredero del trono Pandava. Los Pandavas, como saben, de los cuales el más conocido fue Arjuna, representan el bando del bien, mientras que sus primos, los Kauravas, simbolizan el lado del mal. Estos dos bandos libraron una guerra de aniquilación total, que es el Mahabharata, inmortalizado en la gran epopeya india de ese nombre.
Swami dijo que el Mahabharata ejemplifica la guerra interior que se libra entre las fuerzas del bien y el mal dentro de nuestros propios corazones. No podemos ganar esta guerra solos. Debemos volvernos hacia el Señor. Luego vendrá y tomará las riendas de nuestro carro, tal como lo hizo con Arjuna en el Mahabharata. Esa es nuestra única esperanza de ganar esta guerra interior.
En la historia, al final de la guerra, los Pandavas salieron victoriosos, pero la guerra tuvo un precio terrible. En un acto vil en la última noche de la guerra, uno de los últimos combatientes supervivientes del lado Kaurava irrumpió en el campamento Pandava y mató a todos los niños Pandavas mientras dormían. Los Pandavas quedaron devastados. Su única esperanza de continuar la sucesión real era el niño que estaba creciendo en el vientre de la esposa viuda del hijo de Arjuna. Pero el mismo guerrero que mató a los otros niños resolvió destruir este último vestigio de la línea Pandava, enviando una flecha al útero de la indefensa mujer.
El feto real en el útero, vio ese terrible misil venir hacia él, lanzando chispas de furia y destrucción. Pero luego vio a un hermoso niño azul con una bella sonrisa en su rostro, haciendo girar un disco y arrojándolo a la flecha. El misil letal se rompió en mil pedazos. El bebé en el útero fue salvo. Inmediatamente después, el hermoso niño azul desapareció.
Luego de que nació el niño, todo lo que podía pensar era en ese encantador niño azul que le había salvado la vida, y lo buscaba por todas partes para ver ese divino rostro nuevamente. “¿Quien era él?” se preguntó a sí mismo. “¿Por qué vino a salvarme?” En cada rostro que veía se preguntaba: “¿Es él?”. Como siempre buscaba algo con tanta intensidad, lo llamaban Parikshith, que significa ‘el que busca’ …
Allí también, cerca del comienzo del libro, encontramos un relato de la muerte de Krishna. El Señor había terminado Su obra en la tierra y dejó Su cuerpo. Entonces, el inicio del libro, como Swami cuenta la historia, contiene el nacimiento de un niño humano y la partida del Señor. Asi todo el libro está lleno de las prodigiosas historias de la vida de Krishna, principalmente el estupendo pasatiempo del joven Krishna. Estas historias las relata un gran sabio a Parikshith, después de que se convirtiera en el emperador del reino. Se las dice en circunstancias inusuales. El Señor había dejado la tierra y el Kali Yuga, había comenzado, la era del materialismo y la injusticia. Esa edad oscura se apoderó de todos, incluido el rey Parikshith.
Un día, el rey estaba cazando en el bosque y se separó de su grupo. Tenía mucha sed y vio una pequeña cabaña cerca, en la que un sabio estaba sentado en meditación. Parikshith no se dio cuenta de que se trataba de un sabio inmerso en trance; pensó que el hombre estaba dormido. Trató de despertarlo, pero no pudo sacar al sabio de su trance. Parikshith estaba desesperado por un poco de agua, pero no conseguia que esta persona le dijera dónde encontrarla. Entonces, frustrado, se fue, aunque antes de irse, recogió la piel muerta de una serpiente y la colocó alrededor del cuello del sabio como un gesto de disgusto de despedida.
El hijo menor del sabio descubrió a su padre sentado con esta piel de serpiente sobre los hombros. El muchacho se enfureció tanto al ver este insulto a su padre, que maldijo al hombre que lo había perpetrado para que muriese siete días después por una mordedura de serpiente. Cuando el padre salió de su trance y escuchó lo que había hecho el hijo, dijo: “Hijo, no deberías haber hecho eso. No quiso hacer ningún daño. Ahora no puedo dejar de lado tu maldición, pero cometiste un gran error. Es un buen rey y no se merece este fin innoble. Ve y cuéntale lo que pasó. Que se prepare y convierta esta maldición en una bendición, aprovechando la oportunidad para elevarse espiritualmente”. Y así, Parikshith descubre que está bajo una sentencia de muerte, para morir en siete días. Pero para él esta noticia es un tremendo alivio. Ahora le han sacado la carga de la vida mundana. Se quita la corona y la túnica real y baja a las orillas del Ganges para sumergirse en la contemplación del Señor. Los sabios vienen y se sientan con él y luego el gran santo realizado en Dios, Suka, viene y le cuenta al rey las historias de la misión divina del Señor. Y eso es lo que describe el Bhagavata, las inspiradoras historias del Señor relacionadas con un hombre que está bajo sentencia de muerte.
# Haciendo de ésta nuestra última vida
 
Swami dice que todos estamos bajo una sentencia de muerte. ¿Cómo estamos pasando estos últimos días que nos quedan? ¿Sabemos cuándo será ese último día? Esos miles que fueron reunidos en rebaño a solo unos pasos de aquí, ¿tenían alguna idea el día anterior, que serían enviados a la muerte a la mañana siguiente? Cuando salí a volar por el placer de hacerlo, ¿tenía noción de que en cuestión de minutos estaría en peligro de muerte? ¿Estamos listos en este mismo segundo para terminar esta vida con alegría, si el dios de la muerte viene llamando?
Si estamos inmersos en el Señor, al cien por cien, en cuerpo y alma, entonces no importa cuándo la muerte decida venir. Siempre estaremos listos y no tenemos que preocuparnos por ese enorme almacén lleno de vidas futuras. Se reducirá a cenizas.
Swami se me acercó una vez en la veranda del templo y me preguntó: “¿Crees que estoy gordo? Swami tiene una pequeña barriga”. Le respondí: “No, Swamiji, creo que eres hermoso”. “¿Pero qué hay de esta calabaza?”, dijo, dándose unas palmaditas en el vientre. Le respondí: “Swami, son sólo los pliegues de tu túnica”. Dijo: “¡No vestido, calabaza!” Y luego me susurró al oído: “Es Prema Sai. Está creciendo por dentro”. Sabemos que Swami viene en otra encarnación. De la misma manera, también estamos embarazados de nuestra próxima encarnación, que incluso ahora, está creciendo dentro de nosotros.
Ya sea que nos consideremos hombres o mujeres, Swami dice que en el contexto espiritual todos somos mujeres.Y todos estamos agobiados por nuestro próximo nacimiento. Swami dijo una vez que el mundo entero se puede comparar con una obra de teatro en una escuela de niñas. En el escenario interpretarán el papel de caballeros o damas, de jóvenes o de viejos, de santos o pecadores, de mendigos o reyes. El vestido será diferente, el maquillaje será diferente, los cuerpos se verán diferentes, pero todas estas partes variadas están siendo interpretadas por la misma clase de alumnas. Hay un solo hombre. Es el director de la obra.Todos los demás son mujeres.
Y lo mismo sucede con el único Señor que es el director de esta obra de teatro universal. El principio femenino es toda esta creación y, como el mundo de los sueños y sus personajes, no puede hacer otra cosa que seguir las órdenes del soñador. Mientras estemos atrapados en la ilusión, somos jugadores en la obra del Señor. Ese gran drama presenta la rueda del nacimiento y la muerte y el renacimiento.
Entonces, ¿dónde será nuestro próximo nacimiento? ¿Será con Prema Sai, la encarnación final del Avatar Sai, que marcará el comienzo de la edad de oro? Puede que no sea. Puede que renazcamos en otra era. O podemos renacer en los guetos de Calcuta o en un mundo devastado por la destrucción. No lo sabemos. Por lo tanto, debemos hacer todo lo posible por invocar la gracia del Señor y hacer de éste nacimiento el último nacimiento, de ésta vida la última vida. Debemos vivir con la convicción de que cuando terminemos este tiempo, habremos terminado para siempre.
La forma de hacerlo es morar al cien por cien en Sai en el último momento.Y llegamos allí al estar establecidos al cien por cien en Sai en éste momento.Y en todo momento a partir de ahora. Constantemente reafirma la receta de Swami: “Deja ir al mundo, aférrate a Dios y nunca temas a la muerte”.
 
“Mi gracia llega como un relámpago”, dice. “Cuando menos lo esperas, actúo. Siempre debes estar listo”.
# Deja ir, deja a Dios
 
Una vez me quejé con Swami: “Swamiji, el camino espiritual es muy difícil”.
“No”, dijo, “es muy fácil, más fácil que cualquier otra cosa en el mundo”.Tomó su pañuelo y lo agarró con fuerza en su mano.
Dijo: “Verás, esto es difícil. Pero el camino espiritual no es asi. El camino espiritual es muy fácil”. Simplemente abrió la mano y el pañuelo cayó al suelo. “Ves lo fácil que es. Dejar ir es fácil. Eso es todo lo que hay que hacer”.
Entonces, cuando llegamos al punto en el que no queremos nada más que Dios y llenarnos sólo de Dios, estamos en el camino espiritual.Y eso no es tan difícil.Todo lo que tenemos que hacer es dejar de lado todo lo demás.
Una vez se me acercó a la veranda y me preguntó: “Borracho (Drunker), ¿qué quieres?”. Me reí de su cambio de nombre y respondí su pregunta: “Swamiji, estoy muy contento. Estoy satisfecho”.
“¿Quieres decir que no quieres nada?” preguntó, con algo de asombro en Su voz.
Dije: “Swamiji, ¡todo lo que quiero es a Dios!”
“Eso no es NADA”, dijo con bastante fuerza, “Eso es TODO … eso es salud, riqueza, libertad, liberación, felicidad …” Y continuó con una larga lista de cosas buenas. Luego agregó: “¡No hay nada allí!”, apuntando al mundo fuera del ashram, “¡Todo está aquí! ¡Todo!” y señaló mi corazón.
Por lo tanto, ya está todo aquí dentro de nosotros, al cien por cien; no es necesario nada más. Sólo deben quitarse el velo de ignorancia. La habitación puede haber estado oscura durante miles de años, pero la luz del sol siempre estará esperando. Corre la cortina e instantáneamente la oscuridad será reemplazada por una deslumbrante inundación de luz.
# La muerte del ser humano, el nacimiento del Señor
 
Ahora, volvamos al Bhagavata Vahini de Swami:
Cuando el libro está casi terminando, en las últimas páginas, Suka cuenta la historia del nacimiento de Krishna. Entonces, este libro comienza con el nacimiento de un niño humano que busca en todas partes para encontrar a su salvador. No puede olvidar la poderosa visión que tuvo de ese hermoso niño que le salvó la vida.
Después de que nace el niño real, descubre que el notable hermano uterino que había venido y lo había salvado no era otro que el Señor Krishna. Pero poco después, el Señor dejó la tierra. El niño se convirtió en un hombre, un rey, involucrado en los asuntos del mundo. Con el inicio de la era de Kali, sus raíces espirituales se secan cada vez más. Sólo su nombre, Parikshith, quedó para recordarle su incansable búsqueda cuando era un bebé para encontrar al Señor, que estaba tan cerca de él en el útero.
Pero luego el rey fue condenado a muerte. Ahora, después de todos estos años, vuelve a su búsqueda. De nuevo busca al Señor, ésta vez debe encontrarlo dentro, así que llena su corazón con las dulces historias de los milagros y la tarea del Señor. Y finalmente, al culminar el libro, Swami cuenta la historia del nacimiento del Señor en forma humana como Krishna.
Krishna nació en una celda de un calabozo, el octavo hijo de Devaki y Vasudeva. La madre y el padre estaban encadenados a la pared de esta oscura mazmorra. Se había profetizado que su octavo hijo mataría al malvado rey, Kamsa. Kamsa los arrojó al calabozo para que cada niño que naciera pudiera ser tomado por él y destruido.
 
De repente, la vela se apagó; fueron sumergidos en la oscuridad. De repente una hermosa luz dorada llenó su celda y distinguieron la imagen de Narayana, el Señor, con Sus cuatro manos, una de ellas levantada en señal de bendición. El Señor les dijo: “En un momento naceré como vuestro hijo. No tengan miedo. No hay fuerza en la tierra o en todo el cosmos que pueda dañarme de alguna manera. La misión para la que he venido tendrá éxito”.
# Declaración de Sai Baba
 
Estas son también las mismas palabras que Swami pronunció en una charla muy especial que dio al final del Curso de Verano en Ooty, en 1976. Cuando terminó el Curso de Verano, Swami se había ido, y por consiguiente, todos los demás también habían partido. Sólo los universitarios seguían allí, esperando sus autobuses, y algunos de nosotros seguíamos por ahí. De repente, Swami regresó. Nos dijo que nos reuniéramos muy cerca de Él. Era un asunto muy secreto y silencioso; tenía los altavoces y las luces exteriores apagados. Luego, durante dos horas, nos contó muchas historias maravillosas sobre Sí mismo cuando era niño. Fueron tan mágicas como las historias del joven Krishna que llenan las páginas del Bhagavata.
Hacia el final de Su charla, Swami relató cómo un día arrojó sus libros y dejó la escuela para comenzar Su misión avatárica. Cuando relató este episodio, fue un momento muy dramático en el salón de Ooty. Antes había mucho buen humor y familiaridad, pero ahora se volvió severo y serio. Habíamos estado sentados muy cerca Suyo durante dos horas, repentinamente dio un paso atrás y se sintió distante. Parecía que también estaba dispuesto a dejarnos atrás.Todos contuvimos el aliento.
Justo en ese momento, Swami agitó su mano y creó un objeto de lo más poderoso.Tenía una base redonda de ónix negro y sobre ella había un mapa plateado de la India. Alrededor del mapa había dieciocho joyas que brillaban en la oscuridad, aparentemente con alguna misteriosa luz interior. Nos dijo que en este mapa de la India estaban inscriptos 100 versos en sánscrito que daban la historia completa de este Avatar desde el momento en que nació hasta el momento en que abandona su cuerpo. Era la primera vez que anunciaba cuándo iba a dejar Su cuerpo.
Dijo: “Todas las grandes obras que llevará a cabo este Avatar y todos los líderes que ya han sido elegidos entre mis estudiantes están registrados aquí en estos versículos”. Ahora había un gran alboroto en la habitación.Todos querían ver ésta creación más de cerca y leer la escritura en ella.
Baba lo llevó para que todos lo vieran y lo tocaran. Espiritualmente era un objeto muy potente y estéticamente hermoso, pero la escritura era demasiado pequeña para que cualquiera la pudiera descifrar. Entonces se le preguntó a Swami si leería lo que decía, y Él respondió. “No diré el futuro. Sean pacientes. Todo les será revelado a su debido tiempo”.
Luego dijo: “¿Por qué anhelan este objeto cuando tienen a su creador?” Tomó el objeto y lo arrojó a la esquina de una mesa, donde aterrizó entre unas guirnaldas. Entonces dijo: “Me tienen a Mí y Yo los tengo a ustedes. Todos ustedes son almas sagradas y tienen sus roles que desempeñar en la misión para la que ha venido éste Avatar. Sepan que no hay fuerza en la tierra o en el cosmos que pueda retrasar ésta misión ni siquiera un instante. Lo que he querido sucederá. En los años venideros apareceré en muchas manifestaciones de mi forma. Dondequiera que estén, allí estaré Yo”.
Por supuesto, Swami no sólo les estaba hablando a esos estudiantes. Nos estaba hablando a todos nosotros, que somos las almas afortunadas a las que ha reunido. Saben, sigue siendo una gran maravilla para mí cómo después de tanto tiempo desde que anunció Su misión avatárica, y tantos años que el fenómeno Sai se ha vuelto ampliamente conocido en el mundo, Swami no sólo es todavía bastante accesible, sino que son muy pocos los que realmente se han comprometido a convertirse en devotos y vivir Sus enseñanzas.
# ¿Quién es un devoto?
 
Swami dijo que Sus devotos son muy, muy raros. Dijo que entre diez personas se puede encontrar una verdaderamente buena. Y entre diez buenas personas encontrarán una que tiene sentimientos profundos por Dios. Todos conocemos a muchas personas buenas, pero ¿cuántas de ellas aman a Dios? No sólo ir a la iglesia el domingo, sino un verdadero anhelo por lo trascendental … por ir más allá! Y dice que entre los que aman a Dios, uno de cada diez anhelará una experiencia directa, una profunda comunión con Dios. Y de diez que tienen un anhelo tan intenso, uno estará dispuesto a dejar ir por completo, a renunciar a todo lo que antes amaba y entregarse totalmente a Dios, llenándose sólo de Dios. “Ese es Mi devoto, y es muy querido para Mí”, dijo.
Hasta ahora, no hay muchas almas comprometidas, pero Swami se asegurará de que todos alcancemos ese estado bendito. Una vez, en el auditorio de Poornachandra en un día de fiesta, cuando había entre quince y veinte mil personas adentro y decenas de miles afuera, Swami miró a Su alrededor y dijo: “No puedo ver ni un solo devoto aquí. ¡Ni uno!”
Él nos dijo: “Cuando Swami va alrededor, todos tienen las manos plegadas, luciendo muy piadosos. Aunque, esto es como los leones y tigres en el circo, cuando el maestro de ceremonias entra con su látigo. Luego, todos se sientan en cuclillas y muestran su mejor comportamiento. Pero, tan pronto como el maestro de ceremonias se marcha, comienzan a gruñir y gruñir el uno al otro”.
“No estoy interesado en esos supuestos devotos”, dijo. “No he venido a reunir devotos de esta forma de Sai Baba. Quiero que sean devotos de las enseñanzas de Sai”, expresó. “Incluso si de todas estas instituciones educativas Sathya Sai sólo surge un pequeño puñado de devotos reales, podré completar Mi misión. Sólo unos pocos devotos genuinos son suficientes. Siempre me interesa únicamente la calidad, nunca la cantidad”. Y luego explicó lo que quería decir con devoto.
Un devoto es aquel que ve a Dios dondequiera que mire. No sólo cuando se vuelve hacia esta forma de Sai Baba, sino que donde sea que el devoto mire, sólo ve a Sai y se llena de ese Sai omnipresente. Ese es el verdadero devoto que está buscando y allí es donde seguramente nos llevará, si lo seguimos implícitamente …
 
# Dejar ir la ilusión de separación
 
Cerca del final del Bhagavata Vahini, Baba cuenta la historia del nacimiento de Krishna. El niño divino emergió del útero en un halo de luz. Inmediatamente, se volvió hacia el padre y dijo: “Ahora, llévame rápidamente a la casa de Yashoda al otro lado del río. Allí acaba de nacer una niña. Trae a esa pequeña niña aquí y ponla en la cuna en mi lugar”. En ese momento, los grilletes se cayeron de los padres, las puertas de la prisión se abrieron, los guardias de afuera se durmieron profundamente y el padre salió de la prisión a la oscuridad de la noche, para llevar al pequeño niño divino al otro lado del río.
Swami describe maravillosamente todos los signos y portentos auspiciosos que Vasudeva encuentra en el camino. Era como si toda la naturaleza hubiera recibido la buena noticia de que el Señor del Universo había nacido y se hubiera puesto su mejor vestido para darle la bienvenida. Vasudeva intercambió a Krishna con la niña en los brazos dormidos de Yashoda y la llevó de regreso a la celda del calabozo. Luego se sintió abrumado por las emociones y rompió a llorar.
Hay más sobre esta niña en el Bhagavata tradicional, relatando lo que sucedió cuando el malvado Kamsa descubre que ha nacido el octavo hijo. Pero Swami no le presta más atención en su libro. Todas las historias que cuenta tienen que ver únicamente con el Señor. En el capítulo final, Swami escribe sólo sobre el bebé Krishna. Entonces, ¿quién era esa niña? Esa era yoga maya, el poder ilusorio del Señor. Siempre que nace el Señor, éste poder de ilusión viene con Él. Pero Swami nos enseña a enfocarnos totalmente en el Señor y no prestar atención a la ilusión.
Así sucedió con el rey Parikshith.
Cuando escuchó que se contaba esta historia del nacimiento divino, Parikshith gritó: “¡Krishna! Krishna! ¡Krishna!” Una serpiente acababa de morderlo en el dedo del pie, y se la vio alejarse deslizándose. Entonces Suka, el gran santo, dijo a todos los sabios allí reunidos: “El rey ha llegado al Señor. Que toda la humanidad se sumerja en la bienaventuranza eterna”.
Asi el libro termina con la muerte del ser humano y el nacimiento del Señor. El humano es sólo una etapa de transición. La larga búsqueda y el viaje humano de Parikshith habían terminado. El Señor había nacido y los grilletes humanos habían caído. Parikshith se volvió uno con Krishna.
Ésta no es sólo una historia de las escrituras indias. Es nuestra propia historia. Nacemos, buscamos al Señor, pero no se encuentra por ninguna parte. Perseguimos la felicidad que sabemos que es nuestro derecho de nacimiento, pero la buscamos en el mundo y se nos escapa. Entonces, un día bendito, se nos revela. Pero pronto, nos lleva al desierto y deambulamos, perdidos.
Nos volvemos totalmente dependientes de Él para todo, para nuestra comida, para nuestro refugio, para nuestro trabajo, para nuestra salud, para nuestra dirección, para nuestras propias vidas. Él nos da lo que necesitamos para sostener estos cuerpos y mentes, nos otorga experiencias para desarrollar nuestra fe y nos entrega enseñanzas e historias para incrementar nuestro amor. Luego, finalmente, nos llena de Sí mismo. Nos sumergimos al 100% en el Señor. Sin compartir. Asi culminamos en alegría. Dejamos esta piel y arribamos a casa.
Eso es espiritualidad. No es más que eliminar lo que es irreal y antinatural … dejar ir la ilusión de un yo separado y establecerse en el amor puro. En ese momento estamos en casa, somos uno con el Señor, uno con el Bendito Ser.
Queridos hermanos y hermanas:
Seamos agradecidos y celebremos. Ha llegado el Avatar. Él está aquí para que podamos despertar y darnos cuenta de quiénes somos realmente. No lo olvidemos nunca. Somos amor divino. Amor, amor, amor es nuestra realidad inmutable.
Om Tat Sat
 
Fuente: Segunda parte del Satsang de Al Drucker en Hamburgo (Alemania), Pentecostés de 1989.