RECUÉRDENLO A ÉL – por Sri Sathya Sai Baba

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RECUÉRDENLO A ÉL
 
por Sri Sathya Sai Baba
 
Los Pandavas durante el tiempo de su exilio una vez entraron en el bosque de Romarishi. Romarishi era un sabio cuyo cuerpo estaba cubierto de pelo y su barba era tan larga que se extendía como una alfombra por toda el área del bosque.
 
Había un árbol sagrado en ese bosque que producía un tipo de fruta muy especial que, una vez que una persona probaba, lo aliviaría del hambre y la sed durante años y años. Pero la fruta no debía ser arrancada, sólo debía comerse cuando cayera por si misma.
 
Un día, Dharmaraja y Draupadi se acercaron al árbol. Draupadi estuvo muy tentada de probar esa grande y deliciosa fruta que colgaba del árbol. Ella dijo: “¿No podemos tomar esa fruta? Todos podemos compartirla”. Dharmaraja disparó una flecha y la fruta cayó al suelo. Fue a tomar la fruta con la mano. Era tan pesada que no podía moverla. Dharmaraja trató de levantarla con todas sus fuerzas usando ambas manos pero no pudo hacerlo. Draupadi también lo intentó, pero fue en vano. Mientras tanto, Arjuna llegó a ese lugar.Trató de levantar la fruta pero no pudo. Los tres intentaron levantar la fruta pero no se movió. Los dos hermanos menores vinieron e intentaron, pero ellos tampoco pudieron.
 
Finalmente llegó el poderoso héroe, Bhima. Les pidió a los demás que se mantuvieran alejados y dijo: “La levantaré”. Pero incluso Bhima falló.
 
Mientras tanto, el cabello de Romarishi que se había extendido por toda el área, comenzó a agitarse porque cuando estas seis personas estaban intentando levantar la fruta, los mechones de cabello estaban siendo pisoteados y tirados. Se dio cuenta de que alguien debía estar intentando robar la fruta. Se había puesto furioso. Sus largos cabellos comenzaron a juntarse y a enrollarse alrededor de los Pandavas para atarlos.
 
Draupadi se dio cuenta del peligro e inmediatamente oró al Señor Krishna. Krishna apareció ante ellos. Draupadi se postró a Sus pies y le pidió ayuda. Krishna dijo: “Hermana, estoy indefenso. Romarishi es un gran sabio. Yo resido en su corazón. ¿Cómo puedo hacer algo en contra de los deseos de Mis devotos?” Draupadi una vez más suplicó: “Sólo tú puedes salvarnos, puedes hacer cualquier cosa si lo deseas”. Krishna dijo: “Los ayudaré, pero todos ustedes deben estar totalmente en silencio cualquiera que sea la situación y hacer exactamente lo que les diga”. Draupadi y los Pandavas prometieron obedecer Sus órdenes. Krishna fue hacia el ashram de Romarishi y les ordenó que lo siguieran después de algún tiempo.
 
Mientras tanto, Romarishi estaba tan enfurecido que en realidad había comenzado a caminar hacia el árbol para maldecir a los cazadores furtivos. En ese momento, Krishna entró en el ashram. Romarishi cayó a los pies de loto del Señor. Estaba encantado de verlo. Él dijo: “Cuán afortunado soy de tenerte como mi invitado. ¡Oh, Señor! ¿Qué puedo hacer por Ti?” Krishna se dedicó a discutir ciertos asuntos espirituales hasta que llegaran los Pandavas.
Tan pronto como los Pandavas junto con Draupadi llegaron al ashram, Krishna corrió hacia ellos y cayó a sus pies. Los Pandavas se sentían avergonzados pero, recordando la orden del Señor, se quedaron callados. Al ver a Krishna caer a los pies de los Pandavas, Romarishi también se postró a los pies de esos visitantes. Entonces Krishna les pidió que entraran al ashram. Les presentó a Romarishi. Elogió al virtuoso Dharmaraja, al valiente Arjuna y Bhima y a los inteligentes Nakul y Sahadeva, y sobre todo, a la devota Draupadi. En ese momento, Romarishi se olvidó por completo de la fruta y los cazadores furtivos. Krishna le informó a Romarishi que los Pandavas eran las personas que estaban tentadas a probar la fruta, sin darse cuenta de la naturaleza única de ésta. Romarishi deseaba agradar a aquellos que podían agradar al Señor mismo. Dijo: “Que tomen la fruta. Me gustaría que la tuvieran”. Al comer la fruta, los Pandavas pudieron vivir sin hambre durante mucho tiempo.
 
Es difícil comprender los caminos de la Divinidad.Todo lo que podemos hacer es recordar a Dios siempre con amor y orar con fe por Su gracia incomparable.
 
Fuente: De Chinna Katha, historias y parábolas de Bhagavan