MI JORNADA INTERIOR – Viaje a la Unidad – por Taya A Kahraman

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MI JORNADA INTERIOR
 
Viaje a la Unidad – por Taya A Kahraman
 
La Sra. Taya Kahraman es la hija espiritual del Sr. Kaya Günata, quien fue su mentor espiritual. A finales de 2009, Bhagavan Sri Sathya Sai Baba se le apareció en un momento muy dificil de su vida y la ayudó a superarlo. Después de esta experiencia, la Sra. Kahraman dejó todo y comenzó a trabajar con el Sr. Günata como su asistente, dedicando su vida al servicio de Swami. Ella, junto con el Sr. Rafi Bedikyan, está actualmente codirigiendo el Selfless Seva Trust que fue fundado por el Sr. Kaya Günata en Turquía.
 
Es una de las sanadoras designadas por Swami en la Clínica Sai de Estambul y una de las traductoras de la serie Sri Sathya Sai Uvacha en turco.También es la editora de la serie Uvacha en Turquía.
 
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Unos días después de que Swami dejara Su cuerpo físico en el año 2011, me levanté una mañana, como de costumbre, para hacer mi meditación. Hice mi pequeño ritual y las oraciones que me enseñó mi mentor, el señor Kaya Günata, y luego me senté a meditar. En cuanto lo hice, sucedió algo inesperado, ¡y me encontré frente a Swami! Estaba sentada con personas que vestían de blanco, en un semicírculo, y Swami estaba de pie justo en el centro. Esta visión me dio una revelación interior que parecía decirme que yo estoy en la segunda hornada de almas que ha venido a dedicar su vida a la misión de Dios, mientras que el señor Kaya Günata está en la primera promocion de almas que vino a trabajar para Swami en su presencia física. Ese mismo día, fui a ver al Sr. Günata y le conté la revelación que recibí en la visión, a lo que el asintió y sonrió de acuerdo. Esto reafirmó mi convicción de que mi vida, en adelante, era para el Señor y su servicio.
 
Durante esos días, mi anhelo por el Señor solía ser tan intenso e insoportable a veces. De vez en cuando, me sentía muy frustrada, impaciente y molesta por no poder alcanzar el fruto final de todas las prácticas espirituales. A menudo desnudaba mi alma ante el señor Günata y le decía: “Este mundo no se parece en nada a nuestro hogar. No se parece en nada al lugar del que venimos. Recuerdo ese lugar. Está lleno de armonía, lleno de amor, de unidad. Es pacífico. Este lugar no se parece en nada”. Él me calmaba y decía: “¡Hija mía! Eres, lo que llaman, una persona sensible”. De vez en cuando, veía que el señor Günata también pasaba por frustraciones similares. En aquellos días, Swami y el señor Günata eran los ungüentos que curaban mi alma; sólo ellos dos comprendían mi inexpresable anhelo y, por lo tanto, hablaban a mi corazón y calmaban mi dolor.
 
En el año 2016, el señor Günata, el señor Orçun Doğan y yo, fuimos a Muddenahalli durante las celebraciones de Navaratri. Durante esta fase de mi vida, pude percibir a Swami todo el tiempo – solía caminar conmigo, hablar conmigo, estar a mi lado cuando trabajaba, sin embargo, estas experiencias a veces me confundían y me hacían preguntarme si estaba alucinando. En Muddenahalli, obtuve una respuesta a esta pregunta. Hacia el último día de nuestra visita, Swami nos llamó al señor Günata y a mí para una entrevista. Cuando me preguntó amorosamente qué quería de Él, le confesé mi confusión y le dije que sólo lo quería a Él y nada más. Swami me calmó afectuosamente, me aseguró que Él estaba conmigo y me dijo: “Confía en tus visiones. Son reales”. De hecho, la estancia en Muddenahalli durante esta visita fue supremamente dichosa para nosotros, ya que podíamos sentir la intensa energía espiritual que había allí. Escuchar los discursos de Swami todos los días a través de nuestro querido Sadguru alimentó el anhelo de mi alma. Mi voz interior comenzó a ser más clara que nunca, después de esa visita particular a Muddenahalli y la entrevista con Swami. Me ayudó a confiar más en mí misma. Me sentí como si estuviera reviviendo los días de mi infancia, cuando mi voz interior era fluida y clara. Solía tener esa sensación de no encajar con la gente en general. Acostumbraba pensar que era diferente a la mayoría de la gente. Dondequiera que miraba, veía que los hombres no estaban en armonía, a diferencia de todo lo demás en la Naturaleza. Estaba convencida de que los seres humanos habían olvidado su conexión con los demás, y esta observación provocaba en mí un sentimiento de separación del resto del mundo. Sin embargo, después de nuestras visitas a Muddenahalli y de la visita de Swami a Turquía, y poniendo en práctica las enseñanzas de Swami, escuchando a mi corazón, observando y confiando en Él, ya no me sentía separada de los demás, sino que me sentía parte de todo. Empecé a sentir que todo lo que había en la naturaleza, incluidos los seres humanos, era mío y no diferente de mí.
 
En el año 2018, el día después de Guru Purnima, tuve una experiencia muy profunda en Muddenahalli. Con unos pocos devotos que se quedaron alli después de las festividades, fui a asistir a los bhajans de la noche en el auditorio Premamrutham.
Poco a poco, el canto del mantra “Samastha lokah sukhino bhavantu” comenzó en el auditorio. Inmediatamente, cerré los ojos y me uní al canto. Con cada canto, senti una oleada de energía interior que se hacía cada vez más intensa y, después de algunas repeticiones, de repente no podía sentir mi cuerpo. Estaba muy presente y era consciente de todo: sabía que estaba sentada en la silla, pero era incapaz de mover ni siquiera el dedo meñique. Por un lado, experimentaba felicidad y, por otro, tenía miedo de que la gente que me rodeaba se asustara al saber que no podía moverme. Sin embargo, me deje llevar por la experiencia de la dicha una y otra vez. Después de algún tiempo, me obligué a abrir los ojos y vi que el ārati había terminado. Por mucho que lo intentara, no era capaz de moverme ni un centímetro. Cuando por fin pude moverme, no quería que nadie me hablara. Me encontraba en un estado de completo vacio (ausencia de pensamientos) y sólo quería permanecer en ese estado. Cuando empezamos a caminar por la calle hacia el apartamento donde nos alojábamos, tuve una experiencia en la que mi conciencia se fundió en la conciencia cósmica. Miraba los árboles, los animales y los seres humanos que pasaban, el cielo por encima y el suelo por debajo, y todo lo que experimentaba era: “Yo estoy en todos ellos, y todos estan en mí”. Al día siguiente tuvimos una entrevista, cuando le conté a Swami sobre la experiencia y que me había asustado, se rió y dijo: “Un día esto será completamente natural y espontáneo para ti”.
 
Del mismo modo, en el año 2019, después de las celebraciones de Guru Purnima en Muddenahalli, Swami amablemente nos concedió una entrevista. Durante esa entrevista, pedí más orientación para mi progreso espiritual personal. Le dije a nuestro querido Sadguru que este sentimiento de unidad estaba empezando a gobernar mi vida y le pregunté qué tenía que hacer para establecerme en él permanentemente. Me dijo: “Subes la escalera sólo para encontrarte a ti misma”. Me dijo que este sentimiento me envolvería lentamente y me aconsejó que me retirara cada vez que terminara con mis deberes. En aquel entonces, teníamos una vida muy ocupada. Practicar cualquier cosa, requiere esfuerzo. Pero, tal como dijo Swami durante las celebraciones de Guru Purnima de 2019, las puertas se abrieron realmente sin esfuerzo y de forma espontánea. La pandemia que abarcó al mundo entero realmente ayudó en este sentido, al darme algo de tiempo libre de mis deberes rutinarios, y así practicar lo que Swami había guiado, se convirtió en algo sin esfuerzo. A los pocos meses de la pandemia, pasaba bastante tiempo sentada en silencio, retirada y observando. Durante este tiempo, la imagen de un sabio seguía apareciendo en la escena de mi mente. Al principio no le presté atención, pero la visión siguio, en ella veía al sabio viviendo junto a las montañas en una cueva, y se veía delante de la cueva. Yo no sabía quién era, pero él seguía mostrándome cómo vivía en el sentimiento de unidad. Era consciente de que era uno con todo, y todo lo que le rodeaba, en la naturaleza, también lo sabía. Después de ver esta escena día tras día, una y otra vez, sentí que me estaba mostrando cómo uno debe vivir su vida. Por esa época, Sadguru Sri Madhusudan Sai comenzó la serie “Domina la Mente”, práctica que me ayudó a progresar en este camino. Una tarde, decidí sentarme en silencio y simplemente ser. Me retiré de todo lo que me rodeaba mientras estaba sentada en el sofá, y lo que experimenté sólo puede describirse como el “campo unificado”. Seres divinos, de los que no tenía ni idea, me mostraron cómo operaban. Eran diferentes en formas y figuras; no pertenecían a este planeta; sin embargo, todos actuaban como Uno. Este campo estaba unificado, entretejido y todo estaba interconectado. Todo funcionaba desde allí y los que entendían esto, operaban al unísono. En este campo, sólo hay un lenguaje, el lenguaje del corazón. Esta fue realmente una de las experiencias más significativas de mi vida. Me mostró que los nombres y las formas pueden ser diferentes, pero el conocimiento, la sabiduría, el lenguaje que surge de esta unidad siempre será el mismo. La casta, el credo, el género, la edad, la religión, la forma, el color y la especie no importaban allí. Lo único que importaba era este sentimiento de ser “Uno”. Una vez que este sentimiento se convierte en la propia realidad, todo lo demás se pone en su sitio. Para una persona como yo, que en el sentido mundano, se desempeñó sólo de manera mediocre en las materias de matemáticas y ciencias como estudiante; esta experiencia reveló la ciencia del universo. Desde 2016, muchas cosas han cambiado en mi vida. En el pasado, solía sentir a otros seres sensibles, pero no sabía qué hacer con esas experiencias. Ahora, simplemente me siento en unidad con todo. Las experiencias extrasensoriales ya no presiden mi mente. Los nombres y las formas ya no importan. Todos ellos son yo, y yo soy ellos. No hay nada fuera que no esté dentro de mí. No pertenezco a nadie ni a nada, pero pertenezco a todos. Comprendo que, por muy duro, inesperado o doloroso que sea, ¡todo no nos pasa a nosotros sino para nosotros! Siempre hay una lección mayor, más elevada, que aprender en todo.
 
Fuente: De Vasudhaiva Kutumbakam (Número 6 – September 2021, Monthly Global Newsletter)