MI JORNADA INTERIOR – 27 a 72 – Un Viaje transformador por Sylvie Sarda Craxi

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MI JORNADA INTERIOR
 
27 a 72 – Un Viaje transformador
 
por Sylvie Sarda Craxi
 
La Sra. Sylvie Sarda Craxi, esposa del difunto Antonio Craxi
nació en París, Francia en
el año 1950. Ella tiene la suerte de haber vivido en el ashram de Brindavan de Sri Sathya Sai Baba
en Whitefield, Bangalore y también en el ashram de Prasanthi Nilayam en Puttaparthi. Sus cuatro hijos
– tres hijas y un hijo fueron bendecidos de cursar estudios en las instituciones de Baba a partir del Sri
Sathya Sai Vidya Vihar en Ooty y la primaria y escuelas secundarias en Puttaparthi.
Sus tres hijas – Bettina, Alessandra y
Ananda nacieron en Milán, Italia; ellas estudiaron en la escuela de Baba y luego continuaron sus estudios avanzados
en el Instituto Sri Sathya Sai de Educación Superior campus de Anantapur. Su hijo Victor
nació en el Hospital General Sri Sathya Sai en Whitefield bajo el cuidado de la Dra. C Rajeswari,
madre del Dr. C Sreenivas, quien actualmente encabeza la misión de salud de Sadguru Sri
Madhusudan Sai.Victor hizo su educación superior
en Shri Gulabkunverba Ayurved Mahavidyalaya Chikitsalaya en la Universidad Ayurvedica de Gujarat
y completó la Licenciatura en
Medicina y Cirugía Ayurvedica (BAMS).
 
La señora Sylvie Craxi
y su familia han sido fervientes devotos de Baba durante muchos años y dedicado todo
al servicio de Swami entonces y ahora.
 
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En Puttaparthi, Swami acostumbraba decirnos que estábamos en el proceso de transformación.
Solía ​​poner juntas algunas ‘simples’
armas espirituales tales como – “Sé bueno, haz el bien, ve el
bien, este es el camino a Dios”. Esto es fácil de decir, pero
difícil de poner en práctica en el día a día.
 
Nos ​​recordaba el deber del ser realizado en el Kali Yuga, que es ‘seva sin ninguna expectativa’, y que esto nos ayudaría a deshacernos de nuestra mezquindad y a desarrollar más
amor y compasión hacia nuestra familia humana; mientras que nāmasmarana (repeticion del nombre divino) nos permitiría expandir nuestra
mente de sus estrechas garras y adquirir buenos pensamientos, hablar buenas palabras y hacer buenas obras.
 
Recuerdo contemplar la impermanencia
del cuerpo y la fragilidad de nuestra poco fiable mente, desarrollando más curiosidad hacia mi verdadera naturaleza desconocida descripta por Swami como paramātman, el Uno que ya somos; mientras que
el atractivo hacia las cosas mundanas iba perdiendo lentamente
su agarre. Esto hizo que mi proceso de pensamiento fuera mucho mas liviano.
 
“Todo lo que nace está destinado a morir. La vida es una burbuja” – yo
tenía 27 años cuando llegué a Swami, una edad cuando la mayoría de nosotros tenemos una maravillosa sensación de
eternidad. Ahora, con 72 años, mi corazón está lleno de Sus enseñanzas sublimes, profunda
indagación y contemplación sobre mi verdadero Ser.
 
Swami solía insistir y repetir durante el darshan, una y otra vez, con una dulce sonrisa – “Prepárate”,
 
“No pierdas el tiempo”, “Espera, espera, espera”. Solía completar las oraciones en un estado de ánimo silencioso y juguetón, devolviéndole la sonrisa – “No pierdas el tiempo, Bangaru …
corre hacia Mí”, “Prepárate Bangaru … para encontrarme”, “Espera,
espera, espera… por Mí, Bangaru”, y mi respuesta era – “Sí, Swami”
 
Solía ​​llamarnos a todos “Bangaru” u “oro”, connotando la forma en que Sus manos divinas,
con el tiempo, transformarían a cada uno de nosotros en preciosas joyas Suyas; advirtiéndonos, sin embargo, sobre los golpes que tendríamos que sufrir en el proceso de transformación, confiando con paciencia, amor y fe el plan del orfebre divino.
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‘Bangaru’ (oro) es puro e inalterable. Swami nos ve como perfectos, puros y eternos, hechos de la misma
esencia divina que la suya; nos inspira a convertirnos en ‘Uno con Él’ o ‘Tat Twam Asi’ – esto es lo que realmente somos. no debemos ser alguien
como Él, que implica dos entidades, pero
volvernos Él, como lo expresó recientemente durante Su
discurso en Muddenahalli.
 
Nos invita a profundizar mucho más en nuestro interior. Su
corazón materno sabe que podemos lograrlo; Él sabe más sobre nosotros que nosotros mismos. Swami
nos decia en Parthi – Una madre deriva máxima felicidad sólo de su propio hijo y esbozaba una sonrisa declarando: “Tú eres mío, Yo soy tuyo”.
 
¿Estamos listos para aceptar el proceso de transformación por el que Swami nos hace pasar? ¿Estamos
dispuestos a someternos a la metamorfosis de nuestra personalidad interior? Si lo queremos
o no, ¡aquí es adonde nos dirigimos! El acostumbraba decirnos – “El regalo más grande que uno puede ofrecer al
mundo es desaparecer de él”, lo que significa que
nuestra mezquina personalidad tiene que disolverse totalmente.
 
Aquí es donde nuestro amoroso Gurú nos está llevando, en Su
compasión perfecta. El mandato de Swami era “Para mantener tu mente tranquila, nunca des lugar a la
duda”. ¿En cuántas ocasiones sentimos nuestra
mente asentada en puro silencio, mientras la voz de Dios
esta haciendo eco dentro? Muy pocas … esto significa que nuestra transformación aún no ha terminado.
Esta es la razón de Su regreso, la última
parte de Su misión en la Tierra se está llevando a cabo actualmente
por el bien de todos.
 
Hoy, Swami nos da nuevas oportunidades para ser
de ayuda a los demás, ya que el mundo entero es una sola
familia – ‘Vasudhaiva Kuṭumbakam’. Él nos dice
una y otra vez que para conocerlo, tenemos que
convertirnos en Él.
 
¿Cómo construir la Edad de Oro, este sagrado milenio Védico
que todos estamos esperando? ¿Cuántas
vidas de oraciones y sacrificios se requieren para ser parte de la Edad de Oro y para el establecimiento del dharma? Todas nuestras oraciones solo estaban destinadas a llevarnos a nuestro
destino, que es llegar a ser quienes verdaderamente somos – encarnaciones de la compasión y el amor.
 
Tenemos que ser pacientes con nosotros mismos y poco a poco
desarrollar constantemente nuestra naturaleza divina innata;
cuanto más ejercitemos esto, más estaremos expandiendonos en el amor.
 
Estando a los Pies de Swami, todos estamos en el umbral
de nuestro propio corazón, de aquí tenemos que progresar
para poder abrir la puerta interior de
la cámara sagrada, donde Él nos espera.
 
Si fallamos al haber sido bendecidos con
la oportunidad en el momento apropiado, justo
lugar y situación, la responsabilidad será
enteramente nuestra, incluso si Él puede decir: “Si fallas, el fracaso será Mío”.
 
Swami declaró públicamente en Puttaparthi: “Nadie
está escuchando, nadie está escuchando! Si no se transforman
ustedes mismos, ¡me iré antes de lo esperado!” y lo
hizo … Elegimos no asistir al funeral del
Uno que no tiene nacimiento ni muerte. Swami esta vivo
en nuestros corazones y siempre estuvo ahí ¿por qué temer?
Sabiendo que está instalado en lo profundo de nuestros corazones para siempre, encontramos consuelo.
 
Unos años más tarde, mi esposo falleció. ¿A quien
cuya gracia podría atribuir el final tranquilo de su viaje, sino a nuestro Swami?Todavía puedo escuchar
Su seguridad divina: “Enjugaré sus lágrimas de dolor y los hare llorar de alegría”… y así lo hizo.
 
Cuando ‘conocí’ por primera vez a Swami en Su fase sutil de
manifestación en Roma en el año 2018, en la forma de Madhusudan Naidu, ahora Sadguru Sri Madhusudan Sai, recuerdo la manera en que Swami
me miró — Su mirada amorosa, profunda y penetrante al bajar de su coche. Vino
adelante, paseando feliz, rápida y silenciosamente hacia todos nosotros. Sus ojos llenos de amor, su dulce
sonrisa, un reconocimiento profundo y una comunión silenciosa.
Hizo que mi corazón se regocijara cuando sentí – “Sé que eres Tu. ¡Oh Swami!”
 
La contemplación incesante de Sus enseñanzas, que rumié una y otra vez estos 45 años, observando su inquebrantable determinación
para convencernos de transformarnos,
me inspiró a hacer esfuerzos sinceros para superar la rigidez mental, conclusiones prematuras,
juicios superficiales y desarrollar buena voluntad de forma desapegada, siendo el testigo de mis propias acciones en lugar de su autor, son algunas
de las cosas que intento y pongo en práctica.
 
Amo el silencio interior, es como un jardín tranquilo ‘dentro’
y descubrí que es un buen remedio para todas las dificultades, ya sea a nivel individual o en el plano social colectivo. Cuando cierro los ojos para observar el silencio, veo la oscuridad detrás de mis párpados cerrados, y
se vuelve tan fácil refugiarse dentro.
Respiro lento y estoy en contacto conmigo misma. Ningún pensamiento cruza esta pantalla interior,
ninguna proyección mental sobresale en esta calma presencia de mi ser interior. Siento esa paz interior que
es compatible con la paz exterior y
viceversa —es una y la misma. De esta manera, se vuelve más fácil desarrollar el desapego (vairagya) y la discriminación (viveka). Encuentro que este es un proceso de crecimiento natural que podra
florecer más tarde en una conciencia superior.
 
Renunciar a la frustración, la antipatía y la ira es posible a través de la fuerza de voluntad. Regularmente nuestro ser nos recuerda refugiarnos en nuestro interior para recuperar el equilibrio. Como Swami repite a menudo
– “El amor es una decisión”. Se requiere fuerza de voluntad para
practicar el amor en todas las situaciones.Tal decisión
nos otorgará un poder increíble para
luchar contra nuestras debilidades. He observado que la paz interior
puede surgir en unos pocos minutos, es un proceso natural
y automático. El ser interior nunca
ayuna, porque como dice Swami, “La dicha es mi comida”, la bienaventuranza es el alimento del ser interior.
 
Una vez, Swami se dirigía a un grupo de devotos.
Estaba hablando del ‘esfuerzo propio’ cuando alguien le preguntó: “Swami, trato de mejorarme a mí mismo, pero
sin éxito”. Entonces respondió: “No intentes, ¡HAZLO!”
 
Cuando nuestro Maestro cree en nosotros, ¿por qué no podemos creer en nosotros mismos?
La determinación surge de una fe profunda. Si falta
amor por nuestro Ser Superior, de quien nuestro amoroso Gurú
es la encarnación y el reflejo, entonces nuestro progreso se ralentizará. Y, nadie más que nosotros podemos ser culpados por esto. No hay técnica, ni filosofía, ni método a aplicar, aparte de la práctica constante para alcanzar nuestra meta, dando un paso a la vez y progresando,
hasta que la paz interior se establezca. Tenemos que seguir, pase lo que pase. Un día nos daremos cuenta de que nuestro nivel de conciencia aumenta casi automáticamente, por una
dinámica interna natural sin esfuerzo. Entonces será mucho más fácil ejercer nuestra fuerza de voluntad
y avanzar en esa dirección. La paz se vuelve tan profunda, sentimos una alegría y felicidad tan honda,
que se convierte en un hábito refugiarse dentro.
 
Mi Viaje Interior
 
Todo comenzó a los pies de Swami en Puttaparthi, cuando mi corazón y mi alma supieron a primera vista que Él
era ‘mi’ Jesús con un ‘vestido’ nuevo! Sus ojos decian todo – “¡Sí, soy Yo!” El namasmarana
brotó y continuó, haciendo eco a lo largo de los años – “Aum, Sai Jesús”. Entonces, un día, el Uno
que nunca nació y nunca morirá, la
encarnación de la vida eterna, dejó esta
dimensión fisica. Pasó el tiempo, y Swami enseñándonos y guiándonos a todos de nuevo, declaró en
Muddenahalli – “Ha llegado el momento de que trasciendan nombre y forma – nāma y rūpa”.
 
Nos había dicho todo hace mucho tiempo – “En el futuro viviré en las colinas”. Aquí está Él, reuniendo a
su gente, sin rechazar a ninguno, esperando a todos aquellos
que necesitan y oran por Su guía divina. Una vez explicó en una asamblea en Puttaparthi – “Viendo el apego que tienes hacia el nombre y la forma de Swami te permitirá medir el
apego que tienes hacia tu propio nāma y
rupa. Swami es el reflejo de tu Ser Superior”.
 
Ahora nos está guiando para ascender y alcanzar un
estado superior de Conciencia. La transformación es
porque “el tiempo ha llegado”, dijo.
 
Esto me recuerda una de las visitas de Swami a Italia, cuando paseaba por los aposentos de Su ashram/residencia en Asís; entonces me dijo
que nos había repetido muchas veces, durante años y años
hace mucho en Puttaparthi – “En el futuro, vendré a Italia…” y lo hizo.
Durante esta visita en particular, en 2018, Swami conducía al grupo de devotos a lo largo de una escalera elegante. De repente Su dulce voz resonó: “Sylvie, ¿puedes escalar?” Me escuché
respondiendo: “¡Sí, Swami!” Volvió a preguntar: “¿Tus rodillas?” Le dije: “Estoy bien, Swami … gracias”.
Sin Él, ¿dónde estaríamos hoy? Permitenos pasar la prueba de la transformación e invita el
formidable cambio de nuestro estado interior, de modo que podamos
seguirte y subir alto, sin descender.
 
Una vez, Swami hizo renovar su casa en el ashram en Puttaparthi. La inauguración
tuvo lugar unos días antes de que mi marido Antonio y yo pudieramos llegar desde Italia.
Tomó a Antonio dentro de su nueva residencia,
apretó el botón del ascensor que los llevaba al último piso, que abrió la puerta a sus apartamentos interiores. Esto me recuerda que con Swami
a nuestro lado, seremos capaces de alcanzar los planos superiores.
Su saṅkalpa se hará. Nada puede detenerlo; Su amor cuidará; Él reparará a cada uno y a cada corazón.
 
Fuente: De Vasudhaiva Kutumbakam Numero 21, Diciembre 2022 (Boletin Global Mensual)