Artículo N°. 16 sobre Sanatana Dharma – por Sadguru Sri Madhusudan Sai

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  1. 16. El camino a la paz mundial, en el Sanatana Dharma

̶  Sadguru Sri Madhusudan Sai

Un concepto ha eludido a todos por igual, las personas comunes y la élite, los estadistas y el público, los gobernantes y los gobernados: es la idea de un mundo utópico en el que hay paz y armonía absolutas. Sin embargo, la mayoría de las culturas hablan de la armonía y la paz como los valores y plegarias fundamentales. Toda plegaria india termina con tres repeticiones de Shanti, que es la paz. De la misma manera, se dice Shalom en las tradiciones judías, o La paz sea contigo en la cristiandad; todas estas religiones parecen haber enfatizado siempre la idea de la paz como la plegaria y bendición más básica. Sin embargo, a pesar de estas plegarias, la paz mundial sigue siendo un distante sueño. Especialmente en los dos últimos milenios, el conflicto, la lucha, la invasión y el terrorismo han hecho pedazos la paz. ¿Por qué no se ha logrado la paz, a pesar de todos los progresos científicos y sociales? Esto debe hacernos reflexionar y observar con mayor detenimiento la razón del fracaso, después de tantas conversaciones y tratados.

El sanātana dharma va a la causa fundamental de la verdadera razón para la ausencia de paz en el mundo, dando vuelta por completo el concepto, porque persuade a cada individuo a comenzar desde su propio interior, en lugar de tratar de lograr la paz exteriormente. Vamos a comprender la manera que propone el sanātana dharma para conseguir la paz mundial.

“La paz” es el estado de reposo y armonía absolutos. Ahora sabemos que los humanos no somos uno sino tres: quien creemos que somos, es decir, el cuerpo, quien los demás piensan que somos, es decir la mente, y quien realmente somos, es decir, el alma o jivatma. Este jivatma, alma o espíritu, no es más que el reflejo del único paramatma, así como el sol aparenta ser múltiple cuando se refleja en diversos recipientes de agua, a pesar de ser uno solo. Por lo tanto, la paz debe contemplarse en los tres niveles: el cuerpo, la mente y el alma. Es precisamente por esta razón de que el mantra shanti se canta tres veces  ̶ shanti, shanti, shanti ̶  en cualquier plegaria del sanatana dharma, en un esfuerzo por invocar la paz en los tres niveles de nuestra existencia.

Ser sanos de cuerpo es el primer nivel de la paz. Incluso el hambre puede perturbar nuestra paz, por no hablar de las enfermedades graves. Por lo tanto, gozar de buena salud es un requisito indispensable para la paz. Mucho de esto tiene que ver con la disciplina en los hábitos que dañan el cuerpo, ya sea el alimento que consumimos o las acciones que realizamos. El segundo nivel de la paz es el de la mente, la cual no es más que un haz de pensamientos y emociones de todo tipo. En consecuencia, la paz mental se consigue cuando tenemos pensamientos positivos, que surgen de relaciones y ambientes positivos. Por eso, la idea de satsanga, la compañía de los nobles, es muy importante en el sanatana dharma; solo esto puede contribuir a la calidad nuestros pensamientos y emociones, para que redunden en positividad y paz.

El último aspecto de la paz, el más importante, es experimentar armonía en el nivel del atman, el más profundo. Esto podría sonar paradójico, ya que podemos preguntarnos cómo puede no estar en paz el atman, siendo un reflejo del paramatman. Bien, la razón es que el atman está siempre en paz, pero el acceso a esa paz es denegado cuando el cuerpo y la mente no están en armonía. En el sanatana dharma, esta idea de armonía interior se llama trikarana suddhi, lo cual significa congruencia entre el cuerpo, la mente y el espíritu. En otras palabras, armonía entre pensamientos, palabras y acciones. Cuando los pensamientos se basan en la idea de que nuestro auténtico “yo mismo” es la Divinidad, también son divinos los consiguientes pensamientos, palabras y acciones: manasa, vacha y karmana. Sin embargo, los pensamientos se basan por lo general en la ignorante idea de que somos el complejo cuerpo-mente, y de esto proviene la desarmonía.

Para lograr la paz mundial, la base es la paz individual, ya que el individuo es el elemento fundamental para la construcción de la familia, la sociedad, la nación, y el mundo en general. Cuando los individuos viven en armonía interior, basando la vida entera en la idea y la experiencia de la verdad de que todos son divinos, aprendemos a apreciar que todas las personas y todas las cosas son divinas, por lo cual no hay necesidad de conflictos ni luchas. Los Upanishads proclaman:

Aham brahmasmi     yo soy Brahman    (Brhadaranyaka Upanishad 1.4.10)

Tat twam asi    Tú eres Eso  (Chandogya Upanishad 6.8.7)

Prajñanam Brahma    La consciencia es Brahman    (Aitareya Upanishad 3.3)

Ayam atma Brahma    Este “yo mismo” (Atman) es Brahman    (Mandukya Upanishad 1.2)

Sarvam khalvidam Brahma    Todo esto es Brahma     (Chandogya Upanishad 3.14.1)

Solo merece alcanzar la paz permanente y eterna quien experimenta interiormente la verdad de la unidad (tesham shanti sasvati netaresham), proclama el Kathopanishad (2.2.13)

 Nityo nityanam cetanascetananam

Eko bahunam yo vidadhati kaman

Tamatmastham ye nupasyanti dhira

Tesam santi sasvati netaresham

 “Hay Uno que es la eterna Realidad entre los objetos no-eternos; la única Entidad auténticamente consciente entre los objetos conscientes, la cual, aun siendo no-dual, satisface los deseos de muchos. La paz eterna pertenece a los sabios que perciben al Uno dentro de sí mismos”.

 Una vez que conocemos esta verdad, comprendemos y apreciamos que somos como los diferentes miembros del mismo cuerpo. Por lo tanto, si el ojo es lastimado accidentalmente por el dedo, no nos cortamos el dedo; o si la lengua es mordida inadvertidamente por los dientes, no arrancamos los dientes. En cambio, les demostramos compasión y perdón, ya que consideramos nuestros a los dientes, la lengua, los dedos y el ojo. Ahora expandamos esta idea y apliquémosla a familiares, vecinos, la comunidad e incluso el país, apreciando que todos son nuestros, y que el daño a cualquier persona es en cierto modo un daño a nosotros mismos. Con esta perspectiva podremos contenernos de reaccionar con violencia y podremos tomar el camino de la tolerancia y la aceptación.

La mayoría de los esfuerzos políticos se basan en la idea de que debemos abstenernos de la violencia porque “ojo por ojo” dejará a todo el mundo ciego. Sin embargo, esta es la idea de que el daño infligido invitará a reacciones violentas de los así llamados “otros”.  En cambio, en el sanatana dharma la idea es no hay otros a quienes dañar ni que nos dañen. En el nivel más profundo de la existencia espiritual, todos son Uno, por lo cual el único camino es coexistir en armonía y aceptación. Esta es la más profunda de las enseñanzas espirituales del sanatana dharma para alcanzar la paz interior y exterior.

Aunque fuéramos incapaces de experimentar este estado de unidad, y por lo tanto incapaces de seguir este camino, nuestros textos sagrados hablan de considerar a todos como miembros de la misma familia. El mantra del Rig Veda que reza yatra viswam bhavati eka needam, “el mundo entero es un nido, o refugio” nos alienta a pensar en todo el mundo como un hogar y una vasta familia, que incluye a todo ser viviente, desde el insecto más pequeño hasta los evolucionados humanos. En consecuencia, el deseo del bienestar de todos debe incluir nuestro planeta, nuestra naturaleza, todos los países y la humanidad entera. La idea de vasudhaiva kutumbakam, “el mundo entero es una familia”, solo está presente en el ethos indio, y en ninguna otra parte. Se hace evidente en nuestras plegarias, como el Shanti mantra del Yajur Veda, que habla de no ser causa de conflicto ni dolor los unos para los otros  ̶ ma vidvishavahai ̶  o las oraciones por el bienestar de todos, en el subhashita  ̶ sarve bhavantu sukhinah ̶  o el mantra védico loka samasta sukhinobhavantu. Se nos indica que recemos y trabajemos constantemente para la paz y la felicidad de todos, con una perspectiva de mentalidad amplia, rechazando las ideas egoístas de “yo” y “mío”.

Darnos cuenta de que nosotros mismos y todo lo que existe a nuestro alrededor somos divinos, es lo único que puede restaurar y mantener la paz mundial. Esta es la firme convicción del sanatana dharma: nanya pantha yanaya vidyate: “no hay otro camino a la Meta Suprema”.

Om shanti shanti shanti

 

(Artículo publicado en Vijayavani, importante diario de la India en idioma kannada, el 28 de septiembre de 2021)

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