CONFERENCIA DE LA ALDEA IDEAL – Stanford, EE.UU. (Segunda Parte)

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CONFERENCIA DE LA ALDEA IDEAL
 
Stanford, EE.UU. (Segunda Parte)
 
29 y 30 de Septiembre 2021
 
Continuación del mensaje de Sri Madhusudan Sai iniciado en la 1ra parte …
 
“De repente, el sistema de apoyo del que alguna vez
dependieron, ya sea de su riqueza, familia, capacidad para hacer frente
a las situaciones, inteligencia, etc empezó a desmoronarse.
Este nuevo virus no perdonó a nadie; los ricos y
los pobres; los poderosos y los débiles; los eruditos y
los analfabetos; lo rural y lo urbano, todo el mundo
era igualmente vulnerable a este problema. Este fue el tiempo
cuando sucedió algo. Cuando la gente no pudo encontrar
paz y felicidad afuera, tenían que volverse hacia adentro.
Me gustaría llamar a esto como “El momento de Buda”.
 
Siddharta Gautama, un joven príncipe prometedor,
el hijo de un gran rey de un gran imperio en algún lugar
en Nepal en ese momento, estaba bajo el cuidado de su
padre. El padre temía que, según las
predicciones de un astrólogo, su hijo pudiera convertirse en un monje en lugar de un rey.Y así lo protegió
tan ferozmente, lo guardó con tanto celo. Nunca le permitió ver a ningun anciano, lisiado, enfermo o persona moribunda. Le dieron la mejor comida, ropa,
comodidades, etc. Si alguien se volvia viejo o enfermo en
el palacio, era removido y reemplazado por alguien joven y atractivo. De esta manera, este joven
príncipe vivía en un mundo propio, lejos de la verdad, lejos de la realidad, hasta que un buen día se aventuró a salir por su cuenta hacia la ciudad. Fue entonces que conocio a una persona, que se veía muy diferente a él, con la
piel arrugada, encorvada, deformada y con un cuerpo feo.
Inmediatamente le preguntó a su auriga: “¿Qué esta mal
con ese individuo, que le sucedió?”
El auriga respondió: “No le pasa nada. Él esta bien y la única diferencia es que ha envejecido”.
Esa fue la primera vez que Siddharta Gautama llego a saber que la vejez existe. Preguntó de nuevo con
incredulidad, “¿Eso me pasará a mí también?” El auriga
dijo: “Sí, ocurrirá. Le pasa a todo el mundo.Todo el mundo
envejece”. Esto fue un shock para el joven. A medida que
avanzaban, se encontraron con otro hombre que estaba recostado
en un rincón y gimiendo de dolor y sufrimiento.Todos
sus familiares y parientes lo habían abandonado. De nuevo, el joven príncipe
preguntó al auriga: “¿Qué le pasa a esta persona?”
“Ha contraído una infección que es contagiosa
y por eso la gente lo ha abandonado”, respondio
el auriga. “¿Eso me pasará a mí también?” pregunto
Siddharta, por lo que obtuvo la respuesta: “Sí. Podrías enfermarte y la gente podría abandonarte
también por miedo al contagio”. Mientras continuaban, vio ademas a un hombre muerto transportado sobre cuatro hombros en una procesión fúnebre.
El principe nunca habia visto un funeral. Ni siquiera sabía que la muerte
existe. Este fue el último clavo en el ataúd. Es solo
ahora que se dio cuenta de que la muerte le pasa a todos,
como la vejez y la enfermedad. Estos incidentes cambiaron
su perspectiva. Mientras pensaba como la mayoría,
que la vida seguiria como una fiesta sin fin y nada
saldria mal alguna vez, sintiéndose tan seguro, envuelto en su
propio pequeño mundo entre sus amigos, familia, riqueza,
posición, sociedad, nombre, autoridad, etc., luego sucede algo como esta pandemia que se convierte en
el momento de Buda para todos nosotros. Ahora este joven
Siddharta regresó al palacio perplejo,
ansioso por saber la verdad porque no quería invertir su tiempo y energía en el cuerpo que eventualmente esta destinado a envejecer, descomponerse y morir. El no queria
entregar su tiempo y energía a las personas que lo dejarian
en caso de que hubiera un problema como la pandemia
o una enfermedad infecciosa. No sabia que hacer con su vida. Buscó respuestas a sus preguntas
afuera y no encontró ninguna. Este es el momento en que
decidió volverse hacia adentro.
 
Este “Momento de Buda” le sucedió a tanta gente durante la pandemia. Cuando no pudieron encontrar
las respuestas a preguntas como lo efímero de la vida, la fugacidad de los placeres, la temporalidad de todas las
relaciones, y el cuerpo mismo, ellas se vieron obligadas a volverse hacia adentro y encontrar las respuestas en su interior. Como verdaderamente se ha dicho: “La única salida reside adentro”.
Lo que muchas organizaciones espirituales, gurús y maestros
no pudieron lograr en un siglo, se logró en solo un año o menos que eso a través de esta pandemia.
Todo el mundo debio detenerse y se vio obligado a pensar.
Tuvieron que cuestionar su sistema de creencias, su
base de apoyo.Todos eran iguales en la miseria, el dolor, la tristeza de haber perdido a sus seres queridos. En cierto sentido la pandemia fue un gran nivelador.
 
A nivel individual, las personas se volvieron hacia adentro para encontrar
paz, consuelo, descanso, refugio, respiro dentro de sí mismos.
Tomaron el yoga, la meditación y varios otros programas de bienestar espiritual tanto en línea como fuera. Leyeron libros, aprendieron escrituras e intentaron encontrar respuestas a estos problemas. Finalmente, todos ellos
se dieron cuenta de que uno no puede resistir, remover o eliminar
estos problemas. Sí, se crearon vacunas y en cierta medida se proporcionó la defensa necesaria contra
el virus, pero esa no es la solución definitiva.
La solución definitiva a la pandemia radica en encontrar la fuerza interior. Cuando la fuerza física, intelectual
y ​​la fuerza emocional no pueden lidiar con eso,
la única fuerza que queda es la fuerza interior / espiritual.
 
La aceptación es esa fuerza espiritual. La resistencia es
el camino exterior – pravṛitti mārga. La aceptación es
el nivṛitti mārga – el camino interior. Ahora hemos
aceptado convivir con este problema, sabiendo muy bien las
consecuencias de ello. Que la aceptación ha traído paz
a tanta gente.
 
Para extrapolarlo y adecuarlo a esta Conferencia de la Aldea Ideal, ¿qué es lo ideal de esta situación desde la
perspectiva rural? Para los que han viajado por la India
u otros países donde hay muchas aldeas, solo en la India hay más de siete lacs de aldeas
donde vive el 65% de la población, pueden ir a cualquier
pueblo pequeño o grande, es posible que no encuentren un hospital,
institución educativa, ruta, conectividad a internet, pero una cosa que seguro encontrarán es un centro espiritual
en el pueblo. Podría ser un templo del Dios o la deidad local o una institución espiritual dirigida por un sabio o alguna
personalidad espiritual existente en cada aldea, que
se convierte en el centro de la vida de las personas.
 
Cuando una pandemia o un problema similar golpea una aldea,
su primera reacción no es resistir, luchar y llorar tontamente, sino
más bien girar hacia ese centro donde encontrarán
paz, donde puedan rezar juntos, sentirse unidos con los demas,
y colectivamente decidan trabajar juntos y resolver el problema. Estos centros de religión en cada
pueblo del país, fueron la fuente de la fuerza interior
que ayudó a las personas a emprender sin saberlo
este viaje hacia adentro todos los días. La gente se despertaba
y al escuchar la campana del templo o la oración que emana del
lugar de culto su mente se desviaba
de todas las tareas mundanas diarias a esta idea del
yo interior. Esa era la cultura del pueblo en la India que se perdió con el paso del tiempo, debido a la urbanización.
 
Contamos con instituciones educativas en pueblos rurales.
Cuando les pregunté a los estudiantes que venían de las aldeas
sobre cómo fue la pandemia y qué hicieron,
parece que nadie siquiera entendió que había una pandemia. Estaban bastante felices con el aire puro, el agua pura.
Estuvieron aislados de la mayoría de las áreas infectadas
y ciudades donde se estaba extendiendo la enfermedad. La mayoría de los niños estaban ocupados jugando y aprendiendo
las habilidades tradicionales y profesionales de sus padres y se beneficiaron de eso. Ahora piensen desde el punto de vista urbano: Casi todos los niños estaban encerrados en sus hogares inmersos en
sus artilugios. No podían salir a jugar. Lo único que podían hacer era jugar en sus teléfonos. Fue un
gran retroceso para los niños de las ciudades.
 
Piensen en los alrededores ideales de un pueblo, especialmente en la India
donde las escuelas estan situadas en las zonas rurales, bosques o
lejos de las ciudades. Había escuelas residenciales llamadas gurukulas que nosotros también dirigimos. Hemos visto los beneficios de las mismas. Entonces, el sistema de educación o la
estructura social de las sociedades indias que emanaron de la
las aldeas rurales siguieron siendo la columna vertebral de la
supervivencia durante siglos a pesar de varias invasiones. Creo que
la pandemia ha hecho que la gente se vuelva hacia esta cultura de nuevo.
 
El único camino para todos los problemas es el camino interno.
nānyaḥ panthā ayanāya vidyate – no hay otra via que esta. Necesitamos enseñar a la generación actual a lidiar
con tales situaciones con confianza y coraje. Lo que
les enseñamos ahora los mantendrá en una buena posición durante los años por
venir. Esta es solo una instancia de la pandemia. Podria haber muchas en el futuro que no conocemos. Permitamos que este aprendizaje sea la lección más importante para todos nosotros que nos
ayudara a afrontar situaciones de este tipo en el futuro.
 
oṃ sarve bhavantu sukhinaḥ
sarve santu nirāmayāḥ
sarve bhadrāṇi paśyantu mā
kaścidduḥkhabhāgbhavet
 
Que todos estén sanos. Que todos estén libres de enfermedades. Que
todos vean cosas buenas y auspiciosas en todas partes. Que
nadie experimente pena o dolor, porque ahora lo sabemos, podemos ser felices solo cuando el mundo entero es
feliz. Podemos estar sanos solo cuando el mundo entero es
saludable. Podemos solo ver el bien si todo el mundo está haciendo lo bueno,
y no habrá ningún dolor si no lo infligimos a los demas.Vivamos de acuerdo con estos antiguos ideales que
eran fundamentales para la cultura india. La cultura india vivió
en sus pueblos y en el corazón de la gente de las aldeas y
así es como es una Conferencia de la Aldea Ideal. Este ideal de espiritualidad debe impregnar y difundirse a través de uno y todos a lo largo del mundo para que podamos crear un mundo mejor, un
un mejor futuro para nuestros hijos y las generaciones venideras”.
 
Video subtitulado en español
https://youtu.be/4dQsANUckxo
 
Fuente: Vasudhaiva Kutumbakam (Numero 7 – Octubre 2021, Monthly Global Newsletter)