DECADAS DE AMOR CON EL MAESTRO DIVINO – por Sri Birendranath Bardoloi

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DECADAS DE AMOR CON EL MAESTRO DIVINO
 
por Sri Birendranath Bardoloi
 
1/5/2009
 
El Sr. Birendranath Bardoloi es oriundo del estado de Assam, en la India Oriental, y ha tenido la fortuna de desempeñarse como miembro del cuerpo docente en el Departamento de Inglés de la Universidad Sri Sathya Sai (campus de Prashanti Nilayam) durante más de dos décadas. Actualmente retirado, pasa su tiempo entre Prashanti Nilayam y su otro hogar, Sri Sathya Sai Sishu Sadan, un orfanato que fundó hace muchos años, en Assam.
 
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El Señor llamó …
Había leído por primera vez sobre Bhagavan Sri Sathya Sai Baba en un número de The Illustrated Weekly of India que apareció a mediados de los años 60 del siglo pasado. En una de las páginas, se podia ver al Sr. S.B. Chavan, una figura política del país en ese momento, adorando a Bhagavan Baba en su altar que estaba lleno de Sus fotos. Me sentí profundamente conmovido por la forma divina en estas fotografias.
 
Más tarde, leí un discurso de Bhagavan Baba sobre la mente, o más bien sobre su inexistencia, que apareció junto con una imagen suya en la primera página de la revista Bhavan’s Journal.
 
El discurso atrajo directamente a mi corazón. No era un tratado filosófico destinado a una escuela de pedantes, no tenía jerga ni malabarismos lógicos; era simple y atractivo. Fue una entrega íntima de un corazón a otro, entre padre e hijo, por así decir.
 
En cuanto a la fotografía de Bhagavan impresa en la revista, el mechón de cabello bastante grande y circular en Su cabeza tenia la apariencia de un aura, todo radiancia. Su cabeza y rostro resplandeciente daban una imagen extraordinaria. “Aquí hay una forma diferente a todas las otras imágenes de almas altamente evolucionadas que he visto antes”. Esta fue mi respuesta instantánea al discurso y la fotografía de Bhagavan Baba.
 
No muchos días después de esta gran experiencia, mi cuñado me trajo un paquete de vibhuti (ceniza sagrada) y una copia gastada de Sathyam Sivam Sundaram, Parte I (la biografía de Bhagavan Baba) del profesor Kasturi. El libro debe haber actuado como un mensajero de Dios pasando de mano en mano en pueblos y aldeas.
 
Al momento de darme estos dos regalos invaluables, mi cuñado me hizo dos preguntas directas: 1) ¿Crees en Dios? 2) Si es así, ¿crees en Su descenso a la tierra en forma humana? Las respuestas a ambas preguntas fueron un rotundo “sí”.
Y ahora, mi vida había cambiado de la noche a la mañana. Recibi muchas garantías a lo largo de los años, un milagro seguido de otro. Sabía que había encontrado a mi Maestro. Él me eligió como uno de Sus humildes servidores. Él halló una excusa para que yo le sirviera en Su Universidad en el departamento de inglés. Me bendijo con una hermosa familia de cuatro niñas encantadoras que ahora han volado de sus nidos. Él continúa viviendo en mi corazón y obrando a través de mí.
 
Incluso para aquellos que han tenido la suerte de obtener un atisbo de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba al permanecer cerca de Él físicamente durante un cierto período de tiempo, es casi imposible comprender y luego compartir acerca de Su gloria y misterio. Sin embargo, describiré una o dos instancias según mis limitados conocimientos.
 
Mi difunta madre a menudo nos contaba sobre sus años de niña.Trepar árboles, ir a la escuela, tejer y rezar eran sus pasatiempos favoritos. Una de sus creaciones fue un pequeño trozo de arcilla al que llamó Shiva lingam. Pasaba horas y horas teniendo animadas conversaciones con esta fuente de alegría, el lingam de Shiva.
 
Krishna era otra atracción, nuestra deidad familiar. Mi madre, en toda su inocencia, hablaba con Krishna cariñosamente llamándolo “Gopal”. Ella se quejaba de sus hijos, le lloraba, le pedía guía, le rogaba que la tranquilizara, etc. ¿Notó todo esto nuestro Señor omnipresente, hace más de noventa años?
 
En 1976, Bhagavan Baba le dio a mi difunta madre un lingam, un atma lingam, como Él lo había llamado, en la sala de entrevistas. Baba dijo que el surgimiento de ese lingam había tenido lugar el día de Maha Shivarathri en 1974. Swami había esperado durante dos largos años, ya que solo Él cronometraba los eventos a la perfección.
 
Explicó además que lo había guardado especialmente para ella, diciendo “Tumhara bhakti bada hai, isliye tumko yeh bada lingam deta hoon” (Tu devoción es grande, así que te doy este gran lingam). Continuó: “En tu infancia, solías hacer lingams de Shiva con la tierra extraída de un termitero, aunque el Dios de tu familia era Gopal”. Abrumada por la alegría de recibir el lingam y desconcertada por la revelación de Baba, solo pudo asentir.
 
El lingam era del tamaño de un huevo de cisne, solo que más pesado, de color azul verdoso. Dondequiera que iba, lo llevaba para su adoración diaria y abhisheka. Si lo giran, pueden ver una serie de imagenes, como Bala Gopala (el niño Krishna) con un laddoo (dulce redondo) en Su mano derecha, Muralidhara (el Señor Krishna) tocando Su flauta divina, Rama-Lakshmana-Sita, Hunaman y Lord Shiva como Kailashpathi (Señor del Monte Kailash).
 
Bhagavan Baba estaba entonces, tanto con mi madre aquí dentro de la sala de entrevistas en Prashanti Nilayam, como había estado con ella en North Guwahati, Assam, cuando de niña adoraba dichosamente su lingam de arcilla de Shiva. Él era ese mismo atmalingam, el Dios omnipresente.
 
Bhagavan se dirigía a mi madre como ‘Ma’ (madre). ¡Tal era Su amor! Siempre tenía algún regalo para ella, y una vez la bendijo con un anillo de oro con incrustaciones de esmeraldas y un Spatika Japamala.
 
En otra ocasión, Él le dio un colgante redondo de plata de gran tamaño de una pulgada y media de diámetro. A un lado estaba la imagen de Ashta bhuja (de ocho brazos) Durga, y al otro lado la silaba AUM. Mientras se lo daba, le dijo que aunque la divinidad tiene muchas formas el “Guru (Preceptor) es uno” – “Guru Ek Hai”.
 
En una de las entrevistas con Swami en 1985, en el curso de la conversación con nosotros, mirando a mi madre con amor, preguntó por su bienestar. Mi hermano le dijo a Swami que en realidad no podía cuidarla porque vivía muy lejos en Assam.
 
Bhagavan le aseguró que la protegeria todo el tiempo y creó un lingam. Era un Netralingam (con un ojo). Uno puede ver un ojo muy encantador con una hermosa ceja sobre él. Baba dijo que cuidaría constantemente a nuestra madre y que nunca estaría sola.
 
# La misericordia insuperable del Señor
 
Diez años antes de esto, fui testigo de un incidente extraordinario. Kiran Konwar, una devota del pueblo, vino a mi casa con el pedido de celebrar bhajans en su residencia. Su padre, un proyectista jubilado del Servicio Geológico de la India, estaba en su lecho de muerte. Ella esperaba que la Gracia de Bhagavan a través de los bhajans pudiera salvar a su padre.
 
A las 10:15 a.m. del día siguiente, fui a la casa de Kiran acompañado de mis sobrinos, Rupak y Hirok, ambos todavía en la escuela en ese momento.Vi el cuerpo de un hombre tendido sobre una tabla de madera en la sala de entrada, listo para ser llevado a los ritos finales. ¡Pobre de mí! El padre de Kiran ya había dejado el planeta. ¡Llegué tarde! Allí ya se habían reunido los familiares del hombre llegados de los pueblos cercanos. Su esposa sollozaba desconsoladamente, al igual que Kiran y todos los demás.
 
Sin desanimarme, decidí comenzar la sesión de bhajans. Empezamos a las 10:30 a. m. y cantamos con gran ardor en medio de la conmovedora escena. Nuestros corazones se llenaron de devoción al recordarnos la gloria y la gracia de nuestro Señor. Parecía como si estuviéramos flotando en las alas de un tiempo atemporal.
 
Abrí los ojos por un momento. Noté un movimiento muy débil de las yemas de los dedos de la mano izquierda del hombre “muerto”, tendido sobre una tabla, sin vida todo este tiempo. ¿Fue mi imaginación? Evidentemente no, porque lenta pero regularmente, el movimiento se convirtió en un tamborileo rítmico, manteniendo el compas de los talas (los golpes en la tabla y la pandereta) que acompañaban los bhajans. Exultantes y extaticos continuamos cantando con renovado entusiasmo, dándonos cuenta de que Bhagavan se había hecho cargo.
 
Al final del arati a las 2:00 p. m., vi una gran cantidad de vibhuti adherido a la espalda del viejo abrigo de lana verde de Rupak. También hubo aspersiones de Vibhuti por todo el lugar y sobre el anciano resucitado. El hombre agradecido comió felizmente un poco de vibhuti y cruzó las manos frente a la fotografía de Bhagavan. Kiran lloró como una niña, su corazón lleno de gratitud. Es otra historia que Rupak luego estudió en la universidad de Bhagavan en Brindavan y también tuvo la gran fortuna de servir a Swami de cerca durante muchos años.
 
# Sanado por Su inmenso amor
 
En 1974, asistí a la conferencia de la Organización All India Sri Sathya Seva en Rajamundry (distrito del este de Godavari). Estaba con muletas porque me había fracturado el tobillo dos meses antes de esto.
Un día, estaba regresando a mi campamento después de la sesión matutina de la conferencia cuando me pasó el automóvil de Swami. En el vehículo, con Swami estaban el Dr. Vinayak Krishna Gokak, el primer vicerrector de la Universidad Sri Sathya Sai de Prashanti Nilayam y el profesor N. Kasturi.
 
Swami me miró y saludó. Más tarde, el Dr. Gokak me dijo que Swami le había preguntado al profesor Kasturi qué me había pasado y por qué cojeaba.
 
Terminada la conferencia, iba de camino a casa. En la estación de tren de Rangia en Assam, cuando me bajaba del tren al andén, apareció un hombre mal vestido. Me miró y dijo: “Tumhara paon mei dukh hai, nahin?” (“Tienes dolor en el pie, ¿verdad?”) Luego tocó muy suavemente mi pierna afectada. Me sentí avergonzado, y diciéndole que ignorara mi dolor, me fui cojeando donde mi esposa y otros lo más rápido que pude.
 
Cuando llegué a casa y comencé a caminar desde la puerta hasta la terraza, ¡descubrí que el dolor en mi tobillo casi había desaparecido! Bueno, ¿quién podría haber sido el hombre mal vestido sino el Uno Omnipotente?
 
Unos días más tarde, estaba en mi oficina (en ese entonces era director del Rangia College), cuando una persona alta que vestía un dhoti, kurta y un casco se me acercó, parado afuera de mi ventana, con una bolsa de algodón colgando de uno de sus hombros.
 
Esta persona no había sido vista antes por ningún miembro del personal en ningún lugar del vecindario. Sacó una botella de aceite de su bolso, pidiéndome que extendiera la palma de mi mano derecha. Obedecí bastante vacilante.
 
Vertió un poco en mi palma y me pidió que me lo frotara en la frente y la cabeza, y luego dijo que eso curaría mi pierna por completo. Dije: “Pero tengo dolor en la pierna, no en la cabeza ni en la frente”. “No importa” fue todo lo que dijo. Le ofrecí algo de dinero, pero no quiso aceptar. Insistí, finalmente lo tomó diciendo, “Está bien, lo gastaré en el trabajo de Bhagavan”. Ahora, yo tenía mis dudas.
 
¿Quien era él? ¿Cómo supo de mi dolor? No pude evitar preguntarle su nombre y de dónde venía. Continuó: “No tengo nombre, ni siquiera una casa, un pueblo o un lugar específico para vivir. Aparezco donde sea que me necesiten”.Tan pronto como el faquir desapareció, también desapareció el dolor de mi pierna. Me deshice de las muletas de una vez por todas, humilde y agradecido más allá de las palabras.
 
# El Magnánimo Proveedor Eterno
 
Después de encontrar a Dios en la forma de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba y experimentar Su abundante amor, el celo por santificar mi vida adorándolo a Él a través del servicio a la sociedad se hizo más intenso.Y como resultado, a principios de la década de 1970, algunos de nosotros abrimos un orfanato para 20 niños en la orilla de un río en Rangia, Assam.
 
El orfanato se llamó Bhagavan Sri Sathya Sai Sishu Seva Sadan, para el cual decidimos no recaudar fondos. A los niños se les daría alojamiento, comida y ropa, así como una educación adecuada. Mantuvimos algunas vacas en el orfanato para que los niños pudieran tener leche todos los días. Esta empresa “ambiciosa” obviamente puso a prueba nuestra limitada fuente de ingresos. Pero teníamos una fe inmensa en Bhagavan.
 
Había Omkar (canto de Aum) y Suprabhatam (oración ritual para despertar al Señor) por las mañanas y bhajans por las noches en el Sadan. Los jueves y domingos teníamos nagarasankeertan (bhajans cantados por un grupo de personas mientras caminaban por cada calle del vecindario). Muy pronto, este lugar estaba tan impregnado de vibraciones divinas que llegó a ser llamado un ‘ashram’.
 
Una noche, estaba sentado en la terraza de mi casa, un poco consternado, preguntándole a Swami si había sido una sabia decisión haber asumido la responsabilidad de la vida de 20 niños, mientras veía que los recursos disminuían.
 
La respuesta de Bhagavan fue perfectamente sincronizada. Mi teléfono sonó. De Guwahati, un devoto Sai, Commander T.C. Punetha. Su voz me saludó, “Jai Sai Ram. Habla Punetha, lo visitaremos mañana por la mañana con algo de ropa, mantas y comida para sus chicos”. ¡Apenas acababa de enviar un mensaje de SOS! Nuestro querido Swami siempre responde a una oración, aunque a Su manera.
 
Cuando me fui de Rangia a Prashanti Nilayam para incorporarme como profesor en 1979-1980, el Señor envió a Su emisario, el Coronel Sukhvinder Singh de Patiala, a cuidar de los niños. Cada niño, con el transcurso del tiempo, sobresalió no solo en la escuela, sino también en otras actividades como deportes, pintura y escritura de poesía. Un niño incluso fue seleccionado para el Desfile N.C.C. en Nueva Delhi el Día de la República.
 
Dos de ellos ganaron premios en las competencias de All India Sports, mientras que otro se convirtió en el primer graduado de la aldea y también recibió el primer premio al mejor motivador para el ‘Trabajo de Desarrollo de la Aldea’ en el país en octubre de 2000. En cuanto al Gokulam, el establo del Ashram, las primeras vacas tuvieron terneros como familia. Es asombroso cómo Bhagavan nos cuida constantemente.
 
El Ashram celebraba festivales como Guru Poornima, Lakshmi Poornima, Vijaya Dasami, Saraswati Puja, Diwali y, por supuesto, Maha Shivarathri. En estas ocasiones, el Rangia Bhajan Mandali (pequeño centro Sai) junto con los muchachos y trabajadores del Ashram cantaban Akhanda Bhajans (bhajans continuos durante largas horas). Los becerros se llamaban Poornima, Lakshmi, Saraswati, Shyama, Sankari, todos en honor a las deidades adoradas en estos festivales.
 
Tuve la suerte de estar presente en las ceremonias de nombramiento de cada uno de ellos que me recordaron las afortunadas vacas del Gokulam del Señor Krishna en Brindavan, hace miles de años. El mismo bondadoso Señor también ha otorgado prosperidad a este humilde establecimiento, probablemente complacido con los corazones dispuestos y puros que sirven allí solo por el placer de hacerlo.
 
El lugar se ha convertido hoy en una institución, que atiende a 2.000 familias necesitadas, además de dar empleo a 300 hombres y mujeres. El diestro secretario que guía el orfanato es un humilde instrumento del Señor para quien las palabras de Swami son su aliento de vida. Bhagavan Baba, indudablemente, es nuestro único Proveedor real. ¡Y cuántas veces he experimentado esto en mi vida!
 
# El regalo sorpresa para una niña
 
En una de nuestras visitas a Prashanti Nilayam, mi hija mayor, Manisha, una adolescente en ese momento, se veía hosca una mañana después del darshan. Swami había bendecido a los devotos con saris y camisas ese día. Manisha no fue uno de ellos por razones obvias; era demasiado pequeña para estar envuelta en un sari, pero no lo creía así. Salió del recinto del darshan sintiéndose un tanto rechazada. Ella fue a casa ese día y se sentó frente al altar al lado de mi madre, quejándose de que Swami la ignoro por completo.
Mi sabia madre tuvo palabras de consuelo para ella. “Swami responde a un corazón que pide con fe. Pídele cualquier cosa con toda la fe de tu corazón”. Manisha apenas cerró los ojos y rezó, cuando se escuchó un golpe en la puerta. El Sr. Kutumba Rao, el encargado del ashram en ese momento, estaba en la entrada con un sari en la mano. “Swami ha enviado este sari para la hija de Bardoloi”. Manisha corrió hacia mi madre, eufórica y sorprendida al mismo tiempo.
 
A menudo no nos damos cuenta de que cada uno de nosotros es especial para Bhagavan. Cada oración es escuchada y contestada. Simplemente lo hace en el momento apropiado para satisfacer la necesidad de la hora. Él dice: “¿Por qué temer cuando estoy aquí?” ‘Temer’ significa miedo a cualquier cosa, imaginaria o real, peligro, desastre o muerte. “Cuando” significa “en cualquier momento, o todo el tiempo”. “Estoy aquí” significa “Estoy en todas partes, ESTOY EN TI y no fuera de ti, no separado de ti, ya sea que esté en Prashanti Nilayam o en Brindavan o en cualquier otro lugar”.
 
Swami habló con mi familia y conmigo un día en el invierno de 1984. Durante la entrevista, Bhagavan notó que mi esposa mostraba signos de ansiedad de madre como la mayoría de las madres. Colocó las palmas de Sus manos sobre su cabeza y la mía, y nos aseguró: “¿Por qué temer cuando estoy aquí? Estas cuatro niñas son mis niñas, no las tuyas. Me ocuparé de ellas. No te preocupes”. Mi esposa sabía que esas palabras iban dirigidas a ella. Nuestro Señor que todo lo sabe conoce cada pensamiento que pasa por nuestra mente.
 
Todos nosotros no tenemos motivos para temer. Porque tenemos al Señor en medio nuestro. Lo tenemos instalado en nuestro corazón.Todo lo que tenemos que hacer es amarlo profundamente. Pertenecemos a Bhagavan, somos especiales en verdad. Somos una familia grande, dulce y amorosa.
 
Sri Birendranath Bardoloi
 
Fuente: http://media.radiosai.org/Journals/Vol_07/01MAY09/04-Bardoloi.htm