UNA NAVIDAD VERDADERAMENTE GLOBAL – por Hiramalini Seshadri 26/12/2023

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UNA NAVIDAD VERDADERAMENTE GLOBAL

por Hiramalini Seshadri

26/12/2023

Sathya Sai Grama, una pequeña aldea en el sur de la India, acaba de ser testigo de la Navidad en su sentido más puro, como una celebración verdaderamente global, animada, de toda fe e inclusiva del nacimiento del Señor Jesús. Comenzó con la mágica música coral del “Coro Amazing Grace” de África en Nochebuena por estudiantes de una Escuela SAI: la Academia Encarnaciones del Amor, de Joy Village, Enugu, Nigeria, para ser precisos. El coro, formado por 20 estudiantes de entre 11 y 18 años y sus profesores, vestidos con llamativos estampados morados y preciosas bufandas color crema para las niñas, llenó a todos de alegría con su canto entusiasta viniendo del corazón.

Es necesario comentar algo sobre Joy Village. El difunto padre Charles Ogada, un sacerdote cristiano liberal, se sintió atraído por el lema de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba: Ama a Todos, sirve a Todos. Comenzó sirviendo a los huérfanos y más pobres de la Nigeria rural, cristianos o no. Baba le dijo que tenía que ver a estos niños no como desposeídos y oprimidos sino como seres divinos. Así surgió el Hogar Corazón de Amor para los niños y la Aldea de la Alegría.

Hace aproximadamente una década el destino atrajo al Padre Charles hacia Sathya Sai Grama; y la familia Sai global liderada por un ex alumno de Baba, reverenciado hoy como Sadguru Sri Madhusudan Sai, contribuyó para ayudar al Padre Charles con una escuela para los niños: la Academia Embodiments of Love, que hoy ofrece educación totalmente gratuita, de calidad y basada en valores desde la guardería hasta la secundaria para más de 1200 estudiantes de 48 aldeas alrededor de Joy Village. Luego vino el proyecto Liquid Love, que llevó agua potable a estas aldeas resecas. Finalmente llegaron dos hospitales de última generación ofreciendo atención primaria y secundaria de forma gratuita a pueblos que simplemente no tenían instalaciones sanitarias. Los equipos de los hospitales cardíacos infantiles Sathya Sai Sanjeevani también viajaron y operaron gratis, dando a muchos niños con enfermedades cardíacas congénitas una nueva vida.

El padre Charles se fusionó en lo Divino el año pasado, no sin antes admitir a dos graduados de secundaria de la Academia Embodiments of Love, Obinna y Emmanuel, en la Universidad Sri Sathya Sai para la Excelencia Humana fundada por Sadguru. Se están capacitando para ser maestros que volverán a atender a los niños en Enugu después de graduarse. Durante la Navidad de 2022, Sadguru fue a Enugu para aliviar el dolor de la comunidad por el fallecimiento del amado padre Charles Ogada. Les había asegurado que continuaría el trabajo iniciado por el padre Charles; tambien que estaba surgiendo una nueva Escuela de Medicina en Sathya Sai Grama donde algunos de ellos podrían estudiar. Hoy, dos estudiantes de Enugu, Christopher y Annie Precious, están en Sathya Sai Grama haciendo su Junior College y listos para aprobar el examen NEET y unirse al Instituto Sri Madhusudan Sai de Ciencias Médicas e Investigación el próximo año, si Dios quiere, para el Curso de Medicina.

El cuarteto estaba encantado de ver a sus antiguos compañeros de escuela y profesores del coro Amazing Grace. El coro hizo honor a su nombre. Realmente sorprendente fue el poder de su devoción y amor. De hecho, su fascinante música transportó a todos a un plano divino. Desde la poderosa voz del cantante solista que interpretó la primera canción, hasta los clásicos devocionales entonados con perfecta coordinación y modulación, entusiasmaron al abarrotado Auditorio Premamrutham. La pieza principal fue el canto y la danza en el idioma nativo Ebu que celebraba el nacimiento del Señor con amor y alegria, haciendo que todos participaran.

A Sadguru le encantó su actuación, su pureza, inocencia y amor. Radiante con orgullo y amor paternal reveló la razón por la que se puso una llamativa túnica púrpura en la Nochebuena: ¡quería combinar el atuendo con su querida familia de África a quienes El tanto ama!

La mañana de Navidad vio al Premamrutham adornado con estrellas, árboles de Navidad y un hermoso cuadro de la Natividad en el escenario. La hermana Bhuvana Santhanam, directora ejecutiva de los proyectos de alcance mundial de la Misión Humanitaria Global Sri Madhusudan Sai, dirigió a la congregación con el Padre Nuestro. Citó a Sadguru e instó a todos a vivir de una manera que agradara a Dios primero, a los demás después y finalmente a uno mismo. ¡Ese era el camino no sólo hacia la alegría, sino tambien a la divinidad misma! Uno tenía que dejar de pensar en sí mismo como algo separado de lo divino o incluso simplemente como parte de lo divino.

¡Somos, de hecho, completamente DIVINOS! Sadguru es un ejemplo viviente y parlante de ese Uno; representacion del mensaje final de Jesús que pasó de Yo-soy-el-Mensajero-de-Dios (Dvaita), a Yo-soy-el-Hijo-de-Dios (Visishta Advaita), a Mi-Padre-Y-Yo-Somos-Uno (Advaita).

Después de una pausa de cuatro años provocada por la pandemia, fue maravilloso tener a los devotos de Singapur, un grupo multirreligioso y multirracial, en el escenario, interpretando villancicos e himnos. El hermano Yugumaran, un singapurense chino-indio, se hizo eco de las palabras de la hermana Bhuvana Santhanam al afirmar que el camino hacia el “GOZO” era a través del altruismo y el sacrificio, poniendo siempre a Jesús primero, a los demás después y a uno mismo al final.

El grupo de Singapur tiene un lugar especial en el corazón de Sadguru porque fueron los primeros en presentarse y apoyar los proyectos de servicio de la misión con simple fe. El derramó su amor y prodigó elogios bien merecidos al grupo. Secundó la declaración del hermano Yugumaran y señaló que los Vedas proclamaban lo mismo: “Na Karmana, Na Prajaya, Dhanena Thyagenaike, Amritatwamaanashuhu”, lo que esencialmente significa que sólo el sacrificio desinteresado puede dar a uno la inmortalidad y la verdadera ALEGRÍA. También se sintió conmovido por las palabras de Aleluya que se pronunciaron:

“Nos amaremos unos a otros
Nos veremos el uno en el otro
Aleluya”.

Amar a Dios o a Sadguru era fácil, dijo; porque ellos son simplemente puro amor. El desafío era aprender a ver esa misma divinidad en uno mismo y en los demás, ¡y por eso amen y sirvan a TODOS! Porque esa es la ÚNICA salida para la humanidad, declaro, lamentando el deplorable estado actual del planeta. La separación profundiza el egoísmo y todos los aspectos negativos que surgen de él. Cultivar un sentido de unidad es la ÚNICA salida, reiteró.

Sadguru instó a todos los devotos a emular al grupo de Singapur, que rápidamente se había presentado para hacer el bien a todos con fe simple en Dios y la humanidad, en lugar de estar restringidos por las “Fes” individuales a las que pertenecían. Eran verdaderos discípulos de Jesús, dijo, porque al sacrificar sus propios planes personales habían contribuido para el bien común ofreciendo nutrición, educación y atención sanitaria de valor incalculable a tantos niños necesitados en muchos países.

Para finalizar la solemne ocasión con una nota más alegre, el Papá Noel del día, el hermano Anthony Tan, un chino de Singapur, llegó en un trineo completo con “renos” – los alumnos de sexto grado del campus de Sathya Sai Grama – para deleite absoluto de todos los niños. Los chocolates que arrojó Santa Claus dejó a todos los niños contentos, sonriendo, ríendo. Sadguru, que nunca pierde ninguna oportunidad de enseñarle una lección a su rebaño, instó a los devotos a reír más, cantar más ¡Y SERVIR MÁS! Luego se ofrecio el Arathi. ¡Fue realmente una mañana de Navidad única!

El almuerzo de Navidad en Sathya Sai Grama fue una mezcla de cocina del sur de la India, del norte de la India e italiana, servida con gran amor; todo vegetariano puro, con dulces de leche y cuajada, ¡gracias a las vacas del Ashram que sumaron 140 en el último recuento! Por la noche todos se congregaron una vez más en el Auditorio Premamrutham; esta vez para escuchar a la Orquesta Sinfónica Sai, la segunda sinfónica de la India y la primera orquesta rural del país. Los bhajans devocionales de todas las fes cantados por los estudiantes del departamento de Bellas Artes rasgaron el aire, mientras todos esperaban con gran expectación a Sadguru. Una vez que arribó y recorrió los pasillos otorgando la dicha de Su Presencia, llegó el momento de que comenzara el espectáculo musical.

El Director de la Orquesta Sinfónica Sai, estudiante de Swami, el maestro Harikesh presentó a los participantes. Esta orquesta también contribuye a la unidad global porque el director es un distinguido musico greco-estadounidense, el Sr. Dmitris Lambrianos, que toca múltiples instrumentos y ha interpretado en todos los grandes lugares de Occidente como el Carnegie Hall, Albert Hall, etc. Como profesor de música en la Universidad de Nueva York, estaba listo para embarcarse en una carrera muy lucrativa en Hollywood cuando llegó el llamado para enseñar música a este grupo de estudiantes en medio de la nada en la India rural. El corazón se sobrepuso a la cabeza; y en lugar de las luces de Los Ángeles, allí estaba él, en la aldea rural de Sathya Sai Grama enseñando a niños indios locales instrumentos musicales occidentales. Amado por sus alumnos, el Maestro Lambrianos es simplemente “Dimitris Sir” para todos en Sathya Sai Grama. El señor Masimo de Italia, que toca la trompeta, es el otro profesor que contribuyó a enseñar a los estudiantes. Para la Navidad de 2023 también se unieron dos músicos profesionales de Australia y Alemania. En cuanto a los estudiantes que componen la orquesta, a lo largo de la década, además de los niños rurales indios hay chicos de todos los continentes convirtiéndola en una orquesta verdaderamente internacional, multirracial, multiétnica y multirreligiosa.

La música que se escuchó en la Navidad de 2023, de diferentes géneros, con instrumentos de diversos países, le dio un sabor verdaderamente universal. Para empezar, Dimitris Sir, el profesor griego, tocó el Santoor en la primera pieza: Silent Night, Holy Night, una canción navideña occidental característica. La siguiente pieza, un alegre Más vale tener cuidado, fue interpretada con entusiasmo juvenil por Obinna de África y Sai Aditya de origen indio que creció en Medio Oriente. Siguió un sombrío O-Come-All-Ye-Faithful, que marcó el tono de la clásica Eine-Kleine-Nacht de Mozart.

La música estuvo marcada por pequeñas charlas de los jóvenes músicos. Un joven de la zona rural de Chinthamani, que había llegado después de estudiar en otras dos escuelas, declaró que participar de la Orquesta Sinfónica Sai fue la mejor parte de su experiencia en esta escuela porque lo había convertido en un buen jugador de equipo. Es más, obtenía todo gratis y se sentia muy agradecido, como todos sus compatriotas, por la Gracia de Sadguru; él también esperaba convertirse en un instrumento digno y amoroso al servicio de la sociedad. Otro joven de Australia admitió que le costó adaptarse a la disciplina de esta escuela pero que ahora le encantaba; y la combinación de ‘Para Vidya’ (educación en valores espirituales) y ‘Apara Vidya’ (educación secular) en el plan de estudios era lo que más le agradaba.

Siguió más música; melodías populares como La Habana y El vuelo del abejorro que hicieron que el público acompañara a los jóvenes pianistas cuyos dedos literalmente volaban sobre las teclas del piano; un muy querido Aleluya más lento que llenó la sala de fervor devocional; y así sucesivamente, hasta que Jingle Bells terminó el espectáculo y un complacido Sadguru colmó de regalos a los jóvenes músicos que habían tocado con todo su corazón. Siguió el Arathi a lo Divino en la tradición india bajando el telón de esta celebración navideña única, verdaderamente global, no confesional y llena de amor.

Quizás el mundo pueda aprender algo de ello.

Fuente: Articulo de la Dra. Hiramalini Seshadri para medium.com, publicado el 26/12/2023