PREGUNTAS A SWAMI – Sobre el servicio en los hogares de ancianos

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PREGUNTAS A SWAMI – Sobre el servicio en los hogares de ancianos
 
Encuentro Mundial de la Juventud
Muddenahalli, 21/11/2019
 
Pregunta: Algunos de los jóvenes participan en actividades de seva con los ancianos. Estos mayores a veces están muy tristes o se han lastimado debido a una caída. Como jóvenes voluntarios, siempre tratamos de hacerlos felices en cualquier condición en la que se encuentren. Pero la verdad es que, cuando volvemos a casa, no nos afecta su miseria. Si nos identificamos demasiado con sus vidas y emociones, tenemos la sensación de que estamos haciendo seva y apegándonos. Y si no nos involucramos y nos sentimos mal por ellos, entonces nos sentimos distantes y no empáticos. Además, siempre existe el temor en el fondo de nuestras mentes de que si ayudamos a los enfermos o mayores con demencia severa, puede ser causa de nuestra propia depresión debido al tiempo que pasamos juntos. Baba, ¿cuál debería ser el equilibrio correcto de emociones mientras hacemos seva?
 
Swami: Estoy seguro de que esta pregunta proviene de muchos de los muchachos que trabajan con ancianos en el Reino Unido y otros países. Van a geriátricos u hogares de ancianos/ hogares de personas mayores con demencia y hablan con ellos, se sientan con ellos; y la mayoría de los ancianos ni siquiera los recuerdan cuando los visitan la siguiente vez. Los ancianos en realidad viven en el presente. Los jóvenes también deberían aprender eso de ellos. Vienen, los saludan, les hablan, sonríen, juegan, se cuentan historias, y para cuando regresan la próxima semana, muchos de los jóvenes están en estado de shock, porque los mismos ancianos a veces ni siquiera recuerdan a ese joven con el que han hablado la semana anterior. Todo comienza desde cero de nuevo. Tales pacientes con demencia son más afortunados que la mayoría de nosotros, que estamos atrapados en el pasado o preocupados por el futuro, pero que no vivimos en el presente.
 
Los jóvenes tienen que aprender de estos mayores que necesitan vivir en el presente. Ir allí y hacer lo mejor es todo lo que pueden hacer. Hay una diferencia entre ser desinteresado y estar desapegado. Ser desinteresado no es correcto. Deben estar interesados en su dolor y sufrimiento. Pero estar desapegados es lo más importante. No pueden llevar su sufrimiento a su hogar en sus corazones. Deben ir, servirlos con todo su amor, cuidado y afecto, hacer lo mejor que puedan y dejar el resto a Dios. No vuelvan con más apego. La idea del servicio es volverse desapegados. Si regresan con su dolor y tristeza como propios, entonces en realidad están sufriendo. Puede que ellos no estén sufriendo, pero ustedes estarán sufriendo. Entonces, su deber debe ser ir allí, seguir un plan de cómo quieren ayudarlos, cooperar tanto como puedan, pasar el día con gran alegría y, al final del día, ofrecerle todo a Dios. “Dios, esta persona te pertenece.Yo también te pertenezco. Los sufrimientos de esa persona te pertenecen, la felicidad también te pertenece, igual los míos. Por lo tanto, dejo todo a Tus pies y vuelvo tan vacío como he venido”. Esto es desapego.
 
Pero si van donde estas personas mayores son muy difíciles de tratar, pensando: “Son difíciles de manejar, no debería hacer este seva, me hace sentir triste o me causa preocupacion”, entonces están desinteresados. Eso no está bien. Cada persona puede hacer mucho. Conociendo tu capacidad, haz tu mejor esfuerzo y deja el resto a Dios. Esto se aplica no sólo al cuidado de personas mayores.
 
Esta es la fórmula básica. Esto es lo que debemos hacer en nuestras vidas todos los días, ya sea que vayamos a nuestras oficinas, a las escuelas o que participemos en varias actividades. Debemos comenzar el día con una oración, diciendo: “Dios, me has dado un día para hacer algo. Déjame hacer lo mejor que pueda, y al final del día, permiteme ofrecer todo esto a Tus pies, porque todo te pertenece a Ti, no a mí”.
 
Y con ese sentimiento, cuando regresamos, volver alegres. No volver cargados de emociones. Sólo la devoción a Dios es la verdadera emoción que siempre los mantiene ligeros, por lo que podemos sentirnos felices. Si sólo tenemos una emoción, que sea la devoción a Dios, “Dios, estoy haciendo esto por Ti y te lo ofrezco”.
 
Fuente: Encuentro Mundial de la Juventud 2019
 
Nota: Esta es una traducción provisoria realizada por devotos voluntarios, como servicio de difusión. Las traducciones oficiales son efectuadas a su debido tiempo por la editorial Premamruta Prakashana, de Muddenahalli.