NO HAY NADA MÁS DIVINO QUE EL AMOR – por Sri Sathya Sai Baba

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NO HAY NADA MÁS DIVINO
QUE EL AMOR

por Sri Sathya Sai Baba

El hombre de hoy está dominado por
tres malas tendencias: la ira, el odio
y la envidia. Estas tres cualidades
envenenan su mente. En consecuencia, cada acción del hombre esta corrompida. Cada palabra que pronuncia es venenosa. Todas las acciones realizadas por
los impulsos de la mente están contaminadas. Para
transformar estos malos pensamientos y acciones es necesario infundir
amor en nuestros pensamientos. Cuando la mente este llena de amor, todas las acciones estarán impregnadas de amor.

• Llenen el corazón de amor y presten
servicio

Mucha gente imagina que divinizar al hombre y hacer de él un ser piadoso es un ejercicio sobrehumano. Esto no es así. El Amor Divino
está al alcance del hombre. Es natural
para él. Tiene derecho a poseerlo.
Pero la gente tiende a devaluar este amor dándole diferentes
formas y nombres y se degradan a sí mismos.
El defecto está en la perversión del amor; no es inherente a él.
Convierte la ira en amor.Transmuta el odio en amor. Para efectuar esta transformacion lo que se necesita es un cambio en el corazón. Cuando el corazón se llena de amor el mundo entero se vuelve adorable.

• ¡Todos somos uno! Sean iguales para con todos

Hubo controversias con respecto a
Jesús. Estas diferencias fueron la causa de las pruebas por las que tuvo que pasar. Pero Jesús estaba preparado para afrontar cualquier pena. Consideraba la compasión como la cualidad suprema. Al principio, declaró: “Soy el
Mensajero de Dios”. Luego, anunció:
“Soy el Hijo de Dios”. Por último, afirmó:
“Yo y mi Padre somos Uno”. Deben tomar nota de esta unidad.

Deberian proclamar
vuestra unidad y no vuestra diversidad.
Hoy la gente habla de unidad
pero no la practica. En cada discurso, Swami
habla de amor. ¿Cuántos lo practican?
¿Cuántos han intentado comprender el principio del
amor? ¿Quién tiene este amor? El amor no
se ve en ninguna parte. Donde hay amor
no hay lugar para el odio. No tengan envidia de nadie. Cuando aparece esta mala cualidad, el amor huye. Un corazón puro es la morada del Amor. Donde hay pureza, hay unidad.
La unidad conduce a la Divinidad.

Hoy la pureza está ausente. ¿Cómo, entonces,
realizar la Divinidad? Deben ofrecer
todo a Dios sin ningún deseo. Esta
fue la enseñanza de Jesús. Él consideraba
todo como una ofrenda a Dios. Cuando
estaba siendo clavado en la cruz, la gente
alrededor lloraba. En ese momento,
una voz etérea declaró: “Todos son uno,
hijo mío, sé igual para con todos”. Jesús
dijo: “La muerte es el vestido de la vida”.
Cambiamos de ropa, también cambiamos
nuestros cuerpos. Los cuerpos son vestiduras para el espíritu que mora en ellos. De ahí que los cuerpos deban ser
considerados efímeros. No debemos preocuparnos por el cuerpo.

• El amor es Dios, vive en el amor

Buda también, antes de alcanzar el Nirvana, expuso claramente sus enseñanzas. El
hijo de su madrastra, Ananda, estaba llorando
en ese momento. Buda le dijo: “¡Ananda! Tú
no deberías derramar lágrimas así. ¿Por qué lloras”? Ananda dijo: “Estoy afligido por
tu inminente partida”. Buda declaró:
“No me estoy muriendo. Tú tampoco vives. Todos tenemos que
abandonar este cuerpo. Por lo tanto,
no derrames lágrimas”. ¿Cuántos hacen caso de estos dichos? Debéis aprender a llevar vidas ideales. Esa es la forma correcta de celebrar el cumpleaños de Cristo. Daros cuenta de que
no hay nada más divino que el amor. El amor es Dios. Vive en el Amor. Este es tu deber. Llena tu corazón de amor. Entonces estarás libre de todas las aflicciones. Puedes sentir que sufres por amor. Pero ese sufrimiento se debe al amor limitado.
Cuando tu amor lo abarque todo, no habrá
espacio para el sufrimiento.

Cristo fue víctima de personas envidiosas
que se oponían a sus enseñanzas y
que le acusaban.
Los devotos de Dios no deberian preocuparse por las críticas de los envidiosos. Todas las personas buenas
tienen que enfrentarse a tales problemas. Han de tratar todo como si fuera para su propio bien.
Así fue como los Pandavas vieron todos
los problemas que experimentaron.

Fuente: Extraído de Discursos
Divinos de Navidad. Publicado por la revista Sanathana Sarathi