ENTREGA – LA TRANSFORMACION DEL HOMBRE EN DIOS
por Sri Sathya Sai Baba
Krishna declaró en el Gita: «Si te entregas
y te refugias en Mí, estarás protegido.
Yo eliminaré tus
pecados y te guiaré hacia la autorrealización».
Deben atesorar esta afirmación en su corazón.
Sigan firmemente el camino de la entrega al
Señor y Él cuidará de ustedes.
¡Encarnaciones del Amor!
El poder de Dios es inconmensurable e ilimitado. La enorme
diversidad que ven cuando observan el universo es todo
el resultado del poder ilusorio de Dios.
El universo físico visible a sus ojos humanos es sólo una muy pequeña
parte del poder infinito del Señor. Todos los mundos pueden
ser cubiertos por una fracción del pie del Señor. Es imposible comprender
Su grandeza. Él
impregna todo el universo, burdo y sutil. No hay lugar donde no esté.
• El Universo
El universo es el cuerpo de Dios. Él se ha encarnado
en la creación. Para comprender el principio
divino sobre el que descansa el universo, podemos empezar
considerando su vasto tamaño. La luna está
a cientos de miles de kilómetros de la Tierra.
El sol está a decenas de millones de kilómetros. Incluso la
estrella más cercana está mucho mas distante;
y más allá, en los confines del universo visible, hay estrellas que están billones de veces más lejos. Pero, todo esto, que constituye el
universo físico, y que a nuestra limitada vista parece infinitamente vasto, es sólo una pequeña parte del universo sutil.
Comparado con este universo sutil, todo el
gran universo físico no es más que del tamaño de un átomo.
El universo sutil, que es tan indescriptiblemente enorme
en comparación con el universo físico, es en sí mismo sólo una
parte microscópica de un aspecto mucho más vasto del
universo, que puede describirse como el nivel causal.
Se le conoce como tal porque es a partir de este finísimo aspecto que surgen los mundos burdo y sutil. Todos
estos tres mundos, el físico, el sutil (o mental)
y el causal, son tan inmensos que las escrituras
han declarado que no pueden ser comprendidos
por la mente humana o representados en palabras. Están
más allá de la imaginación, más allá de la capacidad de la mente. Y sin embargo, más allá de todo esto, trascendiendo
lo grosero, lo sutil y lo causal, está el principio divino, la causa última de todo.
• El camino de la devoción
Dios está más allá de lo burdo, lo sutil y lo causal. Pero
como Señor, gobierna sobre todos ellos. Es el amo del tiempo, pasado, presente y futuro. A los seres humanos se les ha dado
capacidades limitadas y les puede resultar muy difícil comprender este principio divino. En tal caso, el camino
es el de la devoción. Esto es lo que
Krishna enseñó a Arjuna. Krishna describió el sendero de la
devoción en tres pasos:
– El primero y más importante es: ¡Trabaja para Dios!
Puede que no seas consciente de ello, pero cada pequeño trabajo
que haces ya lo estás haciendo para Dios. Él es el amo supremo de este mundo y todo lo que hay en el le pertenece. Sabiendo esto,
haz conscientemente de cada acción que emprendas
una ofrenda a Dios. Dedícale todas tus acciones, teniendo siempre presente que Dios no está fuera de ti.
– El segundo paso es: ¡Trabaja solo por el bien de Dios! Hasta este punto has estado
pensando sólo en ti mismo. Pero, ¿quién eres tú? ¿Qué es ese yo que usas para referirte a ti mismo?
Krishna dijo: «Soy Yo quien brilla en ti».
Esta palabra ‘Yo’ no pertenece al cuerpo,
ni a tu propio cuerpo ni al de Krishna. Este
‘Yo’ emana del Yo más elevado, el Yo inmortal, el Atma. Este Yo no debe equipararse
con el cuerpo o la mente o la facultad intuitiva
o cualquier otro aspecto del individuo.
Trasciende el limitado yo personal del
individuo. Este ‘Yo’ sólo se relaciona con el
el Yo divino, que es el
el Yo real de cada uno.
El yo personal limitado, al llamarse a sí mismo «yo»,
se ha asociado con lo universal. Pero el
yo personal no es el Yo real. No es más que un reflejo del Yo inmortal unico y divino.
Todo lo que has estado haciendo ha sido para la satisfacción del Yo divino unicamente. No realizando
esta sagrada verdad, has sido
atrapado y arrastrado por la ilusión.
Krishna le dijo a Arjuna, «Todo lo que hagas,
hazlo para Mi satisfacción, por Mi bien. Hazlo
todo por Mí. Realiza todas
tus acciones en Mi nombre. Actúa como Mi
agente». Este ‘Yo’ del que
Krishna está hablando, no es Dios
fuera de ti mismo. Se refiere al Atma,
tu ser divino. Haz todo
sólo por el bien de Dios, que no es otro
que tu Yo más elevado.
– El tercer paso es: ¡Dedícate sólo a Dios!
Comprendan el secreto interior de esta directiva.
La devoción es la expresión del amor, y la
emoción que se llama amor emana de
Dios, tu ser más elevado. El amor viene de Dios y se dirige hacia Dios.
El amor no tiene nada que ver con los sentimientos
mundanos y seculares. El amor, que es
otra palabra para la devoción, es el nombre mismo de
tu ser más elevado. Este principio de amor
que emana del núcleo de tu corazón debe
saturar cada acción, palabra y pensamiento.
Eso sucederá cuando todo lo que
que haces, dices o piensas es para
satisfacción de Dios.
• Tu Ser Superior es Dios
En el estado de vigilia, puedes pensar que estás haciendo todo por el bien de tu cuerpo y mente. Pero en el sueño profundo no eres consciente de ellos. Entonces, ¿por el bien de quién estás disfrutando del descanso y la
paz del sueño? Es para ti mismo. Dormir,
tomar alimentos, todas las diversas actividades de la vida diaria,
se realizan sólo por amor a uno mismo. Tú crees que estás haciendo todo esto por tu yo personal que experimentas como separado de Dios, pero este emerge realmente de tu ser más elevado
que no es diferente a Dios. Así que debes realizar todo con la
conciencia de que cualquier acción que emprendas, buena o mala, llegará a Dios. Devoción significa hacer
todas tus acciones sagradas y dedicarlas
a lo Divino.
Cuando el devoto siente la profunda alegría del amor a Dios, cree que es su yo personal el que está amando a Dios, que es su yo personal el que siente esta alegría. Y
su amor por Dios está teñido de egoísmo. Pero, el amor de Dios por el devoto es totalmente diferente. Su amor es completamente inegoísta. Es sólo por el bien del devoto.
Aquí radica una importante verdad oculta que puede ser encontrada
detrás de toda práctica espiritual. Dios no tiene sentido
de individualidad o separación. No siente que algunas cosas son suyas y otras no. Cuando existe un
sentimiento de diferencia e individualidad, surge el egoísmo
y el sentido del yo y de lo mio. Dios
no se limita a ninguna forma particular. No tiene el sentimiento separado de mío y tuyo. No tiene
egoísmo. Estos tres mandatos: «¡Trabajad para
Dios!… ¡Sólo por Dios!… ¡Dedícate
sólo a Dios!…» se dan por tu bien. No
en beneficio de Dios, sino en el tuyo.
Tienen la intención de ayudarte a realizar tu verdadero Yo, eliminando todo rastro de egoísmo y separación
que enturbian tu verdad y te impiden ser uno con Dios.
• El poder ilimitado de Dios
Si quieres un poco de brisa puedes tomar un abanico de mano y
agitarlo para que corra algo de aire. En cambio cuando hay un poderoso torbellino se encuentran olas muy grandes rompiendo contra la orilla del océano e incluso
enormes árboles son arrancados de raíz. La brisa que puedes obtener de
un abanico de mano será muy limitada, pero el poder de Dios es ilimitado.
Consideremos otros
ejemplos. Cuando intentas sacar agua de un pozo, sólo puedes sacar una cantidad muy pequeña. Pero cuando cae un
fuerte aguacero, los arroyos se convierten en ríos caudalosos
que se unen en una gran inundación. Uno proviene
del poder limitado del hombre, el otro del poder ilimitado de Dios.
Tomemos el ejemplo de querer tener algo de luz en tu casa.
Puedes encender una vela o una lámpara eléctrica. Pero al amanecer, cuando sale el sol, toda la ciudad y el bosque
pronto estarán inundados por la luz del sol. La poca luz de
tu lámpara es muy débil comparada con el esplendor del
sol, que brilla magníficamente por todas partes. Una vez más, éste es el
poder ilimitado de Dios, comparado con el poder limitado
del hombre. ¿Cómo puedes alcanzar este poder ilimitado
de Dios? ¿Cómo puede la capacidad limitada de un ser humano transformarse en la capacidad ilimitada de Dios? Por medio la entrega.
El Señor ha declarado en el Gita: «Destruiré todos tus
pecados y te elevaré a la posición suprema».
¿Cómo puede suceder eso? El mundo físico que ven con sus ojos humanos es el aspecto burdo del
universo. Cuando este aspecto toma una forma sutil en
la mente, tienes el universo sutil. Y cuando este toma una forma aún más fina y sutil en el corazón, tenemos el universo causal. El infinito está más allá de todo esto. Es el más grande de los grandes, pero
toma la forma del más pequeño de lo pequeño, y se instala en el corazón mismo del devoto. La maravillosa verdad es que un Señor tan vasto, ilimitado y poderoso se permite ser aprisionado en el corazón del devoto.
Fuente: Extracto de Discursos Divinos sobre el Bhagavad Gita, Agosto de 1984.